martes, 10 de marzo de 2015

Las dificultades

Yo soy el Señor… ¿habrá algo que sea difícil para mí? Jeremías 32:27
Respondió Job al Señor, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. Job 42:1-2
Al que cree todo le es posible. Marcos 9:23
He aquí una palabra bastante usada en plural: "dificultad" ¡Cuántas dificultades hay en la vida de todos! ¡Cuántas preocupaciones de todo tipo existen en las familias, en las ciudades, las naciones…! El hombre sin Dios parece encontrarse continuamente con nuevas dificultades, y el mundo sin Dios ve cómo aumenta el número de sus problemas insolubles…
Pero para Dios no existen las dificultades, pues Él hace lo que quiere en el cielo y en la tierra. La Biblia dice que todas las cosas le sirven (Salmo 119:91). Para nosotros, Él es el Todopoderoso, a la vez que el Creador que tiene todo en sus manos, y el Redentor, a quien el mal no puede vencer. Dirige con sabiduría a todos los que desean confiar en Él.

Un mensaje para mamá

Madre…
Tu nombre es sinónimo de un amor puro, sacrificado y abnegado.
Llevas en ti, impregnada la esencia más grata y olorosa de la dulzura.
Eres la más exquisita rosa del jardín de Dios,
das todo sin esperar nada a cambio.
Tienes en tu interior, una fuerza increíble, tu fe remueve montañas y provoca milagros maravillosos,
eres ejemplo de lo que es el perdón y la dedicación.
Madre…
Perdón por el dolor que muchas veces, sin querer, he causado a tu corazón.
Pienso en ello y siento vergüenza y tristeza.
Pido a Dios que cada día renueve tus fuerzas, que te llene de alegría y energía,
que yo pueda seguir tu ejemplo y ser una persona que marca la diferencia,
que no olvide nunca tus consejos ni la influencia que has causado en mi vida.
Madre…
¿Qué palabras podría decir para hacerte saber lo mucho que significas para mí y lo importante que eres en mi vida?
Eres virtuosa, tienes belleza, tu corazón es reflejo del mismo amor de Dios.
Te quiero tanto..., ¡que lo sepa el mundo entero!
Doy gracias a Dios por haber permitido que existieras, por tener la fortuna de ser llamada tu hija y porque en medio del camino, si algo bueno he hecho, es porque tu compañía siempre ha estado cercana y con tu ejemplo, me has inspirado a ser cada día mejor.

POR TODO ELLO Y MUCHÍSIMO MÁS, ¡TE AMO MUCHO, MAMÁ!

Él sigue estando presente

Dios no se esconde de ti en tus momentos de angustia y dolor. La desesperación te hace sentir así, solo, pero debes saber que en estos momentos Él está muy cerca de ti.
El dolor, la ansiedad y la depresión te hacen pensar que eres, desgraciadamente, muy solitario. Piensas que quizá Dios no te ha considerado lo suficiente, no ves la justicia que esperas. Y no puedes evitar el llanto por la enfermedad que está tocando a tu puerta, que te hace sentir tan quebrantada y frágil. El peso que sientes sobre tu vida te hace exclamar que ya no puedes más.
Tampoco sientes consuelo por más palabras que lees o escuchas. El silencio va consumiéndote poco a poco y desearías estallar. Y llegaste a pensar que la única solución es morir; aunque pensaste hacerlo, por temor a Dios no lo has hecho. Eso sí, en oración le has pedido que, por favor, te lleve a su presencia porque no quieres vivir así, no deseas continuar con la vida que hasta ahora llevas, estás harta de la misma situación.

Límites: Una Manera Sana De Amar - Crecimiento Personal-espiritual

Los niños necesitan ciertos límites para sentirse seguros y amados por sus padres, pero no es fácil comprender esta enseñanza, no es sencillo entender cómo un límite puede provocar una sensación de seguridad en los niños o/y en las personas adultas.
Apliqué esto a mis hijos por obediencia, aunque sin mucha seguridad al hacerlo, porque fue lo que aprendí de mis padres.
Sin embargo, Dios nos conoce aun en lo más secreto del corazón, y tiene sus maneras de responder a nuestras preguntas… ¡sí, todo lo nuestro le interesa!
Meses después de comenzar a aplicar límites a mis hijos, iba conduciendo mi coche en una área con mucho tráfico de vehículos. Coches que se incorporaban a la vía después de pasar un puente… otros que querían desviarse para la próxima salida… en fin… ¡para mí había coches por todos lados y parecía que se añadían cada vez más de distintos puntos!
Pero eso no me provocó tanto estrés como el hecho de que en ese preciso punto crítico de la vía rápida… ¡no estaban pintadas en el asfalto las líneas que marcan los carriles ¡Qué horrorrrrrrrrr!!
No soy la mejor conductora, así que comencé a ponerme muy nerviosa porque sentía que todos invadían mi carril, y yo misma no sabía si estaba en el correcto… ¡ay, señores, quítense, no están respetando mi carril! Pero parecía que los otros coches me “empujaban” hacia un lado y otro.

En el museo de la fe: Nosotros

La fe es el eslabón que une nuestras vidas con la de todos los santos a lo largo de la historia. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Hebreos 11:6

En el museo de la fe: Nosotros
El eje central de la vida de todos los santos en el capítulo once es, precisamente, el museo de la fe. El autor de la epístola nos dejó, en la entrada al museo, una definición de la fe, para que supiéramos en base a qué criterio reunía a esta galería de ilustres héroes y heroínas.
Una vez dentro del museo, nos presenta el principio universal que une la vida de personas que vivieron en diferentes siglos y distintas circunstancias. De hecho, ese mismo principio nos une a nosotros con Abraham, Moisés, Elías, Amós, Juan el Bautista, Pedro y cientos de figuras a lo largo de 2000 años de historia de la Iglesia. El principio es sencillo pero tajante: sin fe es imposible agradar a Dios.

La fe es el único elemento que no puede estar ausente en la vida del verdadero discípulo.
El término "imposible" se refiere a una absoluta incapacidad, no a una dificultad. Es importante esto, porque algunos nos podemos sentir tentados a creer que la vida espiritual sin fe hace "solo" más complicada nuestra relación con Dios. El autor, sin embargo, opta por expresarse en términos absolutos. Afirmar que es imposible agradar a Dios sin fe, es lo mismo que declarar que el hombre no puede volar por si mismo, o vivir debajo del agua sin la ayuda de sofisticados aparatos. No se trata de algo que se pueda resolver con un poco de esfuerzo y buena disposición. Sencillamente, no está a nuestro alcance lograr esta hazaña (con o sin esfuerzo), porque no hemos sido creados con las capacidades para sobreponernos a los límites que imponen la gravedad o la necesidad de respirar oxígeno.
Del mismo modo, el discípulo que intenta agradar a Dios sin fe se ha propuesto lo imposible. No existe una opción para la vida espiritual que no incluya el ejercicio de la fe.