miércoles, 5 de agosto de 2015

¡No temas, Yo te ayudo!

Dios quiere recordarte algo que, aunque sabes, nunca está de más recordar: ÉL ES TU DIOS y por lo tanto, todo está en sus manos. Él tiene el control de cada problema, circunstancia y situación en tu vida. Segundo, que Él te sostiene para que no te caigas, para que puedas soportar las pruebas, para que puedas vencer cada reto y terminar cada trabajo que Él ponga en tus manos para hacer. Y tercero, Dios dice: ¡NO TEMAS, YO TE AYUDO!
Si estás dispuesto a trabajar para Él, aunque muchas veces pienses: “¿cómo lo haré, debería estar liderando o haciendo esto o aquello?, es porque el Señor confía en ti y cree que tienes las habilidades suficientes para hacer todo lo que tengas que hacer. Significa también que Él te dará sabiduría, fuerzas, ánimo y te proveerá de las herramientas necesarias porque tienes su ayuda. Porque su presencia está contigo, y si Él está contigo ¿quién contra ti?
No hay por qué temer, porque todo lo que haga falta en tu vida Él lo puede proveer. No solo en las finanzas Él se mueve, porque también si necesitas capacidades y conocimientos, Él te puede ayudar. Si necesitas salud y fuerzas, Él puede concedértelas. Pero también tienes que esforzarte, debes ser muy valiente y no dejar que el temor te domine a tal extremo que te paralice e impida tu progreso.

Dios va caminando contigo, y si estás agarrado de su mano no te perderás. Llegarás hacia el lugar correcto en el momento perfecto. Solo ten paciencia y mientras esperas, ¡no desmayes!

En el Espíritu de DIOS está lo que necesitas

“¿Alguien tiene sed? Venga y beba, ¡aunque no tenga dinero! Vengan, tomen vino o leche, ¡es todo gratis! ¿Por qué gastar su dinero en alimentos que no les dan fuerza? ¿Por qué pagar por comida que no les hace ningún bien? Escúchenme, y comerán lo que es bueno; disfrutarán de la mejor comida. Vengan a mí con los oídos bien abiertos. Escuchen, y encontrarán vida.”
Isaías 55:1-3  Nueva Traducción Viviente (NTV)
La invitación es sencilla, todo el que quiera ser saciado vaya a DIOS y beba. No importa lo que necesite, su presencia le saciará. Solo Él tiene la vida, Él es la vida.
El Espíritu de DIOS es suficiente para librarte de cualquier aflicción que estés viviendo. Él es la salvación, el poder, el perdón de pecados, la santidad, la alegría, la protección, la sanidad, el yugo fácil, la provisión, la promoción; en fin, todo lo que puedas necesitar, solo tienes que creerlo.
Mejor que cualquier medicamento es el Espíritu de DIOS. Solo Él quita de raíz la ansiedad, Él echa fuera la depresión y restaura sin calmantes el dormir. El Espíritu de DIOS revierte, en bienestar de los suyos, diagnósticos médicos adversos. Por medio de Sus palabras los huesos secos reviven, los muertos en vida reciben un nuevo comienzo. El Espíritu de DIOS trae alegría a aquellos que eran oprimidos por sus cargas. Él lleva luz a todo aquel que esté atrapado en las tinieblas y le lleva de vuelta al sosiego.

De gloria en gloria


De gloria en gloria te veo,
Cuanto más te conozco
Quiero saber más de Ti.
Mi Dios, cual buen alfarero,
Quebrántame, transfórmame,
Moldéame a tu imagen, Señor.
Quiero ser más como Tú,
Ver la vida como Tú,
Saturarme de tu Espíritu
Y reflejar al mundo tu amor.

Este bello cántico de Marcos Witt  es un “cántico que sale del alma” porque ha sido causa de oración para diversos cristianos en muchas ocasiones. El sincero deseo de cualquier hijo de Dios es ser llenado más cada día por el Espíritu Santo, ser saturado de su presencia, y ser un reflejo del amor de Dios; ni por asomo podemos ser luces de nada sino reflejo. Cuanto más vamos conociendo a Dios, más vemos la necesidad de conocerle más y más, o sea que, hasta que no lleguemos a su presencia, todo nuestro conocimiento de Él será poco, pero el ir conociéndole más hace que nuestra vida vaya siendo transformada, moldeada a su deseo. 
No es sencillo ser quebrantados por Dios, supone muchas lágrimas, supone muchos sinsabores, pero es la única forma que hay para que podamos apreciar aún más, el inmenso amor de Dios, es el único modo en el cual nuestra vida será lustrada para ser un reflejo de la luz del amor de Dios.

El significado de la mansedumbre

Cuando usted piensa en una persona mansa, ¿qué viene a su mente? Vamos a tratar a los de la mansedumbre, a los que pocas veces entendemos correctamente. Manso no significa "débil", pues la verdadera mansedumbre se aplica a estar enojado en el momento correcto, en la medida correcta y por la razón correcta. 
La Escritura nos dice que Moisés era muy manso (Números 12:3). Verdaderamente, era el hombre más manso sobre la faz de la tierra. Dicho de otra manera, él podía mantener un buen equilibrio entre sus extremos emocionales. Era paciente y sufrido con los israelitas. Cuando pudo haberlos criticado duramente por sus pecados y rebelión, en cambio rogó por ellos. Cuando Dios le ordenó liderarlos y guiarlos, aguantó décadas de reniegos, quejas e insolencia de estas personas, que nunca parecían cansarse de probar Su paciencia y resistencia. Pero cuando bajó de estar reunido con el Señor en la cima de la montaña y vio a los israelitas inclinarse y venerar al becerro de oro que habían hecho, se enojó tanto que tiró las tablas con los Diez Mandamientos escritos en ellas.