sábado, 24 de octubre de 2015

Perdonar Y Liberar

“El perdón es algo curioso; calienta el corazón y enfría la picadura”.
Todos hemos leído un millón de artículos sobre el perdón y escuchado mil charlas sobre el tema, pero de todas maneras, es muy difícil de practicar. El perdón no es fácil para la mayoría de nosotros.
Cada vez que alguien nos lastima quedamos con un sentimiento de herida, ira y venganza. Nos es muy difícil pasar por alto la herida que alguien nos ha infligido. Pero el perdón no es olvido, es simplemente obviar, no tener en cuenta la herida. No es algo que damos a otros sino a nosotros mismos.
La herida y el dolor que alguien nos causa, pudieran estar siempre como parte de nuestra vida, pero el perdón nos ayuda a soltar su agarre para que podamos seguir adelante.
Y en cuanto a quién perdonar, comencemos con un amigo que nos ha lastimado mucho, o el extraño que nos pisó el callo en un bus, y luego a aquellos entre esos dos extremos.

El Poder De Tu Palabra

Antes de Orar…PERDONA
Antes de Hablar…ESCUCHA
Antes de Escribir…PIENSA
Antes de Gastar…GANA
Antes de Criticar…ESPERA
Antes de Rendirte…PRUEBA
Tus palabras, tus sueños, y tus pensamientos tienen el poder de crear condiciones en tu vida. De lo que hables, lo obtendrás.
Si sigues diciendo que no soportas tu trabajo, puedes perderlo.
Si sigues diciendo que no soportas tu cuerpo, tu cuerpo puede enfermarse.
Si sigues diciendo que no aguantas tu coche, tu coche puede ser robado o descomponerse.
Si sigues diciendo que estás en quiebra, siempre estarás quebrado.
Si sigues diciendo que no puedes confiar en hombres o mujeres, siempre encontrarás alguien en tu vida que te lastimará o te traicionará.
Si sigues diciendo que no encuentras trabajo, seguirás desempleado.
Si sigues diciendo que no puedes encontrar alguien a quien amar o que crea en ti, tus pensamientos atraerán más experiencias confirmando tus creencias.
Haz tus pensamientos y tus conversaciones más positivas y guárdalas con fe, esperanza, amor y acción.

¿Qué sentido tiene congregarme en una iglesia?

Es cierto que no se necesita ir a la iglesia para ser salvo, pero cuando se es salvo, ya se pertenece a la iglesia. Está claro que "La Iglesia" no es un edificio. La Iglesia es el cuerpo de Cristo. Usted no se registra en una iglesia al nacer espiritualmente, usted es unido a la iglesia. Sin embargo, usted sí puede hacerse miembro de una iglesia que normalmente es llamada “la iglesia local”.
Dado a que se han dicho muchas cosas negativas de las iglesias, tales como: “Están llenas de hipócritas”, y “todo lo que quieren es su dinero”, entonces, ¿cómo puede usted reconocer una iglesia “sana”? Primero, averigüe si Jesús es exaltado. Que sea un lugar donde las personas trabajan y adoran juntas, con la meta común de ayudarse unos a otros dando así honra al Señor Jesucristo.
Una “iglesia sana” es multicultural, o sea, incluye personas de toda nacionalidad, color y credo. No hay tal cosa como una iglesia exclusivamente de gente blanca, gente negra, gente rica o gente pobre, todos somos uno en Jesucristo. No se sorprenda, en las congregaciones hay gente de toda condición. Están conformadas por gente como usted y como yo. 
No permita que la imperfección de la gente lo distraiga, permanezca siempre con los ojos puestos en Jesús. Él debe de ser el enfoque total y único de nuestras vidas, y mientras mantengamos nuestros ojos fijos en Él, todo lo demás marchará muy bien.

El peor enemigo a vencer: El Miedo

Disfrazado de muchas maneras, el miedo es el enemigo más grande a derrotar, pues no se nos presenta de una manera agresiva, visible y fácil de descubrir, sino de la forma más sutil, disfrazado de pequeñas dudas y tan dentro de nosotros que no somos capaces de descubrirlo, y en consecuencia, enfrentarlo.
miedoEl miedo es ese enemigo silencioso que siembra dudas en ti, que te hace entrar en crisis cada vez que necesitas tomar una decisión, que te hace sentir inseguro e incapaz; un lazo que te mantiene inmóvil, solo soñando con lo que quisieras ser, observando de lejos, creyendo que es mejor no intentarlo porque podrías fracasar.
La peor forma de perder una batalla es rindiéndote antes de empezarla; la peor de las decisiones es la de no hacer nada por miedo a un resultado inesperado. El peor de tus enemigos es el miedo que llevas dentro, es un gigante que no te deja ver todo lo que puedes alcanzar, pero el miedo no debe ser más grande que el deseo de aquello que tanto anhelas.
Todos, en ciertas ocasiones de nuestra vida, sentimos miedo. Aunque nos creemos lo suficientemente seguros de nosotros mismos y de nuestras capacidades, nuestro valor sale a relucir solo en situaciones en las que requerimos de él, pero aún mayor que tus temores e inseguridades, Dios te ha dado una medida de fe y valor con la que puedes lograr vencer hasta el peor de tus enemigos.