lunes, 11 de mayo de 2015

Añadiduras de Dios

Padre Celestial, Dios Fuerte, llenos están los cielos y la tierra de tu gloria, te pido que me llenes con tu Santo Espíritu. Ayúdame a tener un corazón dispuesto como el que tuvo María que se sentó a tus pies. Ayúdame a sacar tiempo para adorarte y aprender de tu Palabra. Señor Jesucristo, reconozco que en varias ocasiones he sido como Marta, afanado en muchas cosas. Enséñame a buscar primeramente tu Reino y no darle tanta importancia en los quehaceres diarios. Señor, mi corazón me dice ¡busca su Rostro!, y yo, Señor, tu Rostro busco. Enséñame a escoger cada día la buena parte.
Inline image 1“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (Lucas 10:38–42).
            
Este versículo de la Biblia nos invita a pensar y reflexionar en las cosas que hacemos diariamente. Si pensamos que Dios no ve lo que hacemos cada día, nos equivocamos. Los poderes de omnipresencia y omnisciencia de Dios le dan la habilidad y la Suprema autoridad de ver todo lo que hacemos, sea bueno o malo. El Señor nos habla todos los días, pero estamos tan ocupados en los quehaceres diarios que ni cuenta nos damos cuando Él nos habla, y lo peor es que aunque sentimos Su presencia durante los quehaceres, muchas veces seguimos empecinados en terminar con las tareas y dejamos a un lado Su presencia.
                  Este pasaje bíblico enmarca una relación íntima entre Marta, María y Lázaro, éstos hermanos eran amigos de Jesús. En los evangelios vemos que el Señor Jesucristo tenía una relación muy bella con estos hermanos, al extremo que se quedó a comer con ellos a la vez que les enseñaba la Palabra.
     -¿Marta o María? Sería deseable tener un poquito de las dos pero con la evaluación de Dios.
      -¿Cómo?         
      -Veamos: muchos critican a Marta pero ella fue la primera que salió de su cómoda silla para atender al Maestro. La diferencia con María fue que esta se quedó todo el tiempo sentada a los pies de Jesús y Marta se fue a la cocina a prepararle comida al Maestro. La enseñanza que el Maestro les impartió ese día y que nos la enseña a todos, es que los afanes de la vida en nada aprovechan porque hay tiempo para todo.

Esforzándose y siendo Valiente

Josué 1: 9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. 
En el caminar de la vida cristiana todos pasamos en algún momento determinado, por situaciones que nos quieren alejar de nuestro objetivo de vida eterna. Dichas situaciones son obstáculos difíciles de saltar, pero no imposibles.
No podemos negar que hay momentos en los que quisiéramos colgar los guantes, en los que por más que lo intentamos no conseguimos salir de una de esas crisis de la vida.
Es en esos momentos en los que a la mayoría se nos viene a la mente el texto anterior, “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente”.
“Mira que te mando”, una imposición, no una opción, “que te esfuerces”, es “sacar fuerzas de donde no las hay”; es obvio que si estás en un momento de bajón espiritual no tienes fuerzas, y es ahí donde entra la Palabra de Dios diciéndote: “Sacar fuerzas de donde no las hay”. Un verdadero guerrero no se da por vencido, un verdadero guerrero aunque esté gravemente herido, no se da por vencido. Se trata de su vida, y su misma necesidad de seguir viviendo lo hará reaccionar y no quedarse a expensas de la muerte.

La disciplina Cristiana

Es importante y necesario que todos los seres humanos tengamos una disciplina y nos apeguemos a ella. De hecho, hay personas que son disciplinados en su propia vida.
A la hora de levantarse, en el aseo personal, de su casa, de su trabajo, en sus actividades, etc. Se dice que son disciplinados.
Estudiando este tema, Dios nos da dos disciplinas: una preventiva y otra correctiva. La preventiva es la que oímos en los sermones o lecciones. Se nos indica lo que debemos hacer y lo que Dios no desea que se haga. Y se dice, si se violan los principios de la doctrina, Dios nos castigará (correctiva).
Por ejemplo, el padre que disciplina a su hijo es porque lo ama. Debe no solo castigarlo sino enseñarle como debe ser su forma de vivir. Pero muchos padres usan solo la disciplina correctiva, y muy pocas veces la preventiva. Los cristianos debemos oír la disciplina preventiva y conocer qué tendremos si no obedecemos, un castigo por parte de Dios.
En la reunión de la iglesia se dice a la hora que se inicia, la actitud que debemos tener al oír el mensaje, (de reverencia y no distraernos con nada), guardar silencio al oír el mensaje, reverencia al tomar la comunión, etc. La ropa que usamos para venir a la adoración también muestra una disciplina. Adorar a Dios es lo más importante, por lo tanto nuestro arreglo personal debe ser digno.
En cada momento de nuestra vida, seguimos la disciplina de Dios. Pero cuando el cristiano se rebela contra la disciplina, se porta mal tanto si se trata de la adoración a Dios como en su vida personal. Si andamos en chismes, en calumnias, en no respetar nada, y por ello causamos malestar entre los hermanos, entonces se debe aplicar la disciplina correctiva.

