miércoles, 20 de mayo de 2015

Una nueva oportunidad

Un hombre tenía dos hijos, y el menor le dijo: “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”. Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos.
Pocos días después, el hijo menor empaquetó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada. Al mismo tiempo que se le acabó el dinero, hubo una gran hambruna en todo el país, y él comenzó a morirse de hambre. Convenció a un agricultor local de que lo contratara, y el hombre lo envió al campo para que diera de comer a sus cerdos. El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos, le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada.
Cuando finalmente entró en razón, regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo”.
Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. (Lucas 15:11-24 NTV)

La tierra, el laboratorio de Dios

No desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día… no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:16-18. 
Inline image 1 (Extracto de una carta): 
Querido amigo, el Señor le somete a una larga y dolorosa prueba, pero créale, no será en vano. No podemos medir las consecuencias inmediatamente, porque muy a menudo Dios nos forma a la vez para la tierra y para el cielo, bajo la perspectiva de nuestro futuro con Jesús en el cielo. Esta tierra es el laboratorio de Dios para llevar a cabo su trabajo, sus planes celestiales y gloriosos, cuya duración es eterna.
Nos parece evidente, humanamente hablando, que Dios debería mostrarnos su amor haciendo las circunstancias de nuestra vida más soportables, sobre todo las que son más normales, como la vida familiar, el trabajo y la salud. Algunos creyentes gozan de estas cosas mientras que otros no las tienen. Pero la fe sabe ir más allá de lo que se ve. Dios nos enseña a juzgar las cosas según su escala de valores; nos enseña su lenguaje, su forma de ver, y se revela a nuestra alma como la rica compensación que nos permite abandonar lo que nos pide que dejemos. A partir de ahí, el fruto de la prueba nos da a conocer su paz, su compasión, y nos enseña a tener paciencia.

Pronto, tras haber pasado la prueba, conoceremos un excelente y eterno peso de gloria (2 Corintios 4:17). 
Entonces Dios secará toda lágrima de nuestros ojos (Apocalipsis 21:4). 

Como una cometa, como un papalote

Los ingenieros contratados para construir un puente en suspensión sobre el río Niágara se enfrentaron a un serio problema: cómo llevar el primer cable de un lado del río hasta el otro. El río era demasiado ancho como para tirar un cable al otro lado y excesivamente rápido para ser cruzado en bote.
Al final un ingeniero dio con la solución. Aprovechando un viento calmado y favorable, se alzó un papalote y se le dejó ir río arriba y aterrizar en el lado opuesto. Atado al papalote iba un cordel muy liviano, ensartado en la punta del papel, de modo que ambos extremos del hilo estaban en las manos del que hacía volar el papalote. Una vez que este estuvo en las manos de los ingenieros del otro lado, retiraron el cordel e hicieron una polea. Una soga fina estaba atada a una de las puntas del cordel original del papalote y fue tirada al otro lado del río. Al final de ella, había una pieza de soga que también fue tirada al otro lado y así continuó, hasta que un cable lo suficiente fuerte como para aguantar el cable de hierro que sostendría el puente, pudo ser arrastrado a través de las aguas.
¡Deja que tu fe se remonte como un papelote! Déjaselo a Dios, creyendo que Él podrá y te ayudará. Cuando vinculas tu desatada fe con paciencia y persistencia, tendrás lo necesario para enfrentar potencialmente cualquier problema.
Santiago 1:3-4 (La Biblia al Día)
¡Porque la paciencia crece mejor cuando el camino es escabroso! ¡Déjenla crecer! ¡No huyan de los problemas!…

Sumergido en la depresión

A pesar de todo el ánimo que se tenga, aún con todas las buenas palabras que podamos recibir, en ocasiones es difícil entender que se debe continuar y no quedarse estancado llorando los fracasos.
depresionA veces, ciertas palabras monótonas y repetitivas no llegan a lo profundo de nuestro ser, y crean, de cierta forma, un resentimiento porque las personas que nos las dicen no se ponen en nuestro lugar, piensan que es sencillo opinar, simplemente lanzar una palabra,... pero un cliché así no es suficiente para nosotros.
Es en esos momentos cuando todo se nos hace esquivo; es en esos instantes cuando la depresión nos consume, y el deseo de quedarse en la cama recordando aquel buen tiempo nos tortura. Entonces es cuando debemos ser fuertes y sacar una pequeña garra de valentía, ir aunque sea arrastras al baño, darse una ducha...
La depresión puede calar muy profundamente en nuestro interior, la tristeza nos puede corroer y tratar de manipularnos, pero no tiremos la toalla. Yo debo reconocer que he sufrido mucho de esas épocas. Aún recuerdo cuando solía quedarme en la cama y me tapaba la cara con las sábanas, no tenía hambre y solo quería dormir.
Si usted sufre de depresión, haga un alto y crea de verdad, que usted no tiene por qué estar condenado a vivir con ella siempre. No tiene por qué ser parte de su vestimenta diaria. Sé que no se tienen ganas ni siquiera de salir a ver un poco el cielo, sé que se tiene un problema que involucra a toda la familia, sé que ni siquiera te vale que te digan que leas tal o cual Salmo.
Soy consciente y creo que las personas nos dan ese versículo de la Biblia para leerlo y ponerlo en práctica, y es con la mejor intención, pero no comprenden que hasta abrir un libro tan sabio como es la Palabra de Dios, llega a costar.
No desistas, no creas que ese es tu destino, mírate glorioso(a) y recuerda que si has abierto los ojos y sientes tu respirar, es porque un objetivo debes cumplir. Dios te ve, te escucha, sabe lo que estás viviendo y aunque no lo creas, Él es tu consuelo. En ese momento de dolores de cabeza, piensa que Dios en cualquier momento intervendrá.

Dulce abandono

Hay perfumes que con unas pocas aplicaciones suyas, son suficientes para perfumar todo el cuerpo. Accionar la valvulita de la botella varias veces, puede cambiar todo el entorno de una habitación. Y si el frasco se derramara, cambiaría la atmósfera de toda la casa varios días. Sería demasiada fragancia.
Cuenta la Biblia que una mujer vino a Jesús con una vasija de alabastro, conteniendo perfume de nardo puro valorado en unos trescientos denarios, el salario de un jornalero de casi todo un año. Rompió el vaso y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús (Marcos 14:3-5).
¿Por qué romperlo? Simplemente podría haberlo destapado y derramada la costosa fragancia sobre la cabeza del Señor…
Steve Green, compositor, en su tema “Quebrantado y derramado” traza un conmovedor paralelismo entre esa vasija y nosotros, haciendo un paralelismo con esta escena de la Biblia. El perfume se liberó “como un preso ya sin cadenas, como un alma que del mal se libró. Fui quebrantado por amor a ti, Cristo” expresa la bellísima canción.
Había que romper la vasija. Era imperiosamente necesario quebrarla. No funciona de otra manera. No hubiera sido lo mismo verter el perfume a chorritos y quedarse el frasco entero, de una sola pieza. Significaría seguir siendo lo mismo, como a nosotros nos gusta.