sábado, 1 de noviembre de 2014

Fuertes y valientes

“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:1-2 (RVR1960).
Es curioso el llamamiento del Señor a Josué. Podemos ver que Dios, simplemente le dice ve y cruza el Jordán y lleva al pueblo a la tierra prometida. Es de imaginar la gran sorpresa de Josué, la de tener que asumir esa tremenda responsabilidad de buenas a primeras. No era nada fácil lo que Dios le había encomendado. De hecho, Dios podía ver el temor que había en el corazón de Josué, y por esto le dijo estas palabras: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.” Josué 1:5 (RVR1960).
valiente123Dios a quien llama respalda y por eso inmediatamente, al asignarle esta labor, le dice esas palabras a Josué que comenzaron a cambiar su mentalidad. Cuando el Señor nos pide que nos levantemos, es porque ya llegó el tiempo, el tiempo de servirle, de hacer lo que Él nos ha encomendado, de comenzar a movernos en el llamado que Él nos ha hecho.
Después no solo se observa el llamamiento, sino que Dios comienza a bendecir y a dar instrucciones a Josué. No se trataba solamente de que cruzara el Jordán y ya nada más, sino de lo que debía hacer después.Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.” Josué 1:6 (RVR1960).
Tarea ardua debía hacer Josué, y por esta razón le instaba a que se esforzara y fuera valiente. En ningún momento el Señor le dijo que sería fácil sino que, de cierto modo, lo estaba preparando para lo que venía. Porque Dios no elige a los capacitados, sino que capacita a los elegidos, como Josué. Dios no llama a personas perfectas, Él llama a personas imperfectas para perfeccionarlas. Por esto el Señor instruye a Josué diciéndole: Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” Josué 1:7 (RVR1960).

El amor no solo se dice, sino que se demuestra

¡Es muy bello hablar del amor! De hecho, para mí hablar del amor en todas sus manifestaciones, es uno de mis temas preferidos. Sobre todo cuando hablo y puedo compartir con otros ese amor que siento en mi corazón hacia Dios, pero que también siento que Dios tiene hacia mí y hacia cada ser humano.
Ayer meditaba en ese amor tan hermoso y puro, capaz de los más grandes sacrificios, paciente y muchas veces callado. Porque el amor no solo se dice con palabras, sino que es necesario demostrarlo a través de nuestras acciones.
La manifestación más grande de amor la demostró Jesucristo, al ofrecer su propia vida por amor a cada uno de nosotros. Él no exclamó muchas palabras allí en la Cruz del Calvario. No dio tampoco un gran discurso ni hizo alarde del enorme sacrificio que llevaba a cabo. Dijo pocas palabras, pero su acción permanece inmortal y su sangre preciosa sigue limpiando los pecados de todos aquellos que acuden a Él.
Muchas promesas de amor se hacen las parejas ante el altar o en medio de algún evento importante. Pero a la hora de la verdad, muchas, de esas palabras, son llevadas por el viento, y no queda nada de lo que se dijo, solo ruinas y dolor. Mas otras veces, en silencio, de forma muy sutil, se hacen y se demuestran las más grandes expresiones de un amor sincero.

¿Qué dice la Biblia acerca de la pedofilia?

No hay ninguna mención directa de la pedofilia en la Biblia. Pero hay numerosos principios bíblicos que definitivamente, se pueden aplicar a este pecado pervertido y abusivo. Un principio es la vista de la Biblia del pecado de la fornicación. La palabra traducida como "fornicación" tiene la misma idea en griego y hebreo. La palabra griega es "porneia", de la cual obtenemos las palabras porno y pornografía. Esta palabra, en la Escritura, refiere cualquier actividad sexual ilícita, e incluye por supuesto, los actos aberrantes de un pedófilo, como la recolección y comercialización de fotos obscenas e indecentes de niños. Las personas que utilizan este tipo de pornografía provienen por lo general, de mirar... a realmente hacer, causando gran daño a los niños. La fornicación está entre los "deseos de la carne" (Gálatas 5:16–21) y entre las cosas malas que vienen desde el corazón de un hombre apartado de Dios (Marcos 7:21–23).

