sábado, 30 de mayo de 2015

Cuando Dios llama - El llamado de Dios

Allí se metió, en una cueva, donde pasó la noche. Llegó a él palabra de Jehová, el cual le dijo: -¿Qué haces aquí, Elías? 1ª de Reyes  19/9

Cuando Dios llamó a Moisés, este estaba ocupado con sus ovejas en el monte Horeb.

Cuando llamó a Gedeón estaba sacudiendo el trigo en una era.

Cuando llamó a Saúl estaba buscando las asnas de su padre.

Cuando llamó a Eliseo estaba arando con doce yuntas de bueyes.

Cuando llamó a David estaba apacentando las ovejas de su padre.

Cuando llamó a Nehemías estaba sirviendo al rey.

Cuando llamó a Amós estaba pastoreando sus ovejas.

Cuando llamó a Pedro y a Andrés estaban echando la red al mar.

Cuando llamó a Juan y a Santiago estaban aderezando sus redes.

Cuando llamó a Mateo estaba cobrando impuestos…

El llamado de Dios como responderSiempre que Dios llamó a alguien, este era alguien ocupado…

NADIE QUE ANHELE SERVIR A DIOS PUEDE ESTAR CON LOS BRAZOS CRUZADOS…

El resfriado común

El resfriado es una enfermedad infecciosa que ataca al aparato respiratorio, bastante contagiosa, y que puede afectar a todas las personas sin importar su edad. Los síntomas principales son estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza, goteo y congestión nasal, ojos llorosos, dolor o flemas en la garganta, tos, cansancio y una sensación de malestar general.
Se considera a esta enfermedad una de las más comunes en el mundo y aunque se trata de un malestar leve, fácil de controlar y de corta duración, es también la principal razón de abstinencia laboral y escolar.
Es necesario destacar un aspecto importante. Con el paso del tiempo, el hombre ha desarrollado cientos de vacunas contra distintas enfermedades mucho más infecciosas, mortales y potentes, pero hasta hoy, el resfrío carece de una cura totalmente eficaz, que lo elimine por completo.
Solamente nuestro propio sistema inmunológico es capaz de acabar con el virus y restablecer la salud completa del individuo infectado. Todos los tratamientos o medicinas inventadas hasta ahora, solo se emplean para disminuir los impulsos cerebrales que desencadena esta patología. Y también se emplean como métodos preventivos. Nada más.
La recomendación médica para quien no quiera padecer un resfriado o quiera evitarlo, es mantener el sistema inmunitario en condiciones óptimas; durmiendo lo suficiente, reduciendo el estrés, llevando una alimentación adecuada y evitando el consumo de bebidas alcohólicas.
En resumen, el resfriado es una enfermedad capaz de infectar e interrumpir la movilidad óptima del hombre más fuerte, más inteligente, más atlético o más sabio del mundo. Sorprendentemente, el remedio se reduce a cuidar nuestro cuerpo con un buen descanso y una adecuada alimentación.

El propósito del dolor

Lectura: Juan 16:17-24 
(Jesús) dijo: os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón… (verso 22).
Inline image 1
Pregunté a varios amigos cuál había sido la experiencia más difícil y dolorosa que habían atravesado, y mencionaron guerras, divorcios, cirugías y pérdidas de seres amados. Mi esposa contestó: "El nacimiento de nuestro primer hijo, ya que fue un parto complicado en un solitario hospital del ejército". Pero, al mirar atrás, agregó que lo considera una alegría, "porque el dolor tuvo un gran propósito".
Antes de que Jesús fuera a la cruz, les dijo a sus seguidores que iban a atravesar un período de gran dolor y tristeza, y lo comparó con lo que siente una mujer durante el alumbramiento, cuando su angustia se convierte en gozo después del nacimiento del bebé. (Juan 16:20-21). También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo (verso 22) .
En la vida enfrentamos angustias; pero Jesús, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio (Hebreos 12:2), compró el perdón y la libertad para todos los que lo reciben como Salvador. Su doloroso sacrificio llevó a cabo el propósito eterno de Dios de abrir el camino a la comunión con Él.
El gozo de nuestro Salvador superó su sufrimiento, tal como la alegría que Él nos da aplaca nuestras angustias.
Padre, gracias, porque mi dolor hace que me parezca más a Cristo.

Tengo tantas cosas pendientes...

