miércoles, 22 de abril de 2015

Mi Dios eres Tú

“Pero tú me sacaste del vientre materno; me hiciste reposar confiado en el regazo de mi madre. Fui puesto a tu cuidado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre mi Dios eres tú. No te alejes de mí, porque la angustia está cerca y no hay nadie que me ayude”. Salmo 22:9-11
Este salmo, escrito por David, aunque expresa mucho de lo que él estaba sintiendo cuando lo escribía, también es un salmo mesiánico en el que se relatan los padecimientos que pasaría Jesucristo al morir en la cruz y los sentimientos que experimentaría.
El salmista comienza expresando su angustia, tristeza y la lejanía que siente de parte de Dios, ante los problemas que está afrontando. ¿Por qué me has desamparado?, es su primera interrogante en el verso 1 del capítulo ¿Por qué no me escuchas si clamo a ti día y noche?, en el verso 2. Eso le daba vueltas en la cabeza una y otra vez. Así como muchas veces, nosotros también nos sentimos y pensamos cuando atravesamos el desierto.
Pero después de expresar eso, David comienza a recordar y relatar las grandezas que Dios había hecho en su familia y en su pueblo. Dios había dado pruebas más que suficientes de que había estado con sus padres y aquella nación. Es entonces cuando él reclama esas promesas. Porque precisamente, en todas esas promesas que están escritas en la Biblia, es en las que nuestra fe se incrementa y también, cuando acudimos ante el Padre a pedirle que nos auxilie, que así como estuvo con otros esté con nosotros también.
Uno de los versículos más impactantes de este capítulo es precisamente, en el que David declara y reconoce a Dios aún antes de su nacimiento, ya sus padres le habían encomendado a Dios su cuidado. Él confiesa que aún antes de que sus ojos hubieran visto la luz por vez primera, ya Dios era el Señor de su vida y lo traía adherido a su corazón, aunque entonces aún no lo comprendía porque era demasiado pequeño para razonar. David clama sabiendo que el único que le puede ayudar en medio de la angustia desesperante que estaba viviendo, era Dios.

Viviendo el propósito divino

“Que toda cosa creada alabe al Señor, pues él dio la orden y todo cobró vida.”
Salmo 148:5
Toda cosa creada fue diseñada para alabar a DIOS. El cielo, las estrellas, los mares, los animales y, como parte de la creación de DIOS, también el hombre. DIOS puso de Su semejanza en todos los hombres, además de dones y talentos para alabarle. Incluso gente que no conoce ni sabe de DIOS, sin pretenderlo, alaban al Creador al cumplir el propósito por el cual fueron creados. Así como un ave alaba a DIOS al volar, dado que La Palabra nos enseña que todo ha sido creado por medio de DIOS y para Él (Colosenses 1:16).
El propósito dado a los hombres de parte de DIOS está tatuado en sus seres. Y ellos lo procurarán realizar sin importar los obstáculos que tengan que enfrentar. Así como un polluelo rompe su cascarón para salir a la vida, o como un águila aprende a volar sin importar que caiga varias veces al intentarlo. De esta manera la creación alaba a DIOS al vivir su propósito.
Veamos un ejemplo de búsqueda del propósito dado por DIOS, en la vida de dos personas que diligentemente, vivieron su propósito:
Ernie Davis.- En una época donde la discriminación racial estaba en su apogeo en los Estados Unidos, este joven de color luchó por su sueño de convertirse en un gran jugador de fútbol americano universitario, valorando poco las agresiones que recibía al cumplir su propósito. Invirtió todo su corazón cada día de su vida, para hacer uso de su talento. Cada vez que caía se levantaba con mayor poder para derribar obstáculos. Y ello le llevó a ser el primer hombre de color en obtener el premio de mejor jugador de fútbol americano colegial en los Estados Unidos.
Nick Vujicic.- Este joven creyente australiano nació sin brazos ni piernas. Con una niñez dura debido a la deficiencia de su cuerpo, Nick trató de quitarse la vida; pero DIOS tenía un plan para él: ser un mensajero del evangelio y servir de esperanza. Utilizó los escasos recursos físicos que recibió del Creador y los usó al máximo (un pie pegado a su tronco con dos dedos), convirtiéndose en una persona autosuficiente y sumamente destacada. Sus libros y conferencias han inspirado a millones de personas en el mundo, a vivir al máximo la vida que han recibido de DIOS. Recientemente se casó con una bella mujer y están esperando su bebé. Él está viviendo el propósito que el Señor le dio; sin límites.

¿Qué dice la Biblia acerca del Purgatorio?

