domingo, 26 de julio de 2015

No Todo está Perdido

“¡El ordenador no funciona!” Dejé de hacer mis quehaceres en la cocina y miré a mi esposo. Cuando él me dijo que en el proceso de reparación, todos los archivos del ordenador se perderían, sentí algo así como una descarga eléctrica que recorría mi cuerpo. Enmudecí. Mis pensamientos estaban aterrados ante la realidad a la que tendría que enfrentarme. “¡Todo se perderá!” Las palabras que él estaba pronunciando, en tiempo futuro, eran para mí como una declaración en el presente: ¡Todo está perdido! Me negaba a creer que mis archivos, que contenían clases, sermones, seminarios, direcciones postales y teléfonos, presupuestos y muchas otras cosas, se perderían.
Justo en ese momento, frente a mi esposo, que aún esperaba una reacción o una respuesta de mi parte, pensé en mi hermana. Un día, cuando estaba en el trabajo, recibió una llamada telefónica de que regresara de inmediato a su casa. Salió rápidamente, en dirección hacia lo que no sería más su hogar. Al llegar, vio cómo el fuego lo devoraba todo. Dependió de manos bondadosas y hogares que compartieron un espacio para su familia. Dios se manifestó a través de muchos corazones generosos, y hoy ella se encuentra disfrutando de un nuevo hogar.
Mi ordenador está arreglado. Todos mis archivos pudieron ser recuperados. Nuestra vida, al igual que una casa o un ordenador, es muy incierta e inconstante. No siempre estaremos en “lo mejor de lo mejor”. Habrá ocasiones en que nos sentiremos como si estuviésemos en caída libre desde lo más alto. Sin embargo, debemos recordar al ave, que para aprender a volar, es tomada por su madre y soltada desde muy alto, y allí, batiendo sus alas, logra remontar el vuelo.
Incluso en momentos de tristeza o desesperación podemos ejercitar nuestras alas. Cuando creemos que todo está perdido y que no hay esperanza, debemos recordar las promesas de Dios. Cristo no nos dejará a la deriva, porque “a sus ángeles mandará” que nos guarden en todos nuestros caminos, hasta que un día nos guíen por las calles de oro de la Santa Ciudad.

La obediencia: Una decisión del corazón

La vida cristiana es caminar obedientemente con Dios. La obediencia es tan importante para el Señor, que Jesús insistió en modelarla durante toda su vida en la Tierra: “Nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8.28, 29). ¿Puede decir usted lo mismo?
El deseo del Señor es más que salvarnos; Jesucristo quiere vivir dentro de nosotros para mostrarle al mundo quién es Él. Dios envió su Espíritu para vigorizar e inspirar nuestra vida, y para que podamos realizar las tareas que nos asigne. No podemos tener éxito solos, por lo tanto, el Espíritu Santo que habita en nosotros, nos permite vivir en constante obediencia con el mismo poder que resucitó al Señor Jesús de los muertos (Romanos 8.11).
Podemos tropezar de vez en cuando, pero lo importante es hacia dónde se inclina nuestro corazón. ¿Tendemos a complacernos o a obedecer a Dios? La Biblia nos muestra a muchos héroes de la fe que no siempre fueron obedientes, como Moisés, Sara, Pedro y David. Pero Dios sabía que David era un varón de actuar conforme al dictado de su corazón, y también escuchamos el clamor de su corazón en las palabras que escribió: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo” (Salmos 42.1, 2). ¿Tiene usted el anhelo de obedecer a Dios sobre todas las cosas, en cada decisión que vaya a tomar, pase lo que pase? Si es así, puede tener la seguridad de que Él le mostrará la manera de hacerlo, porque el Señor honra siempre el hambre y la sed de Él.

¡Hablemos de dinero!, ...de los errores que cometemos con el dinero

No soy fan de leer revistas, pero cuando estás en la peluquería esperando tu turno no hay otra cosa que hacer.
En ella hallé un articulo interesante en la revista “Glamour”, sobre el mal uso del dinero. La autora del articulo que decía “No cometas mis errores con el dinero” cautivó mi atención. Resulta que este asunto de manejar bien el dinero me interesa porque la economía y sus precios cada vez van a peor.
Reid Cherlin, la autora del articulo, entrevistó a una presentadora de televisión, experta en finanzas y además, escritora de un libro de finanzas, Nicole Lapin.
Nicole, como cualquier mujer experta en un tema, tuvo su comienzo. Empezó a sus “20 años” en el tema de dinero y finanzas, y un novio terminó con ella por no compartir sus mismas ideas en cuanto a ésas. A partir de ese momento aprendió todo lo necesario sobre cómo gastar y no gastar dinero, y ahora comparte algunos errores que cometió.

Con Dios nada es Imposible

¡Los científicos dicen que no puede suceder!  ¡Es imposible!
La teoría de la aerodinámica es muy clara. Los abejorros no pueden volar.
El tamaño, el peso y la forma del cuerpo del abejorro no guardan relación con el tamaño de sus alas, lo que, hacen imposible que pueda volar.
El abejorro es demasiado pesado, ancho y largo, muy grande para volar con alas tan pequeñas.
Sin embargo, el abejorro a pesar de todas esas proporciones y datos científicos, vuela.
Dios creó al abejorro y le enseñó a volar. Obviamente, el abejorro no le preguntó a Dios sobre el problema de la aerodinámica. Él, simplemente, voló. Tampoco le preguntó a Dios si sabía lo que estaba haciendo. Él, simplemente, voló. No se preguntó si Dios lo amaba al darle esas alas tan pequeñas. Él, simplemente, voló.