miércoles, 8 de julio de 2015

Estudio de la Biblia - Estudio del Antiguo Testamento - Estudio del Nuevo Testamento

Un buen resumen/estudio de la Biblia es difícil de lograr. La Biblia está compuesta por 2 testamentos, 66 diferentes libros, 1,189 capítulos, 31,173 versos, y 773,692 palabras. Los diferentes libros de la Biblia cubren diferentes temas y fueron dirigidos a diferentes audiencias. Los libros de la Biblia fueron escritos aproximadamente, por 40 hombres diferentes, en un período de unos 1500 años. Por esta razón, un resumen/estudio de toda la Biblia es una gran empresa.

Al mismo tiempo, el Espíritu Santo fue el autor “inspirador” de la Biblia. Dios “exhaló” Su Palabra y utilizó a los profetas y apóstoles para escribirla (2 Timoteo 3:16-172 Pedro 1:21). Adicionalmente, todos aquellos que han puesto su fe en Jesucristo tienen al Espíritu Santo morando en ellos (Romanos 8:91 Corintios 12:13). Y el Espíritu Santo desea ayudarnos a comprender la Biblia (1 Corintios 2:10-16).

Creados para vivir siempre

Dios... ha plantado eternidad en el corazón de los hombres. Eclesiastés 3:11 (BAD)

¡Seguramente, Dios no hubiera creado un ser como el hombre para que solo existiera por un día! No, no, el hombre fue creado para la inmortalidad. Abraham Lincoln


Esta vida no lo es todo.
La vida aquí en la tierra, es solo el ensayo antes de la verdadera. Se estará mucho más tiempo al otro lado de la muerte, en la eternidad, que aquí. La tierra es el primer escenario, la escuela primaria, el ensayo para tu vida en la eternidad; los ejercicios, el entrenamiento antes del partido, el trote de calentamiento antes de que la carrera empiece. Esta vida es el preámbulo de la venidera.
En la tierra, como máximo, vivirás cien años; pero en la eternidad vivirás para siempre. Tu vida en la tierra es “solo un pequeño paréntesis en la eternidad”. Fuiste creado para vivir por siempre.


La Biblia afirma: “Dios... ha plantado eternidad en el corazón de los hombres”. Estás dotado de
 un instinto innato que anhela la inmortalidad. La razón de esto es que Dios te hizo a su imagen, para vivir eternamente. Aunque sabemos que todos hemos de morir, la muerte siempre nos parece injusta e ilógica. Pensamos que deberíamos vivir para siempre, por la sencilla razón de que Dios ha implantado eso en nuestros cerebros.
Pero tu corazón dejará de palpitar en algún momento. Eso determinará el fin de tu cuerpo y tus días en la tierra, pero no será el fin de tu ser. Tu cuerpo terrenal es una simple residencia temporal para tu espíritu. La Biblia llama al cuerpo terrenal una “tienda de campaña”, y a tu futuro cuerpo una “casa”. Las Escrituras dicen: “Si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas”.

La vida terrenal nos brinda muchas opciones, pero la eternidad sólo nos da dos: el cielo o el infierno. Tu relación con Dios en la tierra determinará el tipo de relación que tendrás con Él en la eternidad. Si aprendes a amar y a confiar en Jesucristo, el Hijo de Dios, tendrás la invitación para estar toda la eternidad con Él. En cambio, por otro lado, si rechazas su amor, perdón y salvación, pasarás la eternidad apartado de Dios para siempre.
Hay dos tipos de personas: los que le dicen a Dios “Sea hecha tu voluntad” y aquellos a quienes Dios les dice: “Muy bien, entonces, hágase tu voluntad”. Tristemente, muchas personas tendrán que pasar la eternidad sin Dios porque eligieron vivir sin Él en la tierra.


Una vez que comprendes que la vida es más que vivir el aquí y ahora, que es una preparación para la eternidad, comienzas a vivir de una manera diferente. Cuando vives a la luz de la eternidad, tus valores cambian, y eso te da la pauta a seguir de cómo manejar toda relación, tarea y circunstancia. De repente muchas de las actividades, metas, incluso problemas que parecían muy importantes, se volverán tan triviales, pequeños e insignificantes como para que no les prestes atención. Cuanto más te acercas a Dios, más pequeñas verás las cosas.
Tus valores cambian cuando vives a la luz de la eternidad. Haces uso de tu dinero y de tu tiempo de una forma más sabia. Le das un valor mucho más alto a las relaciones y al carácter, que a la fama, a la fortuna o a los logros. Ordenas de nuevo tus prioridades, estar al día con la moda, los estilos y el que dirán, ya no tienen importancia. Pablo dijo: “Todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo”.