De acuerdo a la Iglesia Católica, el Purgatorio es “un lugar o condición temporal de castigo para aquellos que, dejando esta vida en la gracia de Dios, no se encuentran completamente libres de pecados veniales, o no han pagado totalmente a satisfacción sus transgresiones.” Para resumir, según la teología Católica, el Purgatorio es un lugar donde va el alma cristiana después de la muerte, para purificarse de los pecados que no han sido totalmente pagados durante la vida. ¿Está esta doctrina del Purgatorio de acuerdo con la Biblia? ¡Absolutamente no!
Jesús murió para pagar la pena por todos nuestros pecados (Romanos 5:8). Isaías 53:5 declara, “Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por Su llaga fuimos nosotros curados.” Jesús sufrió por nuestros pecados para que pudiéramos ser librados del sufrimiento. Decir que debemos de sufrir la paga por nuestros pecados, es decir que el sufrimiento de Jesús fue insuficiente. El decir que debemos expiar parte de nuestros pecados mediante la purificación en el Purgatorio, es negar la suficiencia del sacrificio expiatorio de Jesús. (1 Juan 2:2) La idea de que debemos sufrir por nuestros pecados después de la muerte, es contraria a todo lo que la Biblia dice acerca de la salvación.

Cuando El Corazón Se Quebranta

“A Dios clamé estando en angustia, y Él me respondió”.  Salmo 120:1
Esta fue la expresión de un hombre de Dios cuyo corazón estaba quebrantado. Puede ser también la tuya atravesando momentos de sufrimiento o quebranto.
El sufrimiento es parte de la vida.Todos los seres humanos lo necesitamos experimentamos en algún momento de nuestro transitar por este mundo. Es a través de él como entendemos que hay un ser Soberano, Dios, que entiende lo más profundo del corazón del hombre y de la mujer, y a quien podemos acudir en busca de auxilio.
Es a través del sufrimiento, como afloran nuestras asperezas, nuestras actitudes, nuestras motivaciones, nuestro egocentrismo...
En el sufrimiento las lágrimas brotan de nuestros ojos y son una expresión del alma por el dolor que sentimos. El sufrimiento puede venirnos por varias causas: enfermedades terminales, discapacidades, muerte, abusos, rechazos, malas noticias, separación, desobediencia a la ley... y ante él, necesitamos tomar decisiones; dependiendo de ellas, al final veremos los frutos.
art-quebranto30Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33.
Por lo tanto, tenemos que afrontar el sufrimiento.
Bárbara Johnson, escritora, humorista y oradora de conferencias muy solícita, es una mujer que ha experimentado mucho dolor por el accidente devastador que dejó a su esposo casi ciego y comatoso, casi como un vegetal; por las muertes violentas de dos de sus cuatro hijos, y finalmente, el descubrimiento de la homosexualidad de otro.
Unos amigos míos, afrontan el dolor de ver a su pequeñita hija de 4 años, postrada en una cama como un vegetal. Después de verla sana, alegre, correteando en su casa, de pronto una fiebre alta atacó su cerebro, dejándola en tal estado de gravedad.
Ante este tipo de situaciones, nos preguntamos: ¿Por qué?
Unos expresan su dolor; otros reaccionan con ira, enojo; otros culpan a Dios, a la gente, a las circunstancias, o a sí  mismos; otros caen en depresiones, y otros deciden terminar con su vida y se suicidan.
Pero, nos preguntamos, ¿son normales tales reacciones? Gracias a Dios que nos ha hecho con emociones y podemos llorar, reír, gritar, etc. La cuestión es que además de que Dios nos ha dado emociones, también nos ha dado dominio propio, y es con Él, como tenemos que hacer un alto y reflexionar acerca de nuestras reacciones frente al sufrimiento. 

Demasiado barato

Un predicador del Evangelio descendió a una mina de carbón a la hora del medio día, para hablarles a los mineros acerca de la gracia y la verdad que vienen por medio de Jesucristo. Después de relatarles la sencilla historia del amor de Dios hacia los pecadores perdidos, el destino inicial del hombre y el remedio ofrecido por Dios de una salvación plena y gratis, llegó el momento de que los obreros volvieran a su trabajo.
El predicador regresó para tomar el elevador y salir de la mina. En esto, se encontró al capataz y le preguntó qué le parecía el plan de Dios para salvar. El hombre contestó:
- ¡Oh!, es demasiado barato; no puedo creer en una religión como esa. Sin responder a esa observación el ministro preguntó: ¿Cómo puedo salir de aquí?
- Simplemente entrando en la jaula, fue la respuesta.
- ¿Y tarda uno mucho en llegar arriba?
- No, solo unos segundos.
- ¡Vaya!, de verdad que es muy fácil. Pero, ¿no hay que ayudar al elevador?, preguntó el ministro.
- Claro que no, contestó el minero. Como le he dicho, no tiene que hacer nada más que entrar en la jaula.
- Pero, ¿qué opina la gente que hizo este tiro y lo perfeccionó?, ¿tuvo muchos gastos e hizo mucho trabajo?
- Verdaderamente sí; fue una obra laboriosa y costosa. El tiro tiene seiscientos metros de profundidad y le costó mucho al jefe. Pero es el único medio que tenemos para salir y sin él nunca podríamos salir a la superficie.
- Precisamente. Cuando la Palabra de Dios dice: “El que oye mi palabra y cree al que me ha enviado tiene vida eterna.” Juan 5.24, usted dice luego: “Demasiado barato, demasiado barato,” olvidando que la obra de Dios para sacarle a Ud. y a otros fuera de un lago de destrucción y muerte, fue efectuada con un coste inmenso, el de la muerte de su propio Hijo.