domingo, 24 de mayo de 2015

¿Es bíblico el sacerdocio de todos los creyentes?

Hay un pasaje principal que trata del sacerdocio de todos los creyentes. Es como sigue: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable” (1 Pedro 2:9).

Los sacerdotes del Antiguo Testamento fueron elegidos por Dios, no por elección propia; y fueron escogidos para un propósito: servir a Dios en sus vidas y agradarle por medio de ofrendas de sacrificios. El sacerdocio servía como una ilustración “tipo” del futuro ministerio de Jesucristo... ilustración que después ya no fue necesaria, una vez que Su sacrificio en la cruz fue consumado. Cuando el grueso velo del templo que cubría la entrada al Lugar Santísimo fue partido en dos por Dios, al momento de la muerte de Cristo (Mateo 27:51), Dios estaba indicando que el sacerdocio del Antiguo Testamento ya no era necesario. Ahora los creyentes podrían venir directamente a Dios a través del gran Sumo Sacerdote, Jesucristo (Hebreos 4:14-16). Ahora ya no hay mediadores terrenales entre Dios y el hombre, como existieron en el sacerdocio del Antiguo Testamento (1 Timoteo 2:5).
Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, ofreció un solo sacrificio por el pecado de todos los tiempos (Hebreos 10:12), y ya no queda más sacrificio 
que pueda ser hecho por los pecados (Hebreos 10:26). Pero así como los sacerdotes ofrecían otras clases de sacrificios en el templo, está claro en 1 Pedro 2:5, que Dios ha elegido a los cristianos “...para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:5-9 habla de dos aspectos del sacerdocio del creyente. 

El poder del gozo

"¡Jesús quiere que estemos llenos de su gozo! La biblia dice: El corazón alegre constituye un buen remedio" Proverbios 17:22.
¡Los cristianos deberían ser las personas más felices del mundo! Piense en esto: Jesús oró: "Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos" (Juan 17:13).
¡Jesús quiere que estemos llenos de su gozo! Hebreos 1:9 dice que Dios ungió a Jesús con gozo más que a sus compañeros. Esto significa que Él era más feliz que las personas que lo rodeaban. ¡Eso es mucho gozo! Para hacernos aún más felices, Dios envió a su Espíritu Santo a nuestra vida para confortarnos. Es evidente e importante que Él quiera que seamos confortados. Pero esto se pone todavía mejor. La Biblia dice que el fruto o evidencia del Espíritu Santo, obrando en nosotros, es "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gálatas 5:22-23).

Ahí está otra vez la palabra gozo. Tenemos el gozo de Jesús y el gozo del Espíritu Santo. ¡Nos ha sido dada una doble unción de gozo! Ahora, si eso no lo entusiasma, ¿qué le parece esto?: ". . . el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo" (Romanos 14:17). O sea, un tercio del Reino es gozo. El apóstol Pedro dijo: "... creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso" (1 Pedro 1:8). Pero el gozo es una emoción extraña para muchos cristianos, porque los espíritus religiosos se han deslizado de forma sibilina en sus almas y les han robado la vida abundante que Jesús compró para ellos.

El gozo que no puede expresarse con palabras, frecuentemente se manifiesta con la risa. Verdaderamente, es difícil estar sumamente gozoso y no reír. La gente siempre ha sabido que la risa, la risa buena y franca la hace sentir mejor. Salomón dijo hace miles de años: "El corazón alegre constituye buen remedio" (Proverbios 17:22). Pero la medicina moderna solo estudia con seriedad, los beneficios específicos de la risa desde hace treinta años.

La Clave del Triunfo

Busca una tarea que te guste y ya no tendrás que trabajar. La mayoría de los exitosos aman lo que hacen.

playa sol mar atardecerRecientemente se realizó una encuesta a dos millones de personas de diferentes partes del mundo, y se llegó a esta conclusión: a más de un 80 % de los encuestados no les gusta su trabajo, solamente el 20 % lo ama, y la mayoría de la gente trabaja por necesidad económica, necesidad de supervivencia, pero no por amor y pasiónLo cual no deja de ser un problema importante, ya que el amor, en todas sus variantes, es una vibración muy alta que le hace muy bien a nuestro cuerpo y a nuestra salud en general.
Si tenemos en cuenta que la mayoría trabajamos 8 horas diarias, quien ama su trabajo pasará enamorado o apasionado de él mas de un tercio de su vida. Por otro lado, al que no le gusta su trabajo, y lo soporta y aguanta por necesidad o conveniencia, va a estar en en estado emocional negativo cerca de un tercio de su vida.
Uno se casa con el trabajo, se casa con su profesión, pero ¿se trata de un matrimonio por amor o de un matrimonio por conveniencia? Esta es una pregunta  importante porque muchas veces el reclamo de los trabajadores se centraliza excesivamente, en el tema del salario, en lo económico.. pero es importante también, buscar aquello para lo cual fuimos hechos. 

