Muchas personas no tienen en cuenta a Dios en el momento de tomar decisiones, y después de hacer cosas que les causaron consecuencias negativas, de las cuales todavía no se pueden recuperar, le echan la culpa a Dios; es más, hasta dicen dónde estabas Tú Dios, que no me ayudaste en el momento que más lo necesité. Pero no sucede así con aquellos que antes de emprender cualquier cosa, le consultamos buscando su respaldo en todo cuanto hagamos.
Si Dios aun no ha respondido a tu súplica, Él sigue siendo bueno, si tu oración todavía no ha tenido contestación, Él sigue siendo bueno; es más, la Bondad de Dios no se mide por las respuestas que te pueda dar, por el trabajo en el que te pueda poner, o por cualquier cosa que haga a tu favor, Dios es Bueno porque ese es uno de sus atributos.
Por ello, aunque no tengas lo que anhelas, aunque estés viviendo cosas difíciles, aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto, tenemos que reconocer que Dios es Bueno; no importa si aún no te ha respondido, no importa si las cosas van cuesta abajo; aunque las cosas no estén del todo bien, Dios sigue siendo Bueno; mucha gente mide la bondad de Dios por lo que recibe de Él y no por lo que Él es. ¡Creen mal!
Dios en estos tiempos, está buscando a personas que lo reconozcamos no por lo que Él puede hacer por nosotros, no por lo que puede darnos, sino por lo que Él es. Por más que la angustia haya venido a tu vida por las cosas que actualmente estés viviendo, Dios es tu fortaleza y sabe que tú confías en Él; hay que poseer una fe inquebrantable como la de nuestro Maestro que, aunque el Padre le dejó morir en aquella Cruz, nunca negó la bondad de Dios.
A veces, Dios va a permitir que el agua nos llegue al cuello para probar si, en realidad, estamos confiando en Él y reconocemos que es Bueno a pesar de todo.Dios en estos tiempos, está buscando a personas que lo reconozcamos no por lo que Él puede hacer por nosotros, no por lo que puede darnos, sino por lo que Él es. Por más que la angustia haya venido a tu vida por las cosas que actualmente estés viviendo, Dios es tu fortaleza y sabe que tú confías en Él; hay que poseer una fe inquebrantable como la de nuestro Maestro que, aunque el Padre le dejó morir en aquella Cruz, nunca negó la bondad de Dios.
Quizá recientemente, la escasez haya llamado a tu puerta, o la falta de trabajo, la angustia, la depresión, el desánimo, el desaliento... y lo más difícil no es que ha tocado sino que le abriste y le permitiste entrar, de modo que tienes dentro de ti, un huésped que te ha agarrado del cuello y te imposibilita reconocer que Dios es Bueno; precisamente, este es el momento en el cual debes reconocer la bondad de Dios contigo, ya que si en el pasado te ha mostrado que es Bueno, en el presente también lo hará y no te dejará defraudado en el futuro; por eso, si quieres, echa fuera todo aquello que hay dentro de ti y dale el lugar, el espacio y el reconocimiento que Dios se merece.
Padre Nuestro que estás en los cielos, en este momento me rindo a ti y te doy gracias porque Tú eres mi fortaleza en el día de la angustia; reconozco que Tú eres Bueno y que siempre tienes cuidado de mi. Toma el lugar y el espacio que te corresponde dentro de mí y ahora le ordeno a todo aquello que hasta este día me estaba oprimiendo, salir de mí, por el poder de la Sangre de Jesucristo y el Nombre que es sobre todo Nombre, Amén.
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