En nuestra vida pasamos por tragedias y problemas; puede que hayamos sido traicionados, sufrimos la pérdida de un ser querido, tuvimos una serie de momentos difíciles vividos desde nuestra niñez o adolescencia...; en fin, cosas que harían pensar que Dios nos ha abandonado o que no le importamos.
José era una persona que sufrió varias adversidades, conocemos su historia, fue vendido por sus hermanos como esclavo, fue encarcelado por algo que no hizo, etc. Podríamos decir que todo lo que le pasaba indicaba que su vida iba de desgracia en desgracia y que parecía no tener el respaldo de Dios.
Sin embargo, debemos ver cómo Dios estuvo en cada etapa, en cada vivencia, porque cada cosa que le sucedió le sirvió para ser más sabio, para aprender y llegar a ser quien fue; si no hubiese sido vendido, no hubiera trabajado para Potifar donde fue acusado de acoso, y si no hubiese sido encarcelado, no hubiera descifrado los sueños del Faraón, por lo que no habría llegado a ser una persona importante en la tierra de Egipto.