El puente

Hace tiempo leí esta historia de la que, sintiéndolo mucho, desconozco su autoría. Es un relato que a todos nos puede llevar a la reflexión, al auto-análisis. Espero que la lección de esta historia sirva para no solo pensar sino también para actuar, para construir puentes y no cercas.
Se cuenta que, cierta vez, dos hermanos que vivían en granjas vecinas, separadas apenas por un río, entraron en conflicto. Fue la primera gran desavenencia en toda una vida de trabajo uno al lado del otro, compartiendo las herramientas y cuidando uno del otro.
Durante años ellos trabajaron en sus granjas, y al final de cada día atravesaban el río y disfrutaban cada uno de la compañía del otro. A pesar del cansancio, hacían la caminata con placer pues se amaban. Pero ahora todo había cambiado.

Lo que comenzó con un pequeño mal entendido, finalmente derivó a un cambio de ásperas palabras seguidas por semanas de un silencio total. 
Una mañana, el hermano más viejo oyó que golpeaban su puerta. Cuando abrió vio a un hombre con una caja de herramientas de carpintero en la mano.
-Estoy buscando trabajo -dijo éste.- Quizás usted tenga un pequeño servicio que yo pueda hacer.
-¡Si!, dijo el granjero, ¡claro que tengo trabajo para usted!, ¿ve aquella granja al otro lado del río? Es de mi vecino. No, en realidad es de mi hermano más joven. Nos peleamos y no lo aguanto más. ¿Ve aquella pila de madera que tengo cerca del granero? Quiero que usted construya una cerca bien alta a lo largo del río para que yo no lo vea más.
-Creo que entiendo la situación, dijo el carpintero; muéstreme donde están las palas y verá usted que haré un trabajo que lo dejará plenamente satisfecho.
Como precisaba ir a la ciudad, el hermano más viejo ayudó al carpintero a encontrar el material y se marchó.

La Obra Interna de Dios En La Biblia

“…QUIEN COMENZÓ LA BUENA OBRA… LA CONTINUARÁ HASTA QUE QUEDE COMPLETAMENTE TERMINADA…” (Filipenses 1:6 NTV)

Cuando Pablo escribió a los creyentes de Filipos, les dijo que Dios estaba haciendo una obra en cada uno de ellos. El apóstol escribió: “Le pido a Dios que el amor de ustedes desborde cada vez más y que sigan creciendo en conocimiento y entendimiento. Quiero que entiendan lo que realmente importa, a fin de que lleven una vida pura e intachable hasta el día que Cristo vuelva. Que estén siempre llenos del fruto de la salvación, es decir, el carácter justo que Jesucristo produce en su vida, porque esto traerá mucha gloria y alabanza a Dios” (Filipenses 1:9-11 NTV).
Seguro que piensas que eso es muy difícil. Cierto, y nunca lo podrás cumplir únicamente con la fuerza de voluntad, las buenas intenciones o los meros esfuerzos. Debes buscar la dirección de Dios, someterte a Él en todas las cosas y sacar fuerzas de las Suyas. Intentar hacer cosas que solo le atañen a Dios es una empresa fútil y no funciona. Confía en que Dios te va a equipar para la obra a la que te ha llamado. Claro es que debes cumplir con tu parte, pero no quieras hacer la suya. “…Nosotros todos, mirando… como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en Su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18). ¿Qué es lo que nos cambia? “El Espíritu del Señor” Eso debería quitarnos un peso de encima y eliminar el estrés y la ansiedad que sentimos, siempre que buscamos “cambiarnos” a nosotros mismos.
“…DIOS TRABAJA EN USTEDES Y LES DA EL DESEO Y EL PODER PARA QUE HAGAN LO QUE A ÉL LE AGRADA” (Filipenses 2:13 NTV)