miércoles, 21 de enero de 2015

Aprendiendo a escuchar a los hijos

Recientemente, he recibido una gran lección de mi hijo. Creemos que lo sabemos todo en cuanto a la educación de los niños y que ellos deben aprender todo de nosotros, cuando en realidad, la educación más efectiva es la que es realimentada mutuamente, es cuando de verdad hay aprendizaje.
Esta semana viví dos experiencias con mi hijo de 7 años, que de verdad me inspiraron.
La primera sucedió al llegar él de casa de mi mamá después de quedarse a dormir. Me encontraba muy estresada trabajando en casa, y él llegó con varios familiares míos, estuvo un rato andando por la casa, y en un momento dado subió al dormitorio donde me encontraba limpiando, a pedirme ayuda con sus zapatos.
Rápidamente cogí sus zapatos y empecé a ponérselos. Él se quedó mirando mi cara y me dijo:
•    Mami, ¿no te sientes alegre porque ya vine?, ¿no estás feliz? Mira mi cara, yo sí estoy feliz porque ya vine.
En ese momento, me percaté de que tenía toda la razón y le pedí disculpas, lo abracé y le dije que estaba muy feliz de que ya estuviera en casa, que me había hecho mucha falta.
Son palabras muy sencillas las que recibimos de los niños y que las pasamos por alto, pero si escuchamos sus vocecitas, hasta se podría decir que oímos a Dios a través de ellos.
Nos estresamos demasiado por lo que hay que hacer, por el dinero que necesitamos, por todo menos por nuestros hijos.

Altar Familiar - Reflexiones

A menudo, nuestras oraciones nocturnas se limitan a recitar un poema o repetir una pequeña oración memorizada. Sin embargo, pueden convertirse en devociones familiares, si la familia al completo se reúne en cualquier sitio en el que impere la intimidad, por ejemplo, al lado de la cama del hijo que se acueste primero. 
En él, cada miembro de la familia hace una sincera oración, espontánea e improvisada. Uno o dos versos de las Escrituras pueden ser leídos antes de cada tiempo.
La idea no es que el niño sea obediente al decir una oración antes de dormir, sino que el corazón del chico se una al de Dios y al de cada miembro de la familia.
Las oraciones espontáneas e improvisadas, incitan al chico a compartir su corazón con el Señor.
Y cuando cada miembro de la familia ora, el niño puede vislumbrar el alma de ellos y aprender cómo relacionarse con Dios, ofrecerle alabanza, y cómo exponer sus peticiones a un Padre amoroso.
Acaba esta noche con un altar familiar. Aunque no tengas hijos, es una oportunidad para pasar tiempo con tu Padre celestial y poner en orden el caos del día.
Él te ayudará a situar las cosas en su debida perspectiva para que puedas dormir en paz.
Mateo 6:6 Más tú, cuando ores… ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Vuela más alto

Inmediatamente después de la 2a Guerra Mundial, un joven piloto inglés probó un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo.
Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de detrás de su asiento y se dio cuenta que había una rata a bordo, que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión.
Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero. Pero recordó que las ratas no resisten las grandes alturas. Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje.
Puede que haya situaciones u obstáculos que estén poniendo en peligro tu vida espiritual. Si es así, no permitas que te derriben, vuela más alto. Elévate a la presencia de Dios; Él te hará levantar el vuelo, te hará volar siempre alto, muy alto, y desde arriba podrás ver tus problemas como insignificancias, y en Su presencia perecerán.

"El Señor es mi fortaleza, El cual pondrá mis pies como de ciervas, Y me hará andar sobre mis alturas" Habacuc 3:19
"Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas." Job 16:19
"El señorío y el temor están con él: El hace paz en sus alturas." Job 25:2
"Dios en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas de la mar." Salmos 93:4
"Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y denuncia al hombre su pensamiento; el que hace a las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Dios de los ejércitos, es su nombre." Amós 4:13
"El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas," Hebreos 1:3

¿Cuál es tu palabra?

Leí un libro realmente impactante cuyo nombre es “Eat-Pray-Love” (Vivir, orar, amar), obra de Elizabeth Gilbert, que fue llevada al cine y protagonizada por la actriz Julia Roberts. En la película se narra la historia de una mujer y su viaje por Italia, la India y Bali. 
Durante el trayecto, Liz, la protagonista, se va encontrando con ella misma y también con Dios. En una de las escenas, estando en Italia, conversa con un grupo de amigos y comienzan a deliberar sobre cuál es la palabra que los identifica, de acuerdo a las distintas nacionalidades de quienes comparten la mesa. Algunos de ellos dicen que es “conformismo”, otros “rigidez”, y cuando le preguntan a la protagonista, no logra decir una palabra específica que la identifique, sino "actividades" o un “rol especial” (ex exposa, hija, escritora); una de las mujeres, sentada con ella junto a la mesa, le dice “Quizá seas una mujer en busca de tu palabra”.
Si te preguntaran ahora cuál es tu palabra ¿qué dirías?, ¿la tendrías?, ¿dirías un rol o una actividad y te costaría dar con ella?, ¿o tendrías clara cuál es? Saber cuál es tu palabra es mucho más profundo de lo que parece, saberla es indicativo, primero, de que te conoces bien a ti mismo y segundo, de que esa palabra es la que te dirige y orienta en lo que haces. Es como si fuera tu timón, tu brújula y la que dirige tus pasos.
Veámoslo así, si tu palabra es “decepción”, todo lo que vivas, tu biografía completa tratará de enmarcarse de acuerdo a esta palabra. Pero si tu palabra es “optimismo”, te sentirás capaz de sobreponerte a cualquier situación y de ver lo positivo de lo que te ocurre, porque sabrás que te ayuda para bien y aporta a la construcción de tu biografía personal. Si lo piensas, todo está en la palabra que te identifique.
En la escena final de la película, después de un año de viaje de la protagonista, Liz descubre que su palabra es “attraversiamo”, que en español quiere decir “crucemos”, haciendo alusión a ser capaz de atreverse a dar el siguiente paso. Esta palabra orientará su vida, las decisiones que tome y todo lo que formará parte de su futuro. 
Ya en el mundo real, verás que el poder de esta palabra abre un mundo de posibilidades para aquel personaje,... y para todos.

Sirve con amor

¨Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.¨
Colosenses 3:23-24 (Nueva Versión Internacional).
servir a DiosA medida que pasa el tiempo vamos creando hábitos en nuestras vidas, como hacer deporte, comer saludablemente, orar, leer la palabra, ayunar, servirle a Dios etc. Pero llega un momento en que hacemos las cosas mecánicamente porque no es el momento, por obligación o  simplemente, por costumbre.
Entonces perdemos la verdadera esencia, olvidamos el verdadero motivo por el que hacemos las cosas. Nos aburrimos de hacer siempre lo mismo, somos como unos robots; llegamos a la iglesia, nos sentamos en el lugar de siempre, servimos a Dios, y regresamos a nuestro hogar encontrándonos con los mismos problemas, y no hacemos nada por solucionarlos. Lo que se convierte en un círculo vicioso.
Una persona que se sienta así, es porque ha dejado su auténtica pasión; lo más seguro es que ya no tenga la misma relación íntima con Dios, se ha apartado de su presencia y ha puesto otros intereses en primer lugar.
Porque cuando tú estas en constante comunión con el Espíritu Santo, Él cada día te renueva, y te revela grandes cosas con las cuales tú puedas servir e impartir el evangelio a las demás personas. Te dará ideas para llevarlas a cabo en el ministerio que estés, verás siempre una oportunidad en cada situación y no tendrás por qué aburrirte de hacer lo mismo.