jueves, 5 de marzo de 2015

El ojo que nunca duerme

Primero transfirió una suma relativamente pequeña, de cien dólares. Luego, al ver lo fácil que fue hacerlo, endosó un cheque y transfirió doscientos dólares más. La transferencia la hacía de la cuenta de la compañía donde trabajaba, a su propia cuenta bancaria. Fue así como en dos años Tomasa González transfirió fraudulentamente, casi un millón cien mil dólares a su cuenta personal.
Lo curioso de este caso, es que Tomasa González era una empleada de confianza de la Agencia de Detectives Pinkerton, de California, especialista en investigar fraudes, robos, estafas y malversaciones. El lema de la firma era: "El ojo que nunca duerme". Pero con respecto a Tomasa González, ese ojo se durmió.
Lo cierto es que no hay nada humano que sea totalmente perfecto. La Agencia de Detectives Pinkerton tenía 141 años de existencia. Contaba con los mejores detectives privados y un equipo informático de primera. Investigaba a todo el mundo, bueno.., a todo el mundo menos a sus propios empleados. El ojo que nunca duerme por lo menos en esa ocasión, se durmió.

¿Qué piensa usted de Jesús?

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Juan 3:18.
Qué Piensa Usted de Jesús reflexiones cristianasSon numerosos los hombres ilustres que no están con nosotros desde hace cierto tiempo, cuya influencia todavía es fuerte. Pero que se piense o no en su celebridad, no produce una gran diferencia en la vida de cada uno de nosotros. En cambio, el asunto es muy distinto tratándose de Jesucristo. Según el versículo del encabezamiento, nuestra actitud con respecto a Jesús es en verdad, un asunto de vida o muerte, más exactamente, de vida o muerte eterna.
En medio de la conversación con Nicodemo (capítulo 3 del evangelio según Juan), Jesús le anunció el mensaje del amor de Dios expresado por el don de su Hijo, quien debía ser crucificado y resucitar al tercer día. Así le mostró el medio para responder a esta necesidad, que también es la nuestra: “Os es necesario nacer de nuevo” (verso 7). Para esto no es suficiente quedar impresionado por la personalidad de Jesús o por su enseñanza, es necesario creer que Él es el Hijo de Dios y el Salvador, mi Salvador.

Cuando el miedo o el temor se apodera de nosotros

¿Cuándo fue la última vez que experimentó la sensación de temor o miedo? ¿Hace una semana? ¿Ayer? ¿Hoy mismo? Cuando el miedo invade la mente, un sin número de reacciones se desencadenan que dependerán, entre otras cosas, de las experiencias traumáticas del pasado, de las expectativas del futuro, de las vivencias actuales, de la personalidad del que experimenta el miedo,... y de muchas otras variables.
El miedo puede llegar a convertirse en un "aliado", si lo consideramos como una experiencia única de aprendizaje, que promueve y estimula una mayor confianza y dependencia en las infalibles promesas de Dios. Pero también puede ser lo contrario; puede llegar a convertirse en una fuente de ansiedad constante que impida funcionar de forma saludable, tanto emocional como socialmente.
En la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, encontramos historias de personajes que experimentaron el miedo: Adán y Eva tuvieron miedo cuando escucharon la voz de Dios, porque sabían que habían desobedecido. Jacob tuvo miedo cuando se iba a encontrar con su hermano Esaú, porque sabía que lo había engañado. Abraham tuvo miedo de que los egipcios lo mataran por mentiroso. Pedro tuvo miedo cuando la gente lo reconoció como alguien que había andado con Jesús y lo negó. Incluso los discípulos tuvieron miedo cuando se enfrentaron con una tormenta en el mar de Galilea. Seguramente usted podría mencionar algunas tormentas de su propia experiencia; de hecho, ¿quién podría decir, sin parecer petulante ni mentiroso, "jamás he sentido miedo a nada ni a nadie…"?
Las Escrituras tienen promesas y enseñanzas que nos animan a confiar en nuestro amado Señor Jesús, cuando el miedo ronda nuestra vida. Sin embargo, por muy espirituales que seamos, el miedo puede apoderarse de nosotros cuando nos encontramos en situaciones de crisis. Este miedo puede hacer que nuestra capacidad de ser objetivos disminuya y que nuestra fe en Dios languidezca.
Es necesario, entonces, que hagamos un alto, que nos detengamos y tomemos tiempo para observar a Jesús, quien obró un milagro para ayudar a sus discípulos a enfrentarse al miedo en un momento especial en sus vidas (Marcos 6:45-52).

