domingo, 22 de febrero de 2015

Haz el bien

El rey David preguntó en cierta ocasión: ¿Ha quedado alguien de la casa de Saúl para el que haga misericordia por amor a Jonatán?
-Y Siba, siervo de la casa de Saúl, le respondió: “Aun ha quedado, un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.”
-Entonces David hizo que trajeran a Mefiboset a su casa y le dijo “No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatan tu padre y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre y tú siempre comerás a mi mesa.
-Y fue de esa forma que Mefiboset comió perpetuamente a la mesa del rey. (2 Samuel 9:1-13)
Cuando lo leí, me vino a la memoria que la ley de la siembra y la cosecha no solo repercute en el tiempo presente, sino que también se puede recoger en el futuro. Recordemos que David y Jonatán eran grandes amigos, hasta el punto de dar la vida el uno por el otro y a pesar de la adversidad, continuaron con su amistad.
Y cuando Jonatán murió, dejó un legado de bien a su hijo porque el relato nos dice que David por el cariño, por la amistad que le tuvo, hizo misericordia con Mefiboset y con toda su casa.
De igual forma, tiempo atrás, cuando estuve de viaje, una familia me acogió en su casa con mucho cariño y siempre estaban pendientes de mi persona; todas sus atenciones se debían a lo que mi mamá hizo por esta familia cuando estaba necesitada. Ella les brindó toda su amistad y ayuda.
Y entendí que los frutos de la siembra de mi mamá, con sus acciones, yo los recogí. Es realmente impresionante como tus acciones pueden ser recompensadas, inclusive en el futuro de tus hijos.

Un versiculo con promesa

Proverbios 3:9-10 “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias  de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.” (Reina – Valera)
“Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas; así se llenarán a reventar tus graneros y tus depósitos de vino.” (Dios Habla Hoy) 
Una de las enseñanzas claves que Jehová Dios le dio a su pueblo, fue que deberían honrarle sobre todas las cosas. Había una doble causa en ello:
a) Él es digno de ser honrado y adorado por ser el Único y Verdadero Dios y
b) habría una recompensa para quienes lo practicaran.
Dios conoce al ser humano, y a todos nos gusta estar bien y obtener las bendiciones de Dios. Teniendo esto como base, el Señor siempre motivó a Su pueblo a que lo buscase, con el fin de que ellos resultaran bendecidos en sus vidas, familias y posesiones.
El pasaje descrito refleja esta verdad, pues nos aconseja que honremos  al Señor y le demos las primicias, o lo mejor de lo primero, para posteriormente, ser bendecidos. El Señor es digno, por ser Dios, de recibir lo mejor de nuestras vidas.

Escoge el Camino Correcto

El rumbo que tomaste tiempo atrás, el camino que te hizo mal, el agua que probaste un día y que te supo amarga, no la vuelvas a tomar, no te dejes engañar. Aprende de tu pasada experiencia, intenta no tropezar de nuevo en la misma piedra.
De los errores se aprende, pero tienes que estar alerta después. Si finalmente te has encontrado a ti mismo, no permitas que nadie te haga dudar de quién eres y lo que ahora quieres lograr. Olvídate de la pereza, y no pienses en la palabra derrota. Deja a un lado lo que te crea incertidumbre y condúcete seguro, no agaches la cabeza. Lo pasado pasado está, atrás quedó el ayer, el reloj no retrocede. Ahora tienes que luchar por superarte y pedirle a Dios nuevas fuerzas. 

Si has tomado un nuevo camino, no lo abandones por algo que no merece la pena. Ten firmeza y si te caes, vuelve e inténtalo de nuevo. Haz de corazón todo cuanto puedas. Sigue el consejo de aquellos que te quieren y solo desean bien para ti; pero cuídate de aquellos que dicen ser tus amigos y quererte, y solo te traen problemas y malas consecuencias. Porque el que bien te quiere no trata de que camines hacia el abismo. Sé inteligente, aprende a tomar caminos y decisiones correctas. Y si cometes un error y por algunos momentos te apartas del buen camino, medita, reflexiona y vuelve a conducirte por el correcto.

