viernes, 26 de septiembre de 2014

No pierdas la compasión…

Una buena amiga mía llamada Cristina, tiene un don sorprendente. Mucha gente se olvida que lo tienen, el don de la compasión. ¿Cuál es la razón para catalogarla como característica de don? Porque ella todo lo da a otros.
Cristina alberga gatitos sin hogar. Sale a rescoger gatitos en el bosque. Les cuida, se asegura de que estén saludables y les halla buenos hogares.
Una gatita muy especial llegó recientemente a su vida. Su nombre es Savannah. Cuando Cristina halló a Savannah no estaba en buenas condiciones. Estaba sucia, temerosa y enferma. Como a todos los nuevos gatitos, Cristina, les lleva a su casa, les limpia y les alimenta. Una vez que alcanzan el kilo de peso, les lleva al veterinario en donde son examinados y vacunados. Recuerdo bien aquel día. Cristina había llamado con tristeza, cuando descubrió que Savannah había resultado positiva con FIV. Es una enfermedad exclusiva para los felinos, similar al SIDA.
No viéndose mejor que el día en que Cristina la halló, Savannah había dejado de comer y comenzó a perder mucho peso. Se podían ver sus huesos a través de su delgada piel. Finalmente, dejó de caminar y comer del todo. Muchos considerarían esta una batalla perdida, pero Cristina pasaba noches enteras cargando a Savannah, simplemente intentando hacerla sentir mejor. Pero Cristina se sentía cada vez peor, lloraba, preocupada por Savannah. La idea de que Savannah perdiera su vida despedazaba a Cristina.

Triunfo Interior

Un joven que iba en silla de ruedas entró en la biblioteca acompañado de su maestra. Ésta me preguntó si yo, como bibliotecario, podría recomendarle al muchacho, algún libro que tratara acerca de personas que hubieran superado un impedimento físico.
– Él sufrió un accidente automovilístico hace un año, y los médicos opinan que tal vez no vuelva a caminar. – Me explicó.
Elegí “La Historia De Mi Vida”. Ahmad, el joven de la silla de ruedas, como así se llamaba, se mostró casi indiferente cuando le expliqué que Hellen Keller, su autora, había nacido ciega y sorda, se había ingeniado para vencer esta doble discapacidad y se había convertido en abanderada de personas con graves impedimentos físicos.
Me olvidé del asunto hasta que, semanas después, Ahmad volvió.
– Leí el libro – me dijo en tono de triunfo -, y quiero darle las gracias. Si Hellen Keller pudo vencer tantos obstáculos, también yo puedo hacerlo.
Esta vez iba apoyado en muletas.

TÚ me hablas...

Puedes escuchar a Dios todos los días. Es más, deberías escucharle todos los días.
Dios espera que Sus hijos, los que lo conocen directamen
te, conocen Su voluntad y Su Palabra, se comuniquen con Él personalmente, que hagan contacto directo con Él, y no a través de la fe o las oraciones de otras personas.
Si te detienes unos momentos, dejas de pensar en otras cosas, y le prestas a Él tu atención, escucharás al Señor.
En el fresco del día paseo contigo bajo la agradecida sombra de mi jardín.
Escucho Tu voz entre los árboles y no tengo miedo.
Tu mano, que pone a dormir las flores una por una en sus pliegues de rocío… es fuerte para guardarme y competente; no me soltará.
Me hablas a través del viento, me sonríes desde todas las estrellas.
Para mí, no eres sordo ni ciego, ni estás ausente ni lejos.
La oración no es un monólogo sino un diálogo, cuya parte más esencial es la respuesta de Dios. Escuchar la voz de Dios es lo que me da la seguridad de que Él escuchará la mía.
Todo lo que hay en la Tierra está sujeto a Ti.
No puedo apartarme de Tu amor.
Tu amor me sigue por doquier.

Deseo ser una presencia amorosa y constante en tu vida.
Quiero comunicarme personal y directamente contigo.
No deseo una relación distante, fría o mental, sino profunda y sincera. De corazón a corazón.

Quiero que comulguemos íntimamente, que conversemos, que tomemos decisiones juntos y que a veces nos comuniquemos sin decir palabra.
Deseo que cultivemos un vínculo de amor más fuerte del que has entablado con persona
alguna, algo que ahora ni siquiera eres capaz de imaginar.

Aunque no lo parezca, el tiempo de Dios es perfecto

“En este mundo todo tiene su hora. Hay un momento para todo cuanto ocurre.” Eclesiastés 3:1

Sus hermanos lo vendieron como esclavo por envidia. Poco después, fue revendido como vulgar mercancía, posteriormente, se encontraba en la cárcel acusado de forma injusta. Historia muy conocida la vida de José, el hijo de Jacob. Nadie creería que él era un heredero de la promesa al verlo pasar por todas esas vicisitudes, pero así de misteriosos son los caminos del Señor.
José era un hijo amado, estaba destinado a la grandeza, y así fue. Lo que nunca imaginó fue probar el amargo sabor de tales experiencias para alcanzar finalmente, ese final grandioso.
timetowaitEn medio de aquella vida en aparente fracaso, José no perdió su fe. Él se mantuvo firme, confiado en Dios, y todo lo hacía lo mejor que podía sin importar donde estaba. Probablemente sentía nostalgia y algo de desesperación de vez en cuando; pero nada lo detuvo de ver siempre el lado positivo de sus circunstancias. Y como el tiempo de Dios es perfecto, usó ese tiempo para perfeccionar la obra que había iniciado en José. Todo el proceso de ser esclavizado, acusado injustamente