miércoles, 4 de marzo de 2015

Valentía en tiempos difíciles.

Hace algún tiempo, dos mujeres chinas me 
contaron la historia de su padre. Éste fue arrestado en una redada hecha a miembros de la iglesia que se reunía en una casa, y le fue dada una opción: negar a Cristo o ir a la cárcel. El hombre pasó veinte años recluido en prisión por su fe.
Me sentí conmovido hasta llegar a las lágrimas, por el fiel testimonio de este hermano. Entendió que Dios tenía el control de su vida, y ese entendimiento le dio la valentía para agradar a su Padre celestial, sin importar las consecuencias.

Romanos 8.28 enseña que “y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. Las primeras palabras del versículo: “Y sabemos” son un indicio de cómo debemos confiar en que el Señor cumplirá su promesa. Podemos afrontar la adversidad con valentía, cuando desarrollamos el hábito de encontrar las huellas de Dios en situaciones de nuestro pasado.

7 frases que debes decirles a tus hijos

Una infinidad de palabras podemos decirles a nuestros hijos para expresarles nuestro amor. Y realmente, podemos decir que es todo un arte el demostrar amor hacia nuestros hijos. Vamos a ver algunas de las mejores frases que podemos usar en nuestro hogar para estrechar los lazos familiares.
  1. “Te amo/Te quiero”.No debe pasar un solo día sin que tus hijos escuchen de tu boca, y lo sientan con seguridad, que los amas. Vendrán días difíciles, y habrá momentos en los que ellos tomen decisiones que tal vez, no sean las mejores. Entonces, asegúrate de que sepan con toda certeza, que sin importar lo que les pase o su forma de ser, nunca dejarás de amarlos.
  1. “Me haces muy feliz”.
Esto no puede ser más cierto. Para toda madre o padre no hay verdad más acertada. Los hijos son una fuente inagotable de felicidad y amor. Y es importante que ellos lo sepan. No esperes al día de graduación o a su boda para decírselo: hazlo hoy mismo.
  1. “Eres muy especial”.
Es de extrema importancia que los niños entiendan, desde edad muy temprana, que son diferentes y que esto los hace únicos y especiales. Además, todos queremos sobresalir de alguna manera. Imponte la meta de decirles a diario que para ti, ellos son incomparables y lo más especial que te ha pasado en la vida.

El perdón.

Perdonar a quienes nos han causado algún daño es una orden difícil de obedecer, es más fácil aferrarnos a nuestra ira. Pero como reflejos que somos del amor de Dios, los creyentes ya no vivimos de acuerdo con los impulsos de la carne. Gracias al Espíritu Santo, cuando alguien nos trata mal, podemos perdonar y además demostrar amor a esa persona.

Primera a los Corintios 13.5 nos dice que:

El amor no busca lo suyo. A muchas personas solo les preocupan sus “derechos”. Pero la idea de los derechos es un concepto mundano, no un mandato bíblico. Esto no quiere decir que debamos permitir que los demás se aprovechen de nosotros; sino que debemos enfocarnos en mostrar el amor de Dios a nuestro enemigo (Mateo 5.44).

El amor no se irrita. Mantener un espíritu sereno cuando estamos irritados es difícil. Pero los momentos en que somos perseguidos o agraviados son precisamente, los que más nos ayudan a ser conscientes del amor de Dios que fluye a través de nosotros. Piense en las muchas veces que el Señor Jesús tuvo que enfrentarse a líderes religiosos que lo provocaron deliberadamente; sin embargo, en la cruz también pidió el perdón para ellos.
El amor no tiene en cuenta el mal recibido. El amor de Dios, que fluye a través de nosotros, puede soportar la herida causada por otra persona.
La gente nos herirá, pero si tenemos una actitud amorosa y nos negamos a preocuparnos por nuestros derechos, seremos capaces de dejar de lado el resentimiento y perdonar con amor.

Victoria en las pruebas.

Resultado de imagen de victoria en las pruebas de DiosObviamente, no es habitual disfrutar los momentos de prueba o conflicto. A pesar de la seguridad que tenemos, de que Dios siempre estará a nuestro lado (Hebreos 13.5), es natural temer y quejarnos cuando llegan los problemas.
Sin embargo, en las dificultades olvidamos muchas veces las palabras de Cristo en Juan 16.33. Las sabemos, y sin duda se refieren a parte de su enseñanza: “En el mundo tendréis aflicción”. 

Todos hemos afrontado suficientes problemas como para saber que no es posible evitarlos por completo. Pero Jesucristo va más allá al afirmar que nuestra fe en Él llevará, realmente, a sufrir aún más ataques y críticas (Juan 15.18-20). En realidad, para un creyente consagrado es imposible vivir sin problemas en un mundo que es hostil a Dios.

¿Tiene Ud. Vida Eterna?

Resultado de imagen de ¿Tiene Ud. Vida Eterna?La Biblia presenta un sendero claro hacia la vida eterna. Primero, debemos reconocer que hemos pecado contra Dios. En las Sagradas Escrituras leemos en Romanos capítulo 3 y el versículo 23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Todos hemos hecho cosas que desagradan a Dios, las cuales nos hacen merecedores de castigo. Debido a que a la larga, todos nuestros pecados van en contra de un Dios eterno, únicamente bastaría un castigo eterno. Pero, en Romanos capítulo 6 y el versículo 23 leemos, “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor Nuestro.”

En 1 de Pedro capítulo 2 y el versículo 22, leemos que Jesucristo es el santo Hijo de Dios, sin pecado. En Juan capítulo 1, los versículos 1 y 14, leemos que el eterno Hijo de Dios, se hizo hombre y murió para pagar nuestro castigo. En Romanos 5:8 leemos: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Jesucristo murió en la cruz (Juan 19:31-42). Él llevó la culpa que merecíamos nosotros (2 Corintios 5:21). Tres días más tarde se levantó de la tumba, demostrando Su victoria sobre el pecado y la muerte. (1 de Corintios 15:1-4) Y en 1 de Pedro capítulo 1 versículo 3, leemos: “Que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.”