“Es más fácil desintegrar un átomo que un concepto establecido” Albert Einstein.
Muchas personas se cuestionan si podrían hacer "eso o aquello" de una manera diferente, y entonces surge lo que se llama “paradigma”. Quizá para muchos sea un término nuevo, pero pensemos, antes de nada, que vivimos con demasiados paradigmas.
Un paradigma es un modo de ver la realidad que nos sirve de marco o modelo de referencia. El modo en que vemos las cosas (paradigmas), frecuentemente es la fuente del modo en que pensamos y actuamos. Todos pensamos que vemos las cosas como son, que somos objetivos, pero no es así. Vemos el mundo no como es, sino como somos o queremos ser nosotros. Es decir, veo el mundo de acuerdo a como soy, o de acuerdo a lo que yo piense de mi. ¿Qué pienso de mí? ¿Pienso que soy un ganador en la vida o un perdedor? De acuerdo a lo que yo piense, de esa manera voy a actuar.
Tenemos muchos paradigmas, inclusive para relacionarnos con Dios, que no nos permiten alcanzar nuestro potencial y mucho menos disfrutar la vida en plenitud.
Hace siglos se pensaba que la Tierra era el centro del universo, que todo giraba alrededor de la tierra, y luego se descubrió que era al contrario, que giraba alrededor del sol.
Otro paradigma que se rompió era que para ser salvo había que ser bueno, y Jesús, un excelente maestro, rompe el paradigma y le dice al ladrón que estaba a su izquierda, que hoy estaría en el paraíso. Para ser salvo solo hay que creer en Jesús, quien es el camino, la verdad y la vida.