Como cristiano, ¿qué es lo más importante para ti? Para algunos ir todos los domingos a la iglesia, pero el resto de días ni se acuerdan de Dios, que es, en realidad, lo más importante..
Si tú has leído el libro de Apocalipsis, Daniel, Isaías o Mateo 24, te darás cuenta que tiempo es lo que menos tenemos para estar perdiéndolo con bobadas; lo más importante para nosotros, debería ser vivir una vida en santidad para Dios, pues Dios quiere una vida consagrada a Él, una vida para honra y gloria de su santo nombre. Jesucristo pronto viene. Los acontecimientos de los últimos días marcan la hora cero en que viene en una nube como Él lo dijo: volverá por su pueblo, viene por una esposa (Iglesia) limpia, santa, pura, sin mancha, inmaculada. Así debemos estar al presentarnos delante de Él, santificados. Y esto solo se logra sometiéndonos a la santidad de Dios, por eso mismo Él dijo: SED SANTOS PORQUE YO SOY SANTO.
Cuando más nos sometamos a la santidad de Dios a través del Espíritu Santo, para que nuestra vida vaya cambiando cada día más y nos parezcamos a Jesús, el modelo por excelencia que Dios Padre envío para que aprendiéramos a vivir y sobrevivir en este mundo de maldad, más podremos entrar a sus atrios y adorarle.
En la antigüedad, el sacerdote debía llevar una diadema de oro en la que estaba inscrita la leyenda: "La Santidad es del Señor", pero eso fue en la antigüedad cuando solo los sacerdotes podían entrar al lugar santísimo. Hoy en día; por la gracia de nuestro señor Jesucristo, tenemos entrada hasta el trono celestial, ante el Padre, lo que quiere decir que todos nosotros, cristianos, somos sacerdotes del Dios altísimo. Por lo que todos debemos portar esa diadema, pero no en la frente sino en nuestro corazón. Un corazón integro, recto, limpio y santo para Dios.
Levítico 11:44 “Porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios. Por tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo. No os contaminéis, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra. 11:45 “Porque yo soy el SEÑOR, que os he hecho subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; seréis, pues, santos porque yo soy santo.” Dios mismo nos llama a una vida de santidad, a vivir rectos delante de Él. Por eso busquemos cada día más de la presencia de Dios para que Él santifique nuestra vida.
Éxodo 39:30 E hicieron la diadema sagrada, de oro puro, y grabaron en ella, como grabadura de sello: Santo al Señor. La santidad de Dios es uno de los temas centrales de las profecías de Isaías. La triple aclamación es una manera superlativa de indicar que Dios es absolutamente santo. La gloria de Dios es la irradiación de su santidad sobre el mundo.