La verdadera libertad se consigue cuando la mente está libre

Frecuentemente, solemos decir: “mi pareja no me deja”, “mi jefe no quiere”, “mis amigos no están de acuerdo”... El otro me puede condicionar pero nunca me debe limitar. Tenemos que hacernos cargo de nuestra vida. Debemos cambiar la frase: “El otro no me deja” por “Yo decido”. Así somos libres para decidir nuestras reacciones y construir nuestras vidas.
La verdadera libertad se logra cuando tu mente está libre. La peor cárcel en la que puedes vivir es la presión mental, que termina siendo un obstáculo para alcanzar y disfrutar todo lo que está por venir.
Puedes ganar cientos de batallas, liberar todo tipo de fantasmas, que si la mente de esclavo sigue arraigada en tus pensamientos, todo lo que hagas tendrá los mismos resultados que obtuviste cuando estabas preso.
Moisés siendo grande, lloraba por su pueblo. Ese llanto representaba el llanto de millones de judíos. Cuando era un bebé, la hija de Faraón le pagó a la verdadera madre de Moisés para que lo criara.
El enemigo te va a terminar atacando porque vas a marcar a la gente, librándola de todas las limitaciones.
Limitación financiera: Dios protegerá mi vida de eso, habrá rompimiento en mis números mentales. Cientos de años atrás te fue profetizado que ibas a salir del problema financiero. Dios les dijo a los israelitas que les pidieran el oro a los egipcios, no solo la libertad.
gracia o libertinajeRompiendo las limitaciones espirituales: el Espíritu Santo rompe con esas limitaciones. No vas a necesitar ningún rezo ni nadie que interceda por ti, porque el Espíritu Santo va a ser quien guiará tu vida. El hijo pródigo dijo: “he pecado”; reconoció que no podía vivir sin la cobertura de Dios sobre su vida; tuvo que tocar fondo para darle autoridad al Señor. Las bendiciones son para los que le dan autoridad espiritual al Padre en su vida.
Rompimiento mental: decimos: “me quedé sola, me voy a morir, no voy a poder, la casa me agobia”. Así les pasó a los israelitas, les gustaba más el desierto y por eso la mayoría de ellos murieron allí; pero Josué y Caleb dijeron: “subamos a la tierra”, hablaban de abajo hacia arriba, de lo terrenal a lo espiritual. Los que renovamos la mente, buscamos las cosas de arriba, pues de allí viene la sabiduría, ¡de lo alto!
Debemos comprender que siempre existe una bendición para nuestras vidas, la cual todavía no capturamos porque hay algo en nuestro carácter que lo impide. Dicho de otra manera, existe algo en nuestra forma de ser que está impidiendo alcanzar algo que Dios ya nos dio. Y por eso, hasta que ese factor limitador de tu carácter no sea quebrado, no vas a poder recibir esa bendición.
Es más, si ya recibiste bendición en tu vida, aún así existe otro factor en tu carácter que te está limitando para que seas todavía más bendecido. Si eres sabio, te vas a mirar para adentro todos los días en lugar de mirar a los demás, y te vas a preguntar: “¿Cuál es el rasgo de mi carácter que está limitando mi bendición?”
¿Cuál es la enseñanza? Tienes que ir a pisar tu lugar de bendición, porque tu pisada es tu semilla, y todo lo que pises Dios te lo va a dar, y lo vas a cosechar tú o tus hijos o los hijos de tus hijos. Por eso Dios le dijo a Josué: “todo lo que pise la planta de tus pies te lo daré”.

¿Por qué esperar para tener sexo?

¿Son malos nuestros cuerpos? ¿Acaso es malo el sexo? ¡No! Nuestros cuerpos están esforzándose, incluso hasta sufriendo, por eso para lo que fueron diseñados. Pero por más que fueron creados (y deseados) para tener sexo, no es el tiempo.
Esto no es lo que Dios tenía en mente para ti. El cuerpo no fue hecho para esto. Bueno, entonces, ¿para qué fue hecho? Esta es la pregunta de los diez millones.

1. Tu cuerpo fue hecho para tu cónyuge.
¿Recuerdas cómo dispuso Dios el Jardín del Edén? El hombre y la mujer debían convertirse en uno solo, lo que implicaba una unión física, psicológica y espiritual. Si esto no es suficiente para convencerte para esperar, ahí te va la principal, la mejor razón de todas, para esperar en el plan de Dios para el sexo.

2. ¡Tu cuerpo fue hecho para el Señor!
Tu cuerpo fue creado para ser usado por el Señor para las cosas que Él tenía en mente, para estar unido a Él. No es ni siquiera tu cuerpo; le pertenece a Dios. Él lo hizo, pagó por él y vive en él (1 Corintios 6:19-20).
¿Qué pasa si te conviertes solo en una carne, unida con alguien que no es tu cónyuge? ¡Que también arrastras a tu futuro cónyuge a esa relación! A nivel físico, la epidemia del SIDA ha enfocado claramente este principio. Cuando tienes sexo con cualquiera, tienes sexo con esa persona y con todas las personas con las que él o ella anteriormente ha tenido sexo. Esa es la realidad física.
Pero todavía hay un nivel mucho más profundo de violación: la espiritual. Cuando tienes sexo con alguien que no es la persona que Dios tiene en mente para ti, tú arrastras a esa persona a que sienta como tu futura relación con tu cónyuge. Veámoslo más claro: Hace unos años, salió una película titulada "La última tentación de Cristo". En esta película, presentan a Jesús teniendo sexo con una mujer. Cuando esta película salió al mercado, muchos cristianos se sintieron ultrajados. ¿Cómo podía atreverse alguien a presentar a Jesús haciendo algo tan inmoral? ¿Cuál es la diferencia cuando nosotros, sobre todo nosotros, que declaramos ser seguidores de Cristo y de que Él vive dentro de nosotros, nos unimos a parejas que no son nuestros cónyuges? Hacemos literalmente lo mismo.