jueves, 4 de junio de 2015

Una despedida

2a TIMOTEO 4:6 “Yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano”. 
Después de que le diagnosticaran un cáncer terminal, Randy Pausch, de 47 años, regresó a la Universidad para dar su último discurso a colegas, alumnos y amigos. El profesor de informática pensó que asistiría un reducido grupo de personas; sin embargo, el auditorio para 400 estaba repleto. Durante una hora, Randy les abrió su corazón con una despedida humorística, profunda y conmovedora, más centrada en la vida que en la muerte.
despedidaA las pocas semanas, millones de personas habían visto por Internet el vídeo de la conferencia, que luego se convertiría en un best-seller. Por lo general, quienes se enfrentan a la muerte tienen una perspectiva bastante clara de lo que de verdad importa en la vida.
La despedida final del apóstol Pablo ha inspirado a innumerables seguidores de Cristo a través de los siglos. Escribió: El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Su consejo a Timoteo se extrapola en el tiempo para desafiarnos también a nosotros. La carta comienza y termina con la gracia de DIOS, mientras que su contenido es una celebración por la incesante fidelidad del Señor. 
Para aquellos que van a pasar por el valle de sombra de muerte, oigan esta palabra: El llanto durará algunas oscuras y terribles noches, pero en medio de esa oscuridad pronto oiréis el susurro del Padre: “Yo estoy contigo. En este momento no puedo decirte por qué, pero un día todo tendrá sentido. Verás que todo era parte de mi plan. Nada fue un accidente; nada ha sido un fracaso por tu parte. Agárrate firmemente de mi mano, y deja que te abrace en esta hora de dolor”. 

Lo que hablo de mí

Cuando el pensamiento se hace palabra, queda declarado como algo que creemos firmemente y queda implantado en nuestro corazón. 


La biblia dice en Proverbios 18:21 que nosotros "comemos" del fruto de nuestro labios: "En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto".
Comer es ingerir, es introducir algo en nuestro ser, y comer del fruto de nuestra lengua introduce cosas en nuestro corazón. Un pensamiento no llega a ser confirmado por nosotros hasta que se convierte en palabra, en algo que decimos. Cuando el pensamiento se convierte en palabra, queda declarado como algo que creemos firmemente y queda implantado en nuestro corazón. Las palabras que decimos son escuchadas por nuestros oídos y entran en nuestra mente, y por eso es que "comemos de ellas"; cada palabra tiene un poder de fe, transmite un pensamiento, un espíritu ya sea negativo o positivo, de queja o de alabanza, de odio o de amor, de temor o de fe.

En Ezequiel 3:3 también aparece el principio de comer de la palabra de Dios. Dios le dijo al profeta: "y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel". Nuestra boca tiene que estar llena de la palabra de Dios porque de ella se alimenta nuestra vida espiritual, mental, emocional y hasta física. En Proverbios 4:22 dice también que es medicina para nuestro cuerpo. Jesús dijo que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, y en el Padre Nuestro la oración dice: "El pan nuestro de cada día dánoslo hoy"; esto no es solo sustento de comida, sino comer de la palabra que leemos, oímos y confesamos. También el Señor dijo que sus palabras son espíritu y son vida, tienen poder (Juan 6:63). 

Las palabras tienen autoridad, y nadie tiene ni tuvo más autoridad sobre su vida que Él mismo. Quizá hubo personas de nuestro entorno que declararon palabras muy negativas sobre nosotros, y ello produjo cierto efecto destructivo, pero la buena noticia es que podemos sobreponernos a cualquier sentencia negativa solo con lo que nosotros mismos digamos con nuestros labios.
La lengua está dentro del cuerpo, no es un miembro exterior, lo que significa que está directamente conectada con nuestro ser interior y que transmite cosas profundas de nuestro ser, que vienen de nuestro espíritu, corazón o alma.

Hace algunos años estaba con escasez de dinero y no sabía qué hacer. Agarré la Biblia y comencé a hacer mía la promesa de Filipenses 4:19; no solo la declaraba con mis palabras, sino que también la escribí muchísimas veces en varias hojas con un lápiz, para que me quedara bien grabada en mi mente a través de lo que leían mis ojos, a través de lo que declaraba mi boca y escuchaban mis oídos: "Mi Dios pues, suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Se me cansaba la mano de escribirla tantas veces, pero la creí, la implanté en mi corazón. Al poco tiempo, eso me llevó a recibir las estrategias de Dios para salir de todo mi problema económico y tener abundancia.

