miércoles, 27 de mayo de 2015

¿Cuál es el don de hablar en lenguas?

El primer acontecimiento de hablar en lenguas se produjo en el Día de Pentecostés, y lo encontramos en el libro de los Hechos 2:1 al 4. Los apóstoles salieron y compartieron el Evangelio con las multitudes, hablándoles en su propia lengua, “¡Les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios!” (Hechos 2:11). La palabra griega “lenguas” traducida, literalmente significa “idiomas”. Por tanto, el don de lenguas es hablar en un idioma que una persona no conoce, a fin de ministrar a alguien que habla ese idioma. Ahora bien, en 1ª Corintios capítulos 12 al 14, en los que Pablo habla de dones milagrosos, comenta, “Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablase con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?” (1ª Corintios 14:6). De acuerdo con el Apóstol Pablo, y de acuerdo con las lenguas descritas en Hechos, hablar en lenguas es valioso para aquel que escucha el mensaje de Dios en su propio idioma, pero es inútil para todos los demás, a menos que sea interpretado/traducido.
Una persona con el don de interpretar lenguas (1ª Corintios 12:30) podría entender lo que uno que habla en lenguas está diciendo, aunque no conozca el idioma que está siendo hablado. El intérprete de las lenguas comunicaría entonces el mensaje del que habla en lenguas a todos los demás, de manera que todos pudieran entender. “Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla” (1ª Corintios 14:13). La conclusión de Pablo en cuanto a lenguas no interpretadas es poderosa, “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida” (1ª Corintios 14:19).
¿Existe el don de lenguas hoy en día? 1ª Corintios 13:8 menciona que cesa el don de lenguas, aunque asocia la cesación con la llegada de lo “perfecto”, en 1ª Corintios 13:10. Algunos apuntan a una diferencia en el idioma, en profecía y conocimiento, entre “cesando” con las lenguas “siendo cesadas”, como evidencia en cesar las lenguas antes que la llegada de lo “perfecto”. Aunque sea posible, esto no está explícitamente claro a juzgar por el texto. Otros también apuntan a ciertos pasajes, tales como Isaías 28:11 y Joel 2:28-29 como una evidencia de que hablar en lenguas era una señal del juicio venidero de Dios. 

¿No puedo o no quiero?

LUCAS 17:3-4 “Si tu hermano peca, repréndelo; pero si cambia de actitud, perdónalo. Aunque peque contra ti siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: -‘No lo volveré a hacer’-, debes perdonarlo.”
Según tu opinión, ¿es fácil perdonar? Para la mayoría de las personas no lo es. El resentimiento duele mucho, y muchas veces se transforma en odio y rencor, llegando muchos a decir. “¡Yo simplemente no puedo perdonar!”. El resentimiento y la rabia sacan toda la alegría de vivir, y muchos insisten en decir siempre la misma cosa: “¡Yo no puedo perdonar!”
Innumerables personas están cargando ahora mismo con estos sentimientos de amargura.  Quizá tú seas una de esas personas, y si dices que no puedes perdonar, estás muy equivocado.  Deberías decir: “¡Yo no quiero perdonar!”
no quieroBueno, a fin de cuentas, ¿Qué es lo que pasa al no perdonar? ¿Afectará esto a la otra persona? Por lo general, no. Pero quien no consigue perdonar termina perjudicándose más que aquella persona a quien no perdonamos.
Pero recuerda lo que Dios te dice: -“Pero yo, yo mismo soy tu Dios y por eso perdono tus pecados y los olvido”-. Además de no ser de beneficio para ti, a Dios no le agrada que no perdones. Incluso Él afirma: “Sed buenos y compasivos unos con otros, y perdonaos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo” (Efesios 4:32).
Si no perdonas vas engendrando resentimiento que va en aumento hacia el rencor y el odio, haciéndote esclavo de esos sentimientos y separándote de Dios. Si quieres ser libre, debes perdonar.
Perdonar es una decisión de la voluntad propia, es avanzar en tu camino o quedarte paralizado por hechos que ya no se pueden cambiar. Es tu elección.

