viernes, 20 de marzo de 2015

Los Jóvenes, la Biblia Y Su Fuerza

“Os escribo a vosotros jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno.” 1 Juan 2:14 (RVR)
Entre los chicos se suele jugar a ver quién es el más fuerte. Quien vence tiene la atribución del poder y el respeto de sus prójimos. Lo que antiguamente, era una búsqueda de la fortaleza física, ahora se trasformó en la búsqueda de sobrepasar los límites por exceso. Esta tendencia se aprecia en los excesos de alcohol que los jóvenes tienen en cada salida. Juegan a ver quién resiste más tragos buscando la aprobación de su grupo.
la-biblia-y-los-jovenesUn juego tonto y dañino que solo los perjudica, pero ellos no se dan cuenta. Piensan que es divertido, que es de valientes, que les da prestigio. La humanidad siempre ha tenido esta actitud. Es innata en cualquier cultura, la búsqueda del respeto y de la autoridad.
El anciano Juan sabía esto, y plantea el mismo desafío para los jóvenes cristianos de su época, que extrapolado en el tiempo, es un también un gran desafío para los jóvenes del siglo XXI. ¿Cómo ser un vencedor? ¿Cómo ser un ganador? ¿Cómo ser una persona diferente, especial, única, que marque la diferencia entre sus compañeros? Juan nos da un secreto que es para todas las edades.
Los exitosos y vencedores son jóvenes fuertes. No precisamente fuertes en músculos o en influencias políticas. Dios sostiene que un joven es fuerte, cuando tiene un carácter fuerte para saber decidir adoptar lo bueno antes que lo malo, cuando tiene la capacidad de resistir y de permanecer fiel.

Transformado por Cristo

Os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero. 1 Tesalonicenses 1:9
El amor de Cristo nos constriñe. 2 Corintios 5:14
Inline image 2"Estudié detenidamente la Biblia, capítulo tras capítulo, durante tres años. Y quedé terriblemente conmovido cuando descubrí que, aunque formase parte del clero, estaba equivocado. ¡Me di cuenta de cómo todas las creencias que había compartido con otros, me habían alejado de la Biblia! Lágrimas de quebranto corrían por mi rostro, al ver que me había adherido a pensamientos humanos en vez de aferrarme a la enseñanza de Dios. La lectura de la Biblia, capítulo por capítulo, también tuvo como efecto avivar progresivamente mi conciencia, y descubrí lo lejos que estaba de Dios. Daba una imagen de santidad, pero en realidad andaba en todo tipo de pecados, y mi vida no tenía nada de celestial… No había nada que me diese esa paz a la que tanto aspiraba…
... Con más de cincuenta años, al fin entregué mi corazón a Dios. Me arrodillé ante Cristo, y aunque es invisible, se convirtió en alguien vivo y verdadero para mí.
Consciente de que yo no era nada, con el corazón quebrantado, me arrepentí de mi vida pecaminosa. Pude ver en espíritu, la cruz en donde su preciosa sangre fue derramada para liberarme del castigo que merecía. Cristo transformó mi vida, me llamó para afuera de la tumba de mis tinieblas espirituales, me condujo a través de una experiencia viva, y me dio el privilegio de conocerlo personalmente, tal como es".
“Cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. … aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Filipenses 3:7-8).

Le Importaba YO

Recuerdo aquel día muy bien. Yo era joven: tendría cuatro o cinco años. Hicimos algo inusual ese día, al menos inusual para mi casa. Hicimos bizcochos. Mi madre ayudaba en la lechería de la que era propietaria, y no teníamos mucho tiempo para hacerlos, pero ese día, por la razón que fuera, no recuerdo, hicimos bizcochos.
En ese tiempo, mi abuelo, que luego perdería su vista debido a la diabetes, todavía podía ver. En aquel entonces, tenía varios caballos a solo medio kilómetro de nuestra casa. Ese día mi abuelo estaba fuera con los caballos, y uno de nosotros, mi mamá o yo,...bueno, decidimos que yo le llevaría un bizcocho.
Desde pequeña las tareas fueron muy importantes para mí. Tenía mis responsabilidades en alta estima, por lo que lo tomé muy en serio. No solo quería hacer las cosas… quería hacerlas a la perfección. Así que me dirigí, descalza, desde mi casa, bizcocho en mano, hacia el corral donde mi abuelo estaba trabajando.
Pero al llegar allí, encontré un enorme problema para una niñita con un bizcocho en su mano: la cerca que me separaba del lado donde estaba mi abuelo. Había un portón que conectaba ambas partes de la cerca. Era una vieja y grisácea estructura de aluminio con unas cuatro piezas horizontales, sostenidas por una larga pieza diagonal.
Con una altura de alrededor de metro y medio, aquello parecía monstruosamente grande. Peor aún, lo que la sostenía erecta, no la mantenía firme. El portón se sacudía peligrosamente de arriba hacia abajo con cualquier presión que se le aplicase. Para una pequeña como yo, ese portón representaba un gran problema. No era lo suficientemente grande para abrirlo, y tampoco podía gritar lo suficientemente alto para que el abuelo me oyese. Así que, al analizar la situación, decidí que mi única opción viable era escalarlo. Hoy me doy cuenta de que hubiera sido más inteligente meter el bizcocho por entre el portón que iniciar su escalada. Desafortunadamente, no pensaba con tal claridad ese día. Con el bizcocho en la mano, comencé a trepar.
La cosa iba bastante bien hasta que llegué a la cima. Encaramé mi pierna sobre la estructura superior, pero me quedé sin manos para mantenerme estable precisamente, cuando el portón se sacudió en la otra dirección. Recuerdo al abuelo gritándome que me detuviese y esperase. Recuerdo haberle contestado algo así como: “¡Mira, abuelo! Te traje un bizcocho”.
Lo siguiente que recuerdo es haberme golpeado con el duro suelo del otro lado con un golpe seco. También recuerdo ver al bizcocho aplastado como una tarta de barro junto a mí. El abuelo llegó a mi lado como en unos diez segundos después de caer al suelo, mientras yo estaba totalmente histérica. Me recogió y me sostuvo, diciéndome que todo estaría bien y preguntándome si estaba herida.