No es un archivador de mi oficina, sino uno que mantengo en mi mente. Contiene cosas que comencé durante los casi 62 años de mi vida, y que se me están acumulando.
Algunas, debo admitir, eran sueños y planes absurdos que se tuvieron inicialmente, que estaban destinados a acabar pronto sin llegar a ser completados. Pero otros siguen esperando que les dé vida nuevamente.
Hoy me encontré con un mensaje en una bolsa, de cuando iba cada sábado por la mañana, a hacer en la radio mi programa en vivo: “Línea del Éxito”. ¡Cuánto desearía hoy estar detrás del micrófono compartiendo las miles de historias que llegaban a mi vida en esa época!  Decidí desempolvar una y compartirla con ustedes. Tal vez usted, como yo, también tiene muchos asuntos inconclusos en su vida esperando que los reabra antes de que sea demasiado tarde.

“A las siete menos diez, de una oscura y fría noche en Ciudad de México en 1968, John Stephen Akwari, natural de Tanzania, ingresó cojeando dolorosamente al Estadio Olímpico, el último hombre en terminar la maratón. El ganador ya había sido coronado y la ceremonia de la victoria hacía rato que había terminado. Así que el estadio estaba casi vacío cuando Akwari, solo, con su pierna ensangrentada y mal vendada, luchó para dar la última vuelta hacia la meta. El productor de documentales, Bud Greenspan, observó la escena a distancia. E intrigado, Bud se dirigió hacia Akwari y le preguntó por qué continuaba la penosa lucha hacia la meta.
El joven de Tanzania contestó suavemente: “Mi país no me envió a cinco mil millas de distancia a comenzar una carrera; me envió a cinco mil millas a terminarla”.
¿Qué cosas hemos comenzado y nunca terminado? ¿Qué sueños siguen esperando por nosotros en el archivo titulado “Asuntos Pendientes”?
¿No será tiempo de desempolvarlos y dirigirlos hacia la meta?
Dios no nos creó para comenzar esta vida; ¡nos creó para acabarla!  “¡Y creyó en ustedes!”

Mujeres con valor

En una breve conversación, un hombre le pregunta a una mujer:
¿Qué tipo de hombre estás buscando?
Ella se quedo un momento callada, y mirándolo a los ojos, le preguntó:
¿De verdad quieres saberlo?
Él respondió "Si"
Ella empezó a decir:
"Siendo mujer en esta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer por mí".
"Yo pago todas mis facturas. Me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre", por lo que estoy en la posición de preguntar, ¿qué es lo que tú puedes aportar a mi vida?"
El hombre se le quedó mirando, y pensó que ella se estaba refiriendo al dinero.
Pero ella rápidamente, intuyendo lo que él estaba pensando dijo:
"No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más.
Él cruzó los brazos y mirándola, le pidió que le explicara...
-Yo necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida."
Y añadió:
"Busco a alguien que luche por superarse, a alguien con quien conversar y que me motive a ser cada vez mejor. Yo no necesito a alguien mentalmente simple e inmaduro… Quiero a alguien a quien admirar y que me admire por mí misma".
"Yo estoy buscando a alguien que luche por la perfección espiritual, porque necesito a alguien con quien compartir mi fe en DIOS. Un hombre que me ame, pero que ame a Dios por encima de todo.”
No necesito a un hombre que luche por la perfección financiera porque yo no busco riquezas.
Busco a alguien que se esfuerce y trabaje hombro a hombro conmigo, para sostener nuestro hogar, que no sea una carga más en espera de ser mantenido.
Yo necesito a alguien suficientemente sensible para que me comprenda por lo que yo paso en la vida como mujer, y suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer.
Yo estoy buscando a alguien al cual yo pueda respetar.  Alguien que sea mi complemento en la vida.
Para poder apoyar a ese hombre, debo respetarlo y que me respete por lo que valgo.
Yo no puedo ni quiero ser sumisa con un borrego.
"Busco a alguien en quien pueda confiar, que me respete como su pareja y mejor amiga. No a un hombre infiel, con un alma tan pobre que me falte al respeto y también lo haga a sí mismo, entregándose a cualquiera solo por un momento de placer banal y animal.
Busco a un hombre que pueda ser digno ejemplo para nuestros hijos, no una vergüenza para ellos.
"Aspiro a atender a mi pareja, pero él tiene que merecérselo. Dios hizo al hombre y a la mujer en las mismas condiciones para apoyarse mutuamente. No puedo ayudar a un hombre inútil, que no se pueda ayudar a sí mismo.
"Yo busco a un hombre sensible y con buenos sentimientos,  porque él conocerá mis sentimientos con solo mirarme a los ojos".
 Busco ternura.
Cuando terminó, lo miró a los ojos; él se veía muy confundido y con interrogantes.
Él le dijo "Estas pidiendo mucho".
Y ella le contestó:
"Yo valgo mucho".

No olvides decírselo a los hombres para que sepan el valor de una verdadera mujer.