Si toda tu vida consistiese solo en el tiempo que estarás sobre la tierra, deberías comenzar a vivirla de inmediato. Podrías olvidarte de ser bueno y de hacer lo correcto, y tal vez no tendrías que preocuparte por las consecuencias de tus actos. Podrías darte el gusto de dedicarte completamente a ti mismo porque a la larga, tus actos no tendrían repercusión alguna. Ahora bien, y este es el meollo del asunto, ¡la muerte no es tu fin! La muerte no es tu acabose, más bien es tu transición a la eternidad; de manera que hay consecuencias eternas por todo lo que hagas en la tierra. Todo acto en nuestras vidas, toca alguna cuerda que vibrará en la eternidad.

¿Pueden bailar los cristianos?

Para dar respuesta a esta pregunta es importante hacer una aclaración sobre el baile.  El baile es una práctica habitual de todos los pueblos y grupos étnicos del mundo. Tanto en la cultura secular de cada grupo como en la Biblia, el baile representa alegría.
La palabra bailar en el Antiguo Testamento es châgag” y significa “moverse en un círculo", es decir, marchar en una procesión sagrada, observar un tipo de festival, e  implica celebrar, danzar, moverse de un lado a otro. También está la palabra para ‘baile’ (mâchôl) que habla del movimiento del cuerpo, y la palabra “râqad” que indica saltos grandes de alegría y gozo. Otra palabra traducida como danzar es ‘karar’ que significa remolinear o dar vueltas.
Salmos 30:11 Has cambiado mi lamento en baile (mâchôl); me quitaste la ropa áspera y me vestiste de alegría.
Eclesiastés  3:4 tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar (râqad).
bailando_en_una_fiesta-9482Estos son pasajes donde se utiliza el paralelismo hebreo. Hay una conexión que hace la Biblia, entre ‘baile’ con alegría y ‘reír’ con ‘bailar’.  
En el Nuevo Testamento la palabra es: "orcheomai" y significa “danzar" (con movimientos distintos) y "baile” (regulares). Jesús no condenó el baile. En cierta ocasión dijo: Mateo 11:17 diciendo: “Os tocamos flauta y no bailasteis; os entonamos canciones de duelo y no llorasteis”.
Vemos, pues, que el concepto de baile o danza no es ajeno a la Biblia. Es usado como expresión de alegría y gozo por algún evento especial, sea religioso o secular, y a menudo o siempre, va acompañado de música instrumental. En la Biblia vemos que hubo bailes relacionados con los cultos paganos, y también bailes relacionados con la adoración al Dios verdadero. Tampoco estaba el baile limitado solo a las mujeres, los hombres también bailaban.
Bailar es simplemente, mover el cuerpo al son de la música. Esto significa entonces, que los cristianos pueden y de hecho, bailan, especialmente en ciertas denominaciones carismáticas o pentecostales en las que históricamente, se acostumbra adorar a Dios con música rápida y alegre con ritmos tropicales. En estas iglesias es normal ver a hombres y mujeres moviendo su cuerpo de un lado a otro, agitando las manos o moviendo sus pies al son de algún “corito” movido. En tiempos recientes, algunas iglesias han incorporado el concepto del “baile hebreo”, con grupos de danza y coreografías en sus cultos de adoración, en los que tienen jovencitas vestidas con ropas que pueden ser o muy conservadoras o cerca de lo indecente. Estas jóvenes por lo general, están en la parte frontal de la iglesia con panderos adornados, telas de varios colores, o banderines que mueven de un lado al otro al son de la música. Sin embargo, hay otras iglesias,  muchas, que están en total desacuerdo con estas prácticas.

El Roble

Esta figuración sucedió en un jardín especial. Un árbol no podía disimular que estaba muy triste, causando preocupación en los demás árboles y flores, porque no sabía quién era. “Te falta concentrarte”, dijo el manzano, si te esfuerzas podrás dar hermosas manzanas, agregó. “No lo escuches”, dijo el rosal, te será más sencillo tener rosas. El árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no podía ser como uno de los demás, se sentía cada vez más frustrado. 
el roblePero un día llegó al jardín un búho, el ave más sabia de todas, y al enterarse del problema del árbol, le dijo: “no te preocupes, tu problema no es tan grande, y para tu información, son muchos los humanos que lo padecen. Tienes que descubrirte a ti mismo, estás en este jardín por algo; te aconsejo que te examines interiormente, y descubrirás qué eres. Y así lo hizo, hasta que oyó una voz en su interior que le decía: “Nunca darás manzanas porque no eres un manzano, y jamás darás rosas porque no eres un rosal; tú eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje…¡cumple tu propósito!”

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Por amor nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado…Efesios 1: 3-6.