sábado, 19 de septiembre de 2015

Jesús nos prepara un lugar

Yo soy el camino, la verdad y la vida, le contestó Jesús, nadie llega al Padre sino por mí (Juan 14:6).
  • El camino: Hace referencia al modo (recorrido) para llegar al lugar que Dios quiere que lleguemos.
  • La Verdad: En concordancia con las otras cualidades, se refiere a la dirección correcta.
  • La Vida: El destino buscado, el punto específico del mapa, el lugar adonde se quiere llegar.
Es interesante preguntarse por qué los tres conceptos están juntos y se complementan. Podría pensarse cada cosa por separado, pero siempre faltaría algo.
Por ejemplo, sabemos que la vida es el objetivo principal, es la meta, y nada de lo que hacemos es con un objetivo mortal (a menos que estemos enfermos mentalmente). De pequeños necesitamos de los adultos para conservar la vida, y de mayores trabajamos para el sustento de nuestra vida y la de nuestra familia, nos protegemos del tiempo, de peligros, nos alimentamos, nos anticipamos a posibles enfermedades vacunándonos, hacemos ejercicios para mantener el cuerpo fuerte y sano, estudiamos y nos preparamos para el sustento futuro, etc. 
PERO DIOS QUIERE QUE ENTENDAMOS QUE LO MÁS IMPORTANTE ES LA VIDA ETERNA, la que está más allá de este mundo. Tener a Jesús es tener la Vida Eterna.
¿Qué hacemos para tenerlo? Nada de lo que mencionamos para la vida física sirve, y tampoco nos ayudan las rutinas de la iglesia, las prácticas piadosas. Falta la verdad del camino; sabemos que queremos la vida pero equivocamos el camino.
En cuanto a la “Verdad”, hay muchos que dedican sus vidas a estudiarla y defenderla, muchos eruditos religiosos y hasta los mismos fariseos buscaban la verdad, sin embargo, equivocaban el camino y la meta también, pues su objetivo no era la vida eterna, sino el recibir premios, honores o distinciones.

La Gracia de Dios – Si es por gracia, ya no es por obras

La Gracia de Dios es incomparable

“…SI ES POR GRACIA, YA NO ES POR OBRAS…”(Romanos 11:6)
Escribe el apóstol Pablo: “Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia…” (Romanos 11:6).
El doctor..., bueno, no importa su nombre, cuenta la fascinante historia de cómo obtuvo su doctorado en griego. Había seis alumnos en la clase. El catedrático nunca había dado una nota de sobresaliente a nadie, pero el primer día de curso les enseñó un texto en griego y, para asombro de los estudiantes, anunció: ‘Ya he decidido sus notas, y no importa si no estudian, ni las calificaciones que pudieran sacar, porque a todos les he puesto "Sobresaliente". El doctor añade: “De los seis alumnos, cinco aprendimos más griego en esa clase de lo que nunca imaginamos sería posible. El sexto alumno, simplemente pasó por el curso y nunca se esforzó. Así es la gracia: la fuerza para sobresalir o la licencia para no esforzarse.

¿Te puedes imaginar un mundo sin Dios?

¿Puedes imaginar un mundo sin luz ni color, sin amor, sin perdón.
sin pasión, sin corazón, un mundo sin Dios?
¿Qué sería de ti sin Él?

Imagina un mundo sin amor
Imagina un mundo sin perdón
Imagina un mundo sin luz ni color
Imagina un mundo sin pasión
Imagina un mundo sin corazón
Imagina un mundo sin Dios
Porque es el Gran Yo Soy
Es el Dios de tu salvación
Quien te puede romper y hacer otra vez
Solo Él es tu respirar
Es La Huella en tu caminar
Imagina, ¿qué sería de ti sin Él?
Imagina un mundo sin valor
Imagina un mundo sin emoción
Imagina un mundo sin paz ni perdón
Imagina un mundo sin canción
Imagina un mundo sin dolor
Imagina un mundo sin Dios
Solo Él es tu respirar
Es La Huella en tu caminar
Imagina, ¿qué sería de ti sin Él?
Solo Él es tu respirar
Es La Huella en tu caminar
Imagina, ¿qué seria de ti sin Él?

Los dos osos

con los que aceptan consejos está la sabiduría. Proverbios 13.10
Hace unos años, mi esposa y yo pasamos unos días de acampada en la ladera de una elevada montaña en un parque nacional. Una tarde, mientras volvíamos a nuestra tienda, vimos dos osos machos dándose puñetazos en las orejas en medio de un pastizal. Entonces, nos detuvimos a mirar.
Un excursionista pasaba cerca, y le pregunté por qué se peleaban. 
-Por una osa joven, respondió.
Inline image 1-¿Dónde está la osa?, dije.
-Ah, se fue hace unos 20 minutos, contestó sonriendo.
Mi conclusión fue que, en ese momento, el conflicto no era la osa, sino cuál de los dos demostraba ser el más fuerte.
La mayoría de las peleas no son sobre estrategias o principios, o sobre qué es bueno o malo; casi siempre las motiva el orgullo. El sabio de Proverbios da en el clavo al referirse a la raíz del problema: la soberbia concebirá contienda (13:10). El orgullo, la necesidad humana de tener razón, el querer imponerse o el defender nuestro ego son el combustible de las disputas.

En cambio, la sabiduría está en quienes reciben consejos; en los que escuchan y aprenden; en los que, con humildad, dejan de lado sus ambiciones egoístas; en quienes se dejan corregir. Esta es la sabiduría de Dios que infunde paz dondequiera que va.
Padre, ayúdame a luchar contra mi orgullo. Dame un corazón humilde.
La humildad genera sabiduría.


¿Cómo marchas con la Visión?

¿Cómo marchas con la Visión?
“Nunca hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va.” 
Son muchas las cosas que has vivido y muchas las que quieres experimentar, todo es parte de una visión.
Si tu visión tomó un rumbo equivocado probablemente estés preocupado, frustrado o cansado. Y te preguntas ¿cómo vuelvo a la visión original?
Se dice que lo mejor para recuperar la visión es untar colirio en los ojos. El Instituto Oftalmológico de Alicante (España) ha logrado la regeneración de tejidos de la superficie ocular, mediante la aplicación de un colirio elaborado a partir de la sangre de los propios pacientes. Lo que llama la atención es que el colirio proviene del plasma sanguíneo de cada paciente.
Eso, como analogía, nos dice que podemos recuperar la visión original si volvemos a nuestras pasiones.
¿Cuál es tu pasión? ¿Estás centrándote en tus pasiones?
“Sin pasión no podemos completar una visión”