domingo, 6 de diciembre de 2015

Manifiesto celestial

… regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos (Lucas 10;20).
Cuando presenté mi pasaporte en el mostrador de Kenya Airways, buscaron mi nombre en el manifiesto de pasajeros (la lista de los que viajan) y no estaba. ¿Cuál era el problema? Exceso de venta y falta de confirmación. Mi esperanza de llegar a casa ese día se frustró.
Inline image 1Aquel episodio me recordó otro tipo de manifiesto: el libro de la vida. En Lucas 10, Jesús envió a sus discípulos a evangelizar. Cuando volvieron, le informaron alegremente sobre los resultados, pero el Señor les dijo: no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. No solo debe alegrarnos el éxito, sino que nuestro nombre esté escrito en el libro de Dios.
Pero ¿cómo podemos estar seguros de que aparezca? La Palabra de Dios afirma: si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo (Romanos 10:9).
En Apocalipsis 21, Juan hace una descripción asombrosa de la ciudad santa que les aguarda a quienes confían en Cristo, pero agrega: No entrará en ella ninguna cosa inmunda (…), sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero (verso 27).
El libro de la vida es el manifiesto celestial divino. ¿Tu nombre estará allí?
Dios, creo en Jesús. Escribe mi nombre en tu libro.

Nuevas oportunidades, Nuevas posibilidades

“Cualquier cosa que puedas hacer o soñar que puedes, empiézala. La audacia tiene genio, poder y magia.” Johann Wolfgang Von Goethe
Todos sabemos que cualquier cambio, aunque sea para bien, entraña riesgos, sin embargo muy poco o nada hacemos por cambiar. Pero vivimos en un mundo constante de cambios que requiere nuevas soluciones para avanzar en todas las áreas; si no te quieres estancar debes buscar el cambio. Si quieres triunfar debes pensar qué cambios quieres hacer en tu vida, y atreverte a realizarlos.
No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.” Johann Wolfgang Von Goethe
Cada día hay nuevas oportunidades, nuevas posibilidades, y no hay excusa que valga para no hacer lo que quieres hacer. Los mayores obstáculos no están afuera, están dentro de nosotros. Hay gigantes con los cuales estás luchando, que no te dejan avanzar ni cambiar, por ejemplo: la duda, la baja autoestima, la falta de confianza, la inseguridad, entre otros.
Y cuando haces caso a
 tus gigantes, crees que no estás hecho(a) para ganar y que se te están yendo las oportunidades de avanzar, que se te cierran las posibilidades y se van los mejores años de tu vida. Entonces, tus gigantes te atemorizan, y te dices “no puedo cambiar.” Verdaderamente, terminamos convertidos en victimas del cambio.
“Pero si no haces cambios en tu vida, la vida no puede darte lo que esperas.” 
Para alcanzar lo que quieres debes empezar por cambiar tu manera de pensar, y dejar de hacer aquello que no está funcionando en tu vida. Debes convertirte en protagonista del cambio.
Ahora bien, no solo las personas deben enfrentarse a los cambios, también las organizaciones deben estar atentas a ellos para mantenerse en el mercado. Actualmente atravesamos muchos cambios a nivel político, económico, social, tecnológico, entre otros, que afectan a las empresas e instituciones.
¿Qué cambios necesitamos hacer? ¿Estamos creciendo, estamos igual o vamos en declive? ¿Estamos cumpliendo con la misión? ¿Están mis líderes produciendo resultados extraordinarios? ¿Mis colaboradores están comprometidos con la tarea? ¿Estamos marchando de acorde a los cambios?

¿Quién me está hablando?

Dicen que ciertas personas tienen la facultad de oír otras voces, pero la verdad es que todos nosotros oímos continuamente y hacemos nuestros algunos pensamientos ajenos. Estas voces pueden venir:
  • De otras personas
  • De demonios
  • De Usted mismo
  • De Dios
Una de las cosas más importantes que usted debe aprender, es identificar la voz que oye. Solo así podrá clarificar el mensaje que está recibiendo.
¿Cómo aprender a identificar bien o mal las voces que oímos? Primero, pregúntese a sí mismo, ¿el mensaje que estoy recibiendo está de acuerdo con lo que la Biblia enseña?
Por ejemplo, una de las primeras cosas que el nuevo cristiano “oye” en su mente es, “¡Usted no es realmente salvo!”, pero esto no es lo que la biblia dice. La biblia dice que por haber confesado a Jesús como el Señor, ¡usted es ahora salvo!; así que ignore esa voz que le dice “Usted no es realmente salvo”. Haga lo mismo con cada mensaje que escuche, aun si éste viniera de alguna persona que no tiene entendimiento espiritual. Aprenda a escuchar la voz del Señor.
A medida que lea la biblia y establezca una relación con Dios, usted aprenderá a reconocer el lenguaje de amor con que Dios le habla. Jesús dijo, “mis ovejas oyen mi voz y no seguirán la voz de otro”.

Un corazón agradecido

1 Tesalonicenses 5.16-18
La Biblia nos dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (verso 18). Esto puede parecer fácil cuando todo marcha bien, pero en circunstancias dolorosas expresar gratitud puede volverse difícil.
Es interesante notar que esta orden de dar gracias al Señor en todas las circunstancias, fue escrita por Pablo, el apóstol cuya lealtad a Cristo le costó una persecución severa.
Aunque muchas situaciones no eran de su agrado, Pablo sabía que sus riquezas en Cristo superaban con creces cualquier molestia terrenal. Piense en las bendiciones que valoraba y que también están disponibles para todos los creyentes. 
Primero, somos invitados a tener una relación personal con el Dios verdadero, el Señor soberano, omnisciente y omnipresente de toda la creación. 
Segundo, nuestro Creador nos ama con amor eterno e incondicional. 
Tercero, envió a su Hijo a morir como pago por nuestra deuda de pecado, para que pudiéramos pasar la eternidad con Él. Por tanto, cuando ponemos nuestra confianza en Jesús somos liberados del temor a la muerte.