¿Fue San Pedro el primer Papa?

La Iglesia Católica Romana ve a Pedro como el primer Papa sobre quien Dios eligió construir Su iglesia (Mateo 16:18). Sostiene que él tuvo autoridad (primacía) sobre los demás apóstoles. La Iglesia Católica Romana mantiene que algún tiempo después de los eventos registrados en el Libro de los Hechos, el apóstol Pedro se convirtió en el primer obispo de Roma, y que el obispo romano fue aceptado por la iglesia primitiva, como la autoridad central entre todas las iglesias. Enseña que Dios pasó la autoridad apostólica de Pedro a aquellos que más tarde ocuparon su silla como obispo de Roma. Esta enseñanza de que Dios pasó la autoridad apostólica de Pedro a los subsiguientes obispos es referida como la “sucesión apostólica.”

La Iglesia Católica Romana también sostiene que Pedro y los subsiguientes Papas, fueron y son infalibles cuando declaran asuntos “ex cathedra”, desde su posición y autoridad como Papas. Enseña que esta infalibilidad le da al Papa la habilidad de guiar a la iglesia sin error. La Iglesia Católica Romana declara que puede trazar una línea regresiva ininterrumpida de Papas hasta San Pedro, citando esto como evidencia de que es la verdadera iglesia, puesto que de acuerdo a su interpretación de Mateo 16:18, Cristo construyó Su iglesia sobre Pedro.


Pero mientras que Pedro fue la figura central en la primera propagación del Evangelio (parte del significado que tiene Mateo 16:18-19), la enseñanza de la Escritura, tomada en su contexto, en ninguna parte declara que él tenía autoridad sobre los otros apóstoles o sobre la iglesia (primacía), ver Hechos 15:1-23Gálatas 2:1-141 Pedro 5:1-5. Tampoco es enseñado que el obispo de Roma, o ningún otro obispo, debía tener la primacía sobre la iglesia. La Escritura ni siquiera registra explícitamente, que Pedro aún estuviera en Roma. Antes bien, solo hay una referencia en la Escritura sobre Pedro escribiendo desde “Babilonia”, un nombre que algunas veces se aplicaba a Roma. (1 Pedro 5:13) Fundamentalmente, sobre esto y sobre el histórico surgimiento de la influencia del Obispo de Roma, es de donde procede la enseñanza de la Iglesia Católica Romana
 sobre la supremacía del Obispo de Roma. Sin embargo, la Escritura enseña que la autoridad de Pedro era compartida por los otros apóstoles (Efesios 2:19-20), y la autoridad de “atar y desatar” atribuida a él fue, del mismo modo, compartida por las iglesias locales, no solo por sus líderes (ver Mateo 18:15-19;1 Corintios 5:1-13;2 Corintios 13:10;Tito 2:15;3:10-11).

Dos Salmos 23

En la vida hay dos tipos de personas, y cada uno de estos tipos expresan su estilo de vida a través de un Salmo. Un Salmo es una expresión del alma que revela lo que impera en lo más recóndito de sí misma. Hay dos tipos de personas y usted podrá ubicarse en el que mejor exprese su alma.
Salmo 23 del primer tipo de persona:
Yo soy mi pastor. Siempre padezco necesidad.
Voy de comercio en comercio y de psicólogo en psicólogo en busca de alivio sin encontrarlo.
Me arrastro por el valle de sombra de muerte y me desmorono.

Le temo a todo, desde los pesticidas hasta las líneas eléctricas, y comienzo a actuar como mi madre.
Voy a la reunión semanal y estoy rodeado de mis enemigos. Voy a casa y hasta mi pez de colores me desprecia.
Unjo mi cabeza con Paracetamol extra fuerte.
Mi Bacardí está rebosando.
Ciertamente la miseria y la desdicha me seguirán, y viviré dudando de mí por el resto de mi solitaria vida.