Atado por la Pornografia

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros,
el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, 
pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y 
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 CORINTIOS 6: 19, 20

La pornografía es una de las armas que el enemigo usa en estos tiempos para hacer caer a los hijos de Dios.

Probablemente, la pornografía sea el fracaso moral más común entre los hombres Cristianos, y entre los hombres involucrados en ministerios.
DEFINAMOS QUÉ ES LA PORNOGRAFÍA
• Literatura de tema sexual rechazada moralmente.

 La pornografía está compuesta de un conjunto de materiales que muestran órganos genitales o actos sexuales, y que se exhiben y/o contemplan con una determinada actitud que, normalmente, tiene por objeto la masturbación o, al menos, excitación de quien busca este tipo de materiales. Estos materiales normalmente se producen con un interés lucrativo, aunque Internet ha introducido la posibilidad de acceder a ellos, y conseguirlos gratuitamente.
Mientras que hay personas que no consideran que el ver pornografía, especialmente pornografía “blanda,” sea un problema serio y peligroso, encuestas que se han llevado a cabo, demuestran que la pornografía tiene las siguientes consecuencias:
• La pornografía puede contribuir a la disfunción sexual en el hombre.
Estimula el interés en la perversión y fomenta en el vidente, actuar sobre lo que ha visto.
 La pornografía exhorta ciertos hábitos sexuales en el matrimonio, que destruyen la dignidad y desvaloran a ambos participes; por lo tanto, es dañino aún dentro del mismo.
• Crea ideas no realistas sobre cómo deben de ser los cuerpos femeninos y, sobre el deseo y prácticas sexuales. Estas ideas erróneas crean descontento en un matrimonio.
• La pornografía crea una impresión falsa en el vidente sobre sus propias capacidades sexuales.
La pornografía puede ser adictiva. Es un instrumento poderoso que el enemigo usa contra la sociedad de hoy. Puede llevar a un hombre a toda clase de problemas en su vida, incluyendo la pérdida de su ministerio. Si usted está pasando por una lucha contra la pornografía, o si conoce a alguien que la está practicando, considere los siguientes pasos hacia la libertad.

Aventura a medias

La diferencia entre los que viven por fe y los que no, es que los primeros no permiten que sus dudas decidan.
Lectura bíblica Lucas 1:5-25
Aventura a medias
El ángel Gabriel, que evidentemente posee una asombrosa percepción espiritual, identifica de  inmediato, la base o característica principal de la pregunta de Zacarías. La naturaleza de ésta no era la curiosidad, sino la falta de fe. En lo secreto de su corazón, no creía posible que un anciano y una mujer de edad avanzada pudieran concebir un hijo.
La falta de fe siempre representa un serio obstáculo para el desarrollo de la vida a la que hemos sido llamados. En ocasiones, como sucedió con los diez espías israelitas, la ausencia de fe puede traer consecuencias nefastas para quienes la padecen. A toda una generación se le negó la entrada a la tierra prometida, y quedó condenada a perecer en la aridez del desierto. En otras ocasiones, la falta de fe tiene consecuencias menos drásticas. Aunque no significa que perderemos las bendiciones que Dios nos ha reservado, nuestra participación en la aventura de caminar con Él se verá limitada.
Este era el caso de Zacarías, aunque las consecuencias sobre su vida no escapan de un cierto toque... cuanto menos picaresco. "He aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo" (Lucas 1.20). En similares condiciones en las que otros padres disfrutan plenamente, de la alegría de divulgar a cuantos quieran escucharlos la feliz noticia de un embarazo, el sacerdote debería conformarse con ser un mero espectador del evento. ¡Cuánta frustración debió haber sentido que, justo en ese momento, se le privara del habla!