martes, 5 de mayo de 2015

¿Cuál es tu intención?

La biblia nos enseña que Dios sopesa los corazones de las personas, que conoce cuál es la intención de cada acción que realizamos. Encanta la idea de que sea así; da mucha paz pensar que el Todopoderoso juzga según en el propósito interno de nuestros actos; sin embargo, los seres humanos no podemos medir a los demás por el mismo rasero. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla, las personas no tenemos la capacidad de saber las intenciones de los demás, lo único que podemos es percibir sus actos y sus palabras.
Confiar en la rectitud de nuestras intenciones es uno de los grandes errores que cometemos y que más perjudican las relaciones humanas. Esto se debe a que por lo general, nos juzgamos con base a nuestras intenciones, pero a los demás por sus acciones.
Las personas no pueden juzgarnos con base a los deseos de nuestro corazón, sino basados en nuestras actitudes, acciones... u omisiones.
En el momento que reconozcamos esta situación y aprendamos que lo verdaderamente valioso para nuestras relaciones, es cómo tratamos a los demás, qué resultados les damos y no qué pensamos o sentimos por ellos, daremos un gran paso para mejorar no solo nuestras vidas sociales y laborales, sino también el ambiente que generamos a nuestro alrededor.

Los de limpio corazón

MATEO 5:8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
limpiocorazonBajo el punto de vista espiritual es posible ser limpio por fuera y sucio por dentro; es posible tener la apariencia de un gran cristiano y en realidad ser un verdadero farsante. Generalmente, todos nos dejamos llevar por lo que vemos, por la apariencia exterior, y muchas veces resultamos engañados.Pero nuestro Dios es verdaderamente sabio y va a la raíz de la cuestión: Ve lo que nadie ve: Lo profundo que hay en el corazón.
Como cristianos, debemos caracterizarnos por tener un corazón puro que por cierto, no es lo mismo que tener un corazón lleno de fría religiosidad.
A Dios le agradan los que tienen un corazón limpio, porque ellos son los que están en comunión íntima con Él, aquí en la tierra. Nuestro corazón muchas veces se llena de “basura” e impurezas que oscurecen la presencia del Espíritu Santo.
Que nuestro anhelo en este día, sobre todas las cosas, sea tener un corazón limpio. Ser limpio por fuera es muy importante, pero serlo de corazón es vital para caminar con el Señor.
DECIDO DAR OPORTUNIDAD AL SEÑOR PARA QUE ÉL HAGA DE MÍ UN CRISTIANO LIMPIO DE CORAZÓN.
Te pido Señor, que limpies mi sucio corazón lleno de cosas que no convienen y te desagradan. Ayúdame a partir de hoy a caminar por el sendero de los limpios de corazón. Gracias, Jesús. En tu nombre, amén.

A una madre

Reflexiones de un Cristiano ImperfectoA una madre, sobre todo se le tiene gratitud por haber permitido que Dios la usara para darnos la vida.
A una madre solo se le puede tocar sus manos con respeto y veneración, porque nos cambiaron los pañales, nos dieron de comer, fueron el pañuelo de nuestras lágrimas.
A una madre solo se le puede mirar con la vista en el cielo, pues por sus ojos nosotros hoy podemos ver la vida.
A una madre solo se le pueden dar besos tiernos, suaves, dulces, lentos, para mostrarle y demostrarle que por el cariño recibido de ella, hoy podemos amar a nuestros familiares.
Reflexiones de un Cristiano ImperfectoA una madre se le debe tener siempre una silla preparada, ya que un día Dios la usó para mecernos en sus brazos y hacernos sentir seguros.
A una madre se le debe tener siempre una cama lista en nuestra casa, para que pueda descansar después de tanto trabajo en su vida para que llegásemos a ser lo que somos.

