miércoles, 18 de marzo de 2015

Encuentro inesperado

El Señor recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte del Señor Dios de Israel… Rut 2:12
Diego, joven y entusiasta, estaba dirigiendo por primera vez, la alabanza en una congregación grande. Luisa, una mujer que asistía a la iglesia desde hacía mucho tiempo, quiso alentarlo, pero pensó que sería demasiado problemático llegar al frente antes de que el muchacho se marchara. Sin embargo, se las ingenió para abrirse paso entre la multitud. Cuando llegó, le dijo: Aprecio su entusiasmo en la alabanza. ¡Siga sirviendo al Señor!.
Mientras se iba, Luisa se encontró con Sabrina, a quien no había visto en meses. Después de una breve conversación, Sabrina la animó: Gracias por lo que haces para el Señor. ¡Sigue sirviéndolo!. Tal como Luisa se había esforzado para ir a dar ánimo, se encontró en el lugar correcto para recibir una palabra inesperada de aliento.
Cuando Rut y su suegra Noemí se marcharon de Moab y regresaron a Israel, recibieron una bendición inesperada. Las dos eran viudas y no tenían a nadie que las ayudara, así que Rut fue a recoger espigas en un campo (Rut 2:2-3). El campo le pertenecía a Booz, un pariente lejano de Noemí. Rut llamó la atención de este hombre, y él suplió su necesidad; más tarde, se casó con ella (2:20; 4:13). Rut recibió una bendición porque estaba en el lugar correcto en el momento apropiado (2:11-23).
A veces, Dios usa encuentros no programados para conceder bendiciones inesperadas.

El Temor en la Biblia y la pérdida de la felicidad

“…HABLO ESTO… PARA QUE TENGAN MI GOZO COMPLETO EN SÍ MISMOS” (Juan 17:13)
el-temor-en-la-biblia-ventanaLos que siempre están preocupados tienen normalmente, un coeficiente intelectual más alto que el promedio. Pero estas personas también tienden a padecer el mal de ¿“Y si…”?. “¿Y si choco con el coche… o caigo enfermo… o pierdo mi trabajo… o no soy capaz de alcanzar el desafío?
La mayoría de estas cosas nunca llega a suceder realmente, pero el temor a ellas les agobia y no les deja vivir el presente.
La preocupación constante te robará la felicidad, porque metafóricamente, el temor “ha firmado un contrato de alquiler a largo plazo, ha desecho sus maletas y se ha instalado en tu casa”. No puedes ser feliz y temeroso al mismo tiempo; son estados totalmente incompatibles.
Tal como actúas, revela en qué crees. Cuando vives con miedo demuestras que no crees en Dios lo suficiente. Es más, si sirves a Dios por miedo en vez de por gratitud, acabas sintiéndote apenado y renegando, albergando envidia y resentimiento hacia aquellos que sí viven felices. Jesús dijo: “…hablo esto… para que tengan Mi gozo completo en sí mismos” (Juan 17:13). 

La belleza de un carácter fuerte

Belleza interiorHace muchos años, nació un niño en Rusia que se veía a sí mismo tan feo que estaba seguro que nunca tendría felicidad en la vida. Lamentaba el hecho de poseer una nariz grande, labios gruesos, pequeños ojos grises y grandes manos y pies. Su fealdad le había afectado tanto que le pidió a Dios que hiciese un milagro y lo transformase en un hombre apuesto. Hizo la promesa que si Dios le concedía eso, él le daría todo lo que poseía y lo que habría de poseer en el futuro.
Ese muchacho ruso era León Tolstoi, uno de los escritores más famosos del mundo del siglo veinte, renombrado por su gloriosa "Guerra y Paz".
Tolstoi admite en uno de sus libros, que con el correr de los años había descubierto que la belleza de la apariencia física, que una vez persiguió, no era la única belleza de la vida. De cierto, que no era la mejor belleza. En su lugar, Tolstoi comenzó a considerar que la belleza de un carácter fuerte era considerada a los ojos de Dios, como el bien más apreciado.
Actualmente, hay muchas personas que gastan enormes sumas de dinero en su apariencia física. El carácter, por el contrario, no es cuestión de dinero ni apariencia. Es cuestión de hacer lo que está bien sin mirar el dinero, y de defender lo justo sin mirar las apariencias.
Su carácter se define por lo que es cuando está solo.
Proverbios 11:3
La integridad de los rectos los guiará.

El poder de confiar en Dios

confia
Puede que alguna vez haya pasado por tu mente el pensamiento: “No entiendo por qué ellos son bendecidos y yo no, si soy hijo de Dios”. Tal vez haya pasado este pensamiento por tu cabeza en varias ocasiones, o ahora mismo si estás pasando por situaciones difíciles.

¿Estás necesitando una palabra de aliento y de guía?, ¿te sientes cansado, fatigado, ansioso y preocupado sin ver solución a tu problema, de ninguna forma? Quizá tengas un sueño o un proyecto que acabas de comenzar o que piensas empezar o puede que, simplemente, Dios quiera hablarte hoy por alguna razón. Aquí tienes algunos consejos de parte de Dios en su Palabra, que seguro te harán mucho bien si les haces caso:
Confía en Jehová y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad.
Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará. Salmos 37. 3-5

1.     Confía en Dios (Salmo 37:3)
La Biblia dice que si Dios no cuida la casa, trabajan en vano los que lo hacen. Si Dios no envía la lluvia, no importa cuánto se esfuercen los granjeros, que la tierra no producirá NADA.
Simplemente, sin Dios no somos nada, no lo podemos olvidar. El pensamiento actual, de este tiempo, nos dice: “Dios no existe, solo es un amigo imaginario. Confía solo en ti mismo, solo eso basta.” Esto no es cierto. Los hombres proyectamos nuestro camino pero es Dios quien endereza nuestros pasos.
Si confiamos en Dios con todo nuestro corazón y le encomendamos nuestros miedos, ansiedades, preocupaciones, deseos, sueños, proyectos y toda nuestra vida, Él se encargará de nosotros.
¡NO TE PREOCUPES, DIOS TIENE EL CONTROL!
2.     Haz el bien (Salmo 37:3)
No te canses de hacer el bien. No importa que las personas se lucren haciendo el mal, TÚ NO LO HAGAS. No importa que las personas te hagan daño cuando les haces bien, SIGUE HACIENDO EL BIEN.
Hay una gran recompensa para el que hace el bien sin desmayar, pero hay castigo para el que se cansa de hacerlo y comienza a hacer el mal.
Si haces el bien sin desmayar, habitarás en tierra fértil y te apacentarás de la verdad.
¡NO TE PREOCUPES, DIOS CONOCE EL CAMINO DE LOS JUSTOS!

¿Dónde está el camino?

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo. Juan 10:9
Inline image 1En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12

Aquel día una pareja era entrevistada en la radio. Su boda había tenido lugar en tres lugares: el ayuntamiento, la mezquita y la iglesia. El joven explicaba a la periodista que una boda musulmana es muy corta y por ello no hay problemas. La boda cristiana tampoco supuso problema alguno, pues él había escogido textos en los que no se hablaba de Jesucristo. Y su mujer añadió que de todas formas, musulmana y cristiana, era el mismo Dios.
Sin embargo, no nos engañemos. Hay un solo Dios y un solo camino para descubrir a Dios como Padre y acercarse a Él; hay una sola puerta para ir hasta Él: Jesucristo, quien nos dice: “Nadie viene al Padre, sino por mí”.