Tenemos un gran Dios

Texto bíblico: 1 Reyes 18: 20-40 (Reina-Valera 1960).
Nuestro único y verdadero Dios es JEHOVÁ de los ejércitos, grande, fuerte y temible, el cual actúa de manera asombrosa y sobrenatural, más de lo que hayamos visto en este mundo. Y todo el que cree en Él y le reconoce jamás será avergonzado.
Hay una historia de la Biblia realmente emocionante, que es la escena del profeta Elías frente al pueblo de Israel, gobernado por el malvado rey Acab, quien estaba casado con una terrible mujer idólatra llamada Jezabel. El profeta Elías estaba anonadado por tanta idolatría, y quiso sacar al pueblo de su ignorancia y hacerles saber la verdad acerca de quién es el verdadero Dios (versículo 21).
woman praying5A destacar la valentía de Elías al retar al pueblo de Israel y a los 450 profetas de Baal (dios falso) (versículo 22). A veces nos da miedo enfrentarnos a quienes hablan mal de nuestro Dios, y no podemos tolerar eso. Dios y tú son multitud para desafiar lo que sea. No debemos permitir que manchen el nombre del gran Dios, de nuestro Padre o que nieguen su existencia y capacidad.
¨ Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ese sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. (Versículos 23-24).
Los profetas de Baal prepararon el sacrifico conforme se acordó, pero como era de esperar, jamás obtuvieron respuesta, Baal nunca les contesto. Pero recalquemos la confianza de Elías hacia Dios; era tan grande que estaba seguro de su victoria, él sabia a quién creía y a quién tenía por Dios. Nosotros, por querer buscar soluciones fáciles y según nuestra humanidad, buscamos refugio, respuesta y ayuda en cosas que no valen la pena, depositamos nuestra confianza en quien no debemos. Así de confiado como Elías debemos estar al burlarnos de nuestros problemas, porque sabemos que Dios siempre está atento a nosotros, nunca duerme, jamás nos ignora; y que Dios tarde en contestarnos no quiere decir que no exista o que nos ignore, solo que no es el tiempo y hay que aprender a esperar.

El Mesías disfrazado

Una  historia cuenta sobre un monasterio en el que desde algún tiempo la piedad había decaído tanto, que dio paso a no concederle importancia alguna, una especie de aburrimiento. Los monjes no parecían felices; nadie se esforzaba por estimar a nadie, y eso se notaba continuamente.
EL MESIASPreocupado por esto, el Prior o Abad Mayor fue a buscar consejo en un sabio con fama de santo, quien después de escuchar el problema, mencionó que la causa de esa falta de piedad, era que en dicho monasterio estaba viviendo el Mesías, pero camuflado, de incógnito, sin que ninguno de los monjes se hubiera dado cuenta.
El Abad Mayor regresó preocupado a su monasterio. No  lograba imaginar quién, de  sus compañeros, podría ser el Mesías disfrazado. …. ¿Acaso sería el maestro del coro? …No…. muy vanidoso. ¿El  maestro de los novicios? Tampoco; muy duro. ¿Quizá el hermano portero?… ¿o  el cocinero? …En fin, repasó, uno por uno la lista de sus monjes, y a todos les encontraba defectos.
Al  llegar al  convento, comunicó a los frailes sobre este particular. Como era obvio, todos se pusieron a pensar quién de ellos podía ser el tal Mesías, pero llegaron a las mismas conclusiones que el Abad mayor.

Apártate de mí

Es el día de levantarte y con palabras simples y sencillas, decirle a aquel que no está siendo de bien para ti "apártate de mi".
Qué difícil es tener que decirle a alguien que estimas y valoras “te ruego que te apartes de mi” pero, más doloroso aún es que alguien nos diga a nosotros apártate de mí. Hay gente a la que hoy mismo tienes que decidir apartarte de ellos ya que te harán tropezar en tu desarrollo como hijo de Dios. Sabemos de sobra que hay gente que no busca hacernos bien sino nuestro mal, y no nos importa vivir cerca de ellos, contarles cosas de nuestra vida y pasar tiempo a su lado.
¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Génesis 13:9
Hay gente a la cual tienes que decirle “TE RUEGO QUE TE APARTES DE MÍ”, como lo hizo Abram con su sobrino Lot con el propósito de no tener problemas entre ellos. Muchas personas viven teniendo problemas con hermanos en la fe, con parientes, con amistades, y en vez de alejarse de ellos pasan el tiempo de pelea en pelea, y todo por no tomar cada cual su camino; Abram le decía a Lot "si tú te vas para un lado yo tomo para el otro", pero no estemos más juntos para evitar problemas entre nosotros.
Sucede que todo problema en las relaciones se inicia con la confianza, porque muchos, al tener confianza entre sí, empiezan a faltarse al respeto y a tenerse en poco, de manera que ya no se valoran como antes, ya no se miran como antes y lo peor es que ya no se tratan como antes y viven de discordia en discordia. Si Abraham no se hubiera alejado de Lot habría prolongado el cumplimiento del propósito de Dios en su vida, habría terminado como él en Sodoma y Gomorra.