¿Es correcto que un cristiano se tatúe el cuerpo?

Las perforaciones y tatuajes en el cuerpo son muy antiguas, y están presentes en muchas tribus, muy especialmente, en los ámbitos religiosos de las mismas. En ritos de iniciación o con diferentes propósitos, incluso por razones de belleza. 
Muchas tribus y pueblos practicaron este tipo de rituales. Ya en la época moderna han tenido gran avivamiento. Cada vez son más jóvenes los que llevan una perforación o algún tatuaje.
Por tanto, es legítima la pregunta, ¿qué papel toma el pueblo de Dios, tanto antiguo como moderno, respecto a estas manifestaciones de estética, o motivadas por problemas de carácter psicológico? Independientemente de las causas y los fines de todo esto, debemos preguntarnos, como siervos y amantes de la voluntad de Dios, si esto es aceptable por nuestro Salvador.
Sobre todo, debemos cuestionar esto no con el afán de ser parte de un grupo de intolerantes o llenos de prejuicios, sino porque la Biblia nos advierte de tener cuidado de lo que hay en el mundo, “…Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre…” (1 Juan 2:16,17). Además, debemos recordar que “…el mundo entero está bajo el maligno…” (1 Juan 5:19); por lo tanto, y teniendo en cuenta las condiciones espirituales en las que se encuentra el mundo que nos rodea, debemos preguntarnos si las modas que existen en el mundo son compatibles con la voluntad de Dios.
Es de esperar que esto sea de gran bendición para todos los jóvenes que estén sumamente interesados en hacer la voluntad de Dios, la cual, es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:1, 2).

¿Cómo ser resistentes a pesar de nuestras debilidades?

Aunque las vasijas de barro son baratas, ordinarias y desechables, también pueden ser sorprendentemente duraderas. Pueden aguantar una enorme cantidad de presión y maltrato. Hasta resquebrajadas todavía pueden ser útiles. Uno las puede restregar todo lo que quiera y no se desgastan. Tampoco el calor prolongado de un horno las daña. Por supuesto, pueden romperse, pero además de eso, no hay muchas cosas que puedan destrozar a una vasija de barro.
El liderazgo de Pablo tenía esas mismas características. Él describió su vida como un período de constantes pruebas; en 2 Corintios 4. 8-9Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.
Sí, él era una vasija de barro. Una vasija frágil, rompible, reemplazable, carente de valor. Pero tampoco era para subestimarlo, era una vasija de barro fuerte, no una porcelana frágil. Esta cualidad es absolutamente esencial para cualquiera en el liderazgo: El líder es resistente. 

Esta característica, viva en él, se compendia con la virtud de la humildad. El líder, aunque conoce sus propias debilidades, debe ser fuerte y robusto.
Los líderes siempre tienen pruebas. Después de todo, el liderazgo tiene que ver con las personas, y estas causan problemas. Inclusive algunas de ellas son los mismos problemas. El líder, aunque sepa de su propia fragilidad, debe encontrar fuerzas para aguantar cualquier tipo de prueba, entre las que están incluidas la presión, la perplejidad, la persecución y el dolor. Como lo fue Pablo, y observe que éste habla de las pruebas en una serie de cuatro contrastes notables (atribulados, no angustiados; en apuros, no desesperados; perseguidos, no desamparados; derribados, no destruidos).