viernes, 9 de enero de 2015

Este es el camino

No importa lo que le haya ocurrido en su vida — que haya sido abandonado por su cónyuge, abusado por sus padres o herido por sus hijos o por otros—porque  si permanece en el camino angosto, como Dios le indica, y deja atrás todo el exceso de equipaje carnal, encontrará la paz, el gozo y la satisfacción que busca. Mientras atraviesa este proceso, puede hallar consuelo y guía en la promesa de Dios de Isaías 30:21. 
Jesús es el Camino, y nos lo ha mostrado, en ése debemos andar. El Señor ha enviado sobre nosotros su Espíritu Santo para conducirnos y guiarnos en la senda por la que debemos transitar, el camino angosto que lleva a la vida y no el ancho que conduce a la destrucción. Suceda lo que suceda, debemos seguir caminando en los caminos del Señor. Gálatas 6:9 nos anima: “No nos cansemos de hacer el bien, porque, a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”. La Biblia no nos promete que cuando hagamos el bien recibiremos las recompensas de inmediato, pero sí nos asegura que si seguimos haciendo el bien, finalmente seremos recompensados.
Dios dice que mientras exista la tierra, habrá “siembra y cosecha” (Génesis 8:22).
Podríamos parafrasearlo de esta manera: “Mientras la tierra exista, habrá semilla, tiempo y cosecha”. Cuando andamos en las sendas de Dios, debemos ser pacientes como el labrador, quien planta la semilla y espera expectante la cosecha. Ansía recogerla, pero sabe que pasará tiempo entre la siembra y la cosecha. Él no se deja frustrar por ese proceso ordenado por Dios.
Dios promete en Isaías 30:21 que “tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: Este es el camino; síguelo”. Si sigue transitando el camino que el Señor le ha señalado en su Palabra y por su Espíritu, disfrutará de una gran bendición en esta vida y sobre todo, en la eternidad. Así que siga andando por el camino angosto que conduce a la vida: ¡vida en toda su plenitud y abundancia!

La fe por sí sola no es suficiente garantía.... para las cosas terrenales

¿Cuál es el ingrediente más importante de la búsqueda del éxito? En otras palabras, cuando uno escucha cualquier historia sobresaliente de alguien que hizo posible lo que todos pensaban que era imposible, ¿qué le llevó a triunfar donde otros fracasaron? O si tú ves a alguien que simboliza la clase de búsqueda o anhelo que deseas para ti, ¿qué tiene esa persona que tú no tienes?
“Debes comenzar por tener un sueño”; anhelos, visiones, esperanzas y deseos, algunos de los cuales pueden ser tener un hogar, una seguridad financiera, una carrera distinta, un trabajo mejor retribuido, o simplemente, un trabajo. Los sueños pueden motivarte e inspirarte más que ninguna otra cosa, si crees que eres capaz de realizarlos, pero si no tomas las medidas necesarias para lograrlos, estos se convierten en espejismos que rondan continuamente en tu mente.
Entonces, la fórmula que se le ocurrió a Thomas Edison sobre la manera en que se debe persistir, ¿no consistía en un 10% de inspiración y un 90% de acción? 

¿Es la Muerte una Liberación?

No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos. Isaías 45:21-22.
Dios… manda a todos los hombres en todo lugar,  que se arrepientan. Hechos 17:30.
–Me enteré de la muerte de su mamá… 
–Pues sí; ancianita de casi cien años y hospitalizada desde hace más de tres.. ¡Es una liberación!
Uno se puede preguntar: ¿Una liberación para quién? ¿Para la familia o para la enferma? Sin duda, era para la enferma. ¿Pero es la muerte una escapatoria para todo el mundo?
Para el creyente la muerte es una salida, pues lo saca para siempre de un mundo de pecado y sufrimiento para introducirlo en la presencia de Jesús. Es una ganancia para el creyente. “Partir y estar con Cristo… es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23).

Los escalones que sean necesarios para llegar

La vida se compone de momentos buenos y malos, siendo imposible mantenerse solo en unos. La mayoría quisiéramos que siempre fueran buenos, pero siendo realistas, no existe una vida sin dificultades, como tampoco una sin cosas buenas, afortunadamente.

escalonesPodemos ver la vida como una escalera en la que los escalones se construyen diariamente. A cada logro es uno que subes, y por cada prueba otro que construyes; todos los procesos de la vida son buenos, solo que no todas las cosas que nos pasan se disfrutan desde el principio, es decir, cada situación tiene algo que nos hace bien, pero a veces llegan de forma agradable y clara, y otras digamos que de una manera engorrosa, que hay que descubrir poco a poco y en las que el proceso fértil a veces tarda y llega a ser difícil.

Cuando nos toca estar en la cima de un logro, o sea, pisando seguros sobre el escalón, todo nos va muy bien, parece que la vida nos sonríe, que todo tiene sentido y encaja a la perfección. Pero llega el momento de subir un poco más y todo se ve complicado y difícil, como si de repente nos viniera una racha en la que nada es comprensible, en la que buscas salidas y no las hay, y piensas a dónde se han ido las cosas buenas y qué es lo que está sucediendo; pues bien, la respuesta es que quedaron en el escalón de abajo mientras sigues construyendo lo que te lleva más alto.

¡Mejor calla y espera!

Los desacuerdos son naturales al trabajar juntos, y los diferentes puntos de vista son cruciales para la creatividad y los procesos de resolver problemas. Aún así, la fricción originada cuando surgen diferentes opiniones, puede causar dolores innecesarios y una pérdida valiosa de tiempo y energía.
A veces, la mejor manera de convencer a alguien de nuestro punto de vista, mientras se mantienen abiertas las vías de comunicación, es el simple silencio.
Benjamín Franklin aprendió que esparcir yeso en los campos haría crecer las cosas. Se lo dijo a sus vecinos, pero no le creyeron. ¡Menuda creencia!, argumentando que el yeso no ayudaría para nada al crecimiento del pasto ni del trigo.
Pasado un tiempo, en el que ya se habían olvidado del asunto, se fue al campo temprano en la siguiente primavera y sembró trigo. Cerca del camino, por donde los vecinos pasaban, trazó algunas letras con su dedo y puso yeso en ellas.
Al cabo de una o dos semanas, la semilla brotó. Sus vecinos, al pasar por allí, se quedaron boquiabiertos cuando lo vieron. De un verde más brillante que todo el resto del campo, brotó el mensaje sembrado de Franklin en letras grandes: A esto se le echó yeso.
¡A Benjamín Franklin ya no le hacía falta discutir con sus vecinos sobre los beneficios del yeso!