Él pelea por ti


¿Hasta cuándo pelearás con tus propias fuerzas?, ¿hasta cuándo intentarás salir adelante por ti mismo?
Una cosa es pelear solo, y otra es hacerlo ayudado de la mano de Dios. Y otra es cuando Dios pelea por nosotros; es entonces cuando logramos entender que tenemos un Dios protector que nos cuida y pelea por nosotros para darnos la victoria.
El pueblo de Israel cuando salió de Egipto, tenía tras sí a Faraón que se había levantado en armas para seguirlos, con el propósito de apresarlos de nuevo y, de paso, matar a muchos de ellos; su situación era todavía peor porque enfrente tenían aquel gran mar, humanamente imposible de atravesar.
Fue entonces, en aquel momento de angustia, persecución y miedo, cuando Dios les dio un mensaje de esperanza, fe y confianza en que todo iba a estar bien, ya que es Él quien pelea por los suyos. “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” Éxodo 14:14
Lo más difícil es cuando, a pesar de que sabemos que Dios pelea por nosotros, queremos tomar las riendas de la situación que estamos viviendo; en esos momentos muchas personas se ponen al frente de la batalla y son heridos, lastimados y dejados en penosa condición, porque se enfrentaron al enemigo con sus propias fuerzas y no dejaron que Dios peleara por ellos.

La perfección del camino de Dios

El camino de Dios es perfecto. Salmos 18:30 Nueva Traducción Viviente (NTV).
La palabra que se usa en las Escrituras como "perfecto" viene a significar que es “completo”, como cuando se acaba un trabajo y no le falta nada. Dado que los caminos de DIOS para sus hijos son completos, cada detalle de ellos es relevante para nuestro Señor.
El SEÑOR deposita en los creyentes su Espíritu en la persona del Espíritu Santo, con el propósito de ayudarlos a andar por sus caminos, y así convertirlos en seres semejantes a Cristo. Esto implica que, en muchas ocasiones, el Espíritu Santo guiará por caminos que a los creyentes les pueden parecer inesperados e inciertos, pero, sin importar lo que piensen, esos caminos son los más seguros, pues DIOS mismo se empleó en la tarea de escogerlos para completar su propósito en ellos.
Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara. Salmos 139 Nueva Traducción Viviente (NTV).

Duo Perfecto

Esta es la historia de Margaret Patrick, una pianista estadounidense que en 1982 sufrió un derrame cerebral que la dejó inhabilitada por la paralización de su lado derecho. Después de meses de recuperación, llegó al Centro Geriátrico de Vida Independiente del Sudeste para empezar su terapia física.
En la primavera de 1983, cuando Millie McHugh, un antiguo miembro del equipo, presentó a Margaret a la gente del Centro, advirtió la mirada de dolor en sus ojos cuando veía el piano.
 
-¿Algún problema?, preguntó Millie.

-No, repuso Margaret en voz baja. Solo que ver un piano me trae recuerdos.
Antes de mi hemiplejía, la música era todo para mí. 
Millie miró la inutilizada mano derecha de Margaret, y después de un momento le dijo:
-Espere aquí. Enseguida vuelvo.
 Volvió a los pocos minutos, seguido de cerca por una mujer bajita de cabellos blancos y gruesos anteojos.
La mujer se ayudaba a caminar con un andador .
¡Margaret!, dijo Millie, le presento a Ruth Eisenberg, ella también tocaba el piano, pero, al igual que usted, no ha podido tocar desde su hemiplejía. La señora Eisenberg tiene bien su mano derecha y usted tiene bien la izquierda. Yo tengo la sensación de que las dos juntas pueden hacer algo maravilloso.

-¿Sabes el vals en re bemol de Chopin?, le preguntó Ruth. Margaret asintió.
 Se sentaron juntas al piano, y dos manos sanas, una con largos dedos negros llenos de gracia, la otra con cortos y regordetes dedos blancos, se movieron rítmicamente a lo largo de las teclas de marfil y ébano.
Desde ese día, se sentaron juntas al teclado cientos de veces: la mano derecha inútil de Margaret alrededor de la espalda de Ruth, la mano izquierda paralizada de Ruth sobre la rodilla de Margaret, mientras su mano buena tocaba la melodía y la mano buena de Margaret ejecutaba el acompañamiento.