viernes, 13 de noviembre de 2015

¿Quién Dijo Miedo?

 “Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo” 
El miedo es un rasgo normal del ser humano que sirve para alertarnos y protegernos. Desde nuestra niñez estamos padeciendo y experimentando numerosos miedos. Los primeros que aparecen en nuestra vida se manifiestan como el temor a los ruidos fuertes y el temor a caer; así vamos creciendo, y llegamos a adultos con diferentes miedos: miedo a la soledad, a fracasar en el matrimonio, a perder el trabajo, a quedar en la ruina, a que las cosas no salgan como planeamos, a fracasar, a tomar decisiones,... y hasta miedo a triunfar.
¿Es usted de esas personas a las cuales el miedo le paraliza? ¿Siente que su vida no ha avanzado debidamente a causa del miedo?
Cuentan que un día un peregrino se encontró con la Peste y le preguntó dónde iba:
– A Bagdad,  le contestó ésta, a matar a cinco mil personas.
Pasó una semana y cuando el peregrino se volvió a encontrar con la Peste que regresaba de su viaje, la interpeló indignado:
– ¡Me dijiste que ibas a matar a cinco mil personas, y mataste a cincuenta mil!
– No, respondió la Peste. Yo sólo maté a cinco mil, el resto se murió de miedo.

¡Por fin en casa!

Bien, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:21.
Cuando vuestros sentidos se deleiten con la belleza de la tierra, pensad en el mundo venidero que nunca conocerá mancha de pecado ni de muerte; donde la faz de la naturaleza no llevará ninguna sombra de maldición. Represente vuestra imaginación la morada de los justos, y recordad que será más gloriosa que cuanto pueda imaginar la más brillante imaginación. En los variados dones de Dios en la naturaleza no vemos sino el reflejo más pálido de su gloria. Está escrito: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Corintios 2:9
Luego, las puertas del cielo se abrirán para recibir a los hijos de Dios, y de los labios del Rey de gloria resonará en sus oídos, como la más rica música, la bendición: “¡Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo!” Mateo 25:34. Entonces los redimidos serán recibidos con gozo en el lugar que Jesús les está preparando.
Después vi que Jesús conducía a los redimidos a la puerta de la ciudad; y al llegar a ella la hizo girar sobre sus relucientes goznes y mandó que entraran todas las gentes que hubiesen guardado la verdad. Dentro de la ciudad había todo lo que pudiese agradar a la vista. Por doquiera los redimidos contemplaban gloria abundante. Jesús miró entonces, a sus redimidos santos, cuyo semblante irradiaba gloria, y fijando en ellos sus ojos bondadosos les dijo con voz rica y musical: “Contemplo el trabajo de mi alma, y estoy satisfecho. Vuestra es esta excelsa gloria para que la disfrutéis eternamente. Terminaron vuestros pesares. No habrá más muerte, ni llanto, ni pesar, ni dolor”.
Las palabras son demasiado pobres para intentar describir el cielo. Siempre que se vuelve a presentar ante mi vista, imaginariamente, el espectáculo me anonada de admiración. Cautivada por el insuperable esplendor y la excelsa gloria, dejo caer la pluma exclamando: “¡Oh! ¡qué amor, qué maravilloso amor!” El lenguaje más exaltado no bastaría para describir la gloria del cielo, ni las incomparables profundidades del amor del Salvador.


El hombre que tocó el corazón de Jesús

El hombre que tocó el corazón de Jesús no fue un aristócrata de aquel entonces, ni un encumbrado líder político, sino un hombre afectado por una terrible enfermedad. Y no fue su estado de enfermedad lo que hizo que el corazón del Señor se conmoviera, sino la actitud humilde que adoptó cuando vino al Señor. Cuatro cosas se destacan de este hombre:
1. SU CONDICIÓN: ERA LEPROSO.
Esto de por sí ya era una tragedia. A los leprosos los expulsaban del pueblo y los hacían habitar fuera de la ciudad. La Biblia se vale de lo caótica que era esta enfermedad para hablar de una peor: el pecado. El pecado, como la lepra, tiene las siguientes características:
A. Es de fácil propagación. Por eso era que al leproso se le sacaba fuera del pueblo; para evitar un mayor brote de esta enfermedad dado lo fácil de su propagación.
B. Casi siempre comienza de forma casi imperceptible. Cuando la persona quiere darse cuenta, ya está afectada. Lo mismo ocurre con el pecado: nos damos cuenta de su gravedad por las consecuencias que nos toca afrontar.
2. SU DECISIÓN: VINO A JESÚS.
En lugar de seguir con su sufrimiento, optó por darse una oportunidad con el Señor. ¿Se la quiere dar usted también? Tome la misma decisión y venga a Cristo.

El mejor seguro

Las mujeres en Malasia pueden ahora comprar carteras con tranquilidad, por solo 27 dólares.
Ese es el precio que aparece en la etiqueta para unas nuevas carteras en el Mercado de Malasia. Estas carteras tienen tirantes que se rompen fácilmente en caso de que alguien quiera robarlas, y además, incluyen un seguro de $ 130.
Una compañía de accesorios en la nación asiática, donde es normal el robo con tirón de carteras por parte de los ladrones, ha creado esta novedad.
Habitualmente, los ladrones en ese país roban las carteras de las mujeres usando motocicletas, y cuando las arrebatan, a veces arrastran a las mujeres por el pavimento, porque las carteras quedan trabadas en el cuerpo de la víctima, causándoles graves daños físicos.
Esta nueva cartera tiene la particularidad de tener correas que se rompen fácilmente en caso de un tirón, sin que la dama sea tirada al suelo. Como estas carteras están diseñadas para el caso de ser robadas, la cartera incluye en su precio un seguro que cubre las pérdidas.
Ahora bien, ¿acaso es esta la solución o incrementará más los tirones en las calles de Malasia?
Hay un seguro que sí es efectivo. Ese seguro es el cambio de corazón de la persona que está en las calles buscando carteras para robar que, como consecuencia, ofrece la verdadera tranquilidad para las damas que tienen que transitar por esas calles.