Para una madre se debe guardar silencio cuando duerme ya que ella pasó muchas noches en vela, cuando nosotros éramos niños.
A una madre siempre hay que tenerle un plato de comida listo y a su gusto, ya que ella muchas veces dijo que no a lo que le gustaba para que nosotros lo comiésemos.
A una madre hay que estar siempre dispuestos a ayudarle a subir una escalera, cruzar una calle o llevarla donde quiera o precise, ya que ella caminó a nuestro ritmo para que hoy podamos caminar solos.
Reflexiones de un Cristiano Imperfecto
Reflexiones de un Cristiano ImperfectoA una madre hay que escucharla siempre aunque repita cientos de veces lo mismo, pues ella no solo nos enseñó a hablar sino que siempre puso cara de sorpresa aunque le repetíamos siempre lo mismo.
A una madre hay que perdonarle si algo hizo que nos incomodó pues nadie es perfecto y perdonar es un don del cielo.
A una madre hay que expresarle con nuestras palabras, cuánto le queremos, cuánto le amamos porque, al fin y al cabo, ese es el mejor regalo que le podemos hacer.
A una madre hay que dedicarle palabras cada día, preocuparnos por ella, pues la vida es tan breve que el día menos pensado nos quedamos sin ella.
A una madre que está viva le debemos cariño, a una madre que ya voló a la eternidad le debemos gratitud; pero sobre todo, a Dios hemos de agradecerle que tuvo la imaginación de crear a las madres.
Reflexiones de un Cristiano Imperfecto

Dando gracias a Dios por el amor de mi madre....


Lo que no pudo ser

Por lo menos una vez en nuestra vida experimentamos el sentimiento de tristeza por algo que deseamos y que no pudo ser, desde aquella gran relación sentimental que acabó, hasta ese deseo por ser o hacer algo especifico; pero a veces sucede que a pesar del tiempo pasado, no logramos superar o dejar de pensar en lo que pudo ser, en el si hubiera..., y nos dejamos envolver por la frustración.
lo que no fueUna cosa es lo que aparentas ante los demás, el tratar de ser fuerte, y otra los pensamientos o recuerdos que quedan guardados profundamente en la memoria y el corazón. Nadie más que tú sabe lo que hay en ellos, lo que te duele no tenerlos o haberlos perdido; nos suele pasar que, a pesar del esfuerzo que ponemos de nuestra parte, las cosas no se dan, pero aferrarse a ello es privarse de la posibilidad de encontrar algo mejor.
Imaginamos tanto nuestra vida de una forma que cuando las cosas no resultan como las planeamos, nos sentimos frustrados, vivimos entristecidos por no estar donde queríamos estar, y nos encerramos tanto en lo que no fue posible que olvidamos que la vida es maravillosa, y Dios tan bondadoso que detrás de una puerta que se cierra hay una más grande que se abre.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (Nueva Versión Internacional)

La vida que elegí


¨Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal.¨ Deuteronomio 30:15 (Reina-Valera 1960)
Desde el momento en que tomé la decisión de seguir a Jesús supe que todo en mi vida sería diferente. No sabía a qué cosas me iba a enfrentar pero decidí asumir el riesgo; estaba cansada del mundo y de sus mentiras, quería algo diferente para mí, y fue cuando en realidad encontré una vida maravillosa, me encontré con Dios, mi verdadera vida.
Quería tener experiencias diferentes, llorar y saber lo que se siente al ser sinceramente consolada, reír y saber quién era la verdadera causa de esa sonrisa, soñar y confiar en que mis planes se cumplirían y mejor aún de lo que yo imaginé, tener miedo pero no sentirme sola, encontrar esa paz que ni el mundo ni las personas más cercanas me dan. Elegí una vida que va en contra de toda lógica, una vida sobrenatural, diferente, una vida basada en el amor y en la fe.
Mi vida, que lejos de agradar al mundo lo que quiere es agradar a Dios, hacer las cosas no porque la gente lo diga sino porque Dios lo diga, aprender a tomar mis decisiones y no que las personas resuelvan por mi; tener mis propios sueños y anhelos para depositarlos en quien verdaderamente los hará realidad, en mi Dios, quien no se burlará de ellos, y mucho menos hará nada en contra de mi felicidad.