Por favor, cambia tu mente a la forma de la de un niño, para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti
A veces estamos llenos de ánimo y nos sentimos poderosos para llevar a cabo cualquier empresa. Entonces, solemos pensar en emprender algún negocio, o pensamos en retomar algo que estábamos haciendo, pensamos en servir de mejor manera en nuestra iglesia; pensamos y pensamos y luego, seguimos pensando. En estas circunstancias, es frecuente la frase “Esta vez sí…”, pero llega el fin de año y nos sentimos frustrados por no haber realizado lo que planeábamos hacer y, con sentimiento de culpabilidad, nos volvemos a comprometer con cosas que no vamos a cumplir. Esto pasa una y otra vez en el ciclo de la vida de muchos de nosotros.
Salomón definió la sabiduría como un tesoro que todo hombre debe buscar con gran ímpetu y esfuerzo. Muchos filósofos a lo largo de la historia, han hablado de aquello que, en su opinión, es la sabiduría; y Santiago la define como “La sabiduría que viene de Dios”. O sea, si tenemos temor de Dios y algo de prudencia, comprenderemos que esta es la sabiduría que vale la pena tener.
Veamos, entonces, lo que habla Santiago en este pasaje (Santiago 1). Y ante todo, pensemos en invitar a la sabiduría que viene de Dios, a ser parte de nuestra vida diaria:
1. La sabiduría que viene de Dios nos ayuda a ver las dificultades como oportunidades (versos 2 y 3):
En estos primeros dos versículos, Santiago dice que debemos estar gozosos cuando estemos en dificultades, porque cuando nuestra fe se pone a prueba produce perseverancia. La Biblia dice constantemente, que la fe puesta a prueba es más valiosa que el oro.
Ahora bien, seamos sinceros: ¿Realmente estamos saltando de felicidad cuando los problemas tocan a la puerta de nuestra casa? ¿Somos lo suficientemente mansos como para decir "Dios, estoy en una situación difícil pero yo confío en ti y sé que me ayudarás”? ¿Cuando nos vemos frente a frente con la prueba, la vemos como una oportunidad para ser mejores y tener una fe más firme y valiosa?
Si la respuesta es negativa a estas preguntas, necesitamos la sabiduría de Dios para ver las dificultades desde una perspectiva diferente: Desde la perspectiva de Dios.
2. La sabiduría que viene de Dios nos ayuda a ser perfectos y cabales (verso 4):
Cuando estamos en un examen podemos aprobar o suspender. Una prueba en la vida no es muy diferente a una prueba en la academia: Seguro que las pruebas llegarán y hay que estar preparados para aprobar, porque si no nos toca repetir la prueba hasta pasarla.
Si pasamos la prueba, no solo nuestra fe será más valiosa que el oro sino que nuestro carácter será perfecto y cabal. Las pruebas son la forma como Dios nos disciplina para ser mejores y formar nuestro carácter, así como un alfarero forma una vasija de barro. Las pruebas son las oportunidades que Dios nos da para alcanzar nuevos niveles con Él, pero si no las pasamos, quedaremos pendientes de reforzarnos toda la vida. ¿Quiere estar así toda su vida, sin poder pasar al siguiente nivel con Dios?
Si su respuesta es negativa, usted necesita la sabiduría que viene de Dios para pasar las pruebas y llegar a tener un carácter perfecto y cabal, a la medida de Cristo.