Los pedófilos comparten la característica de ser "sin afecto natural" (Romanos 1:312ª Timoteo 3:2). La frase "sin afecto natural" es traducida de una palabra griega (sinónima) que significa "inhumano, que no ama o insociable". Una persona sin afecto natural actúa de forma contraria a la norma social. De por sí, esto ya describiría a un pedófilo. Pero además, no se aplican un principio encontrado en las palabras de Jesucristo acerca de los niños. Jesucristo usó a un niño para enseñar a sus discípulos, que la fe de un niño es necesaria para la entrada en el reino de los cielos. Al mismo tiempo, Él dijo que el Padre tiene preocupación por todos sus "pequeños" (Mateo 18:1–14). En ese pasaje, Jesucristo dice, "Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 18:10). 

No lo pierdas

Dejarnos llevar por sentimientos, emociones o caprichos pasajeros puede conducirnos a cometer grandes errores.
Sansón, el hombre más fuerte que Jehová eligió para salvar al pueblo de Israel de las manos de los filisteos, puso primeramente, sus sentimientos antes que la razón y le costó la vida.
Los filisteos eran gente mala que vivía en Canaán; tenían muchos guerreros y causaban daño a los israelitas. En una ocasión, cuando Sansón iba donde vivían los filisteos, un león grande salió rugiendo contra él, pero Sansón lo mató con sus manos nada más.
Así también, mató a cientos de filisteos malos, hasta que Sansón se enamoró de una mujer llamada Dalila. Ella era del pueblo enemigo de Jehová. Los líderes filisteos aprovecharon la ocasión y prometieron que cada uno daría a Dalila 1.100 piezas de plata, si descubría qué hacía tan fuerte a Sansón. Sin dudar, Dalila aceptó y reiteradas veces le preguntaba: “si tú me amas dime de donde viene tu fuerza”, pero  Sansón no le respondía con la verdad.
Finalmente, Dalila consiguió que Sansón le dijera el secreto de su fuerza. "Nunca me han cortado el pelo, dijo él. Desde que nací, Dios me escogió para ser un siervo especial de Él. Si me cortaran el pelo, perdería mi fuerza."
Cuando Dalila oyó esto, hizo que Sansón se durmiera en su falda, y un hombre filisteo entró y le cortó el pelo. Cuando Sansón despertó, se encontró con que había perdido la fuerza. Entonces, más filisteos entraron y lo capturaron, le sacaron los dos ojos, y lo hicieron su esclavo.
Tristemente, este varón terminó sus días aplastado junto a los filisteos, siendo esclavo y ciego. (Jueces 16)

Ser o No Ser… - Reflexiones

Cuando yo era pequeño, en el parque los niños citaban en broma la famosa frase de Shakespeare: “Ser o No Ser; Esa es la Cuestión”. Pero en realidad no entendíamos lo que significaba.
Más tarde supe que el personaje de Shakespeare, Hamlet, a quien se refiere en estas líneas, fue un príncipe melancólico que se enteró de que su tío asesinó a su padre y se casó con su madre. El horror de esta realidad fue tan perturbador que pensó en el suicidio. Su duda, la dilación fue: “Ser” (continuar viviendo) o “No Ser” (quitarse la vida).
A veces, el sufrimiento en la vida puede llegar a ser tan abrumador que somos tentados a caer en la desesperación. Las pruebas pueden hacer parecer que la vida no vale la pena. Centrarnos en nosotros mismos puede llevarnos a la desesperación, pero poner nuestra confianza en Dios nos da una perspectiva completamente diferente. Mientras vivamos en este mundo, podemos tener la certeza de que nuestro Dios Todo-suficiente, puede sostenernos. Y como sus seguidores, siempre tendremos un propósito divino para “Ser”.
Las pruebas nos hacen pensar; pensar nos hace sabios; y la sabiduría hace que la vida sea provechosa.
Hermanos, no queremos que ignoréis acerca de la tribulación que nos sobrevino en Asia, pues fuimos abrumados en gran manera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.  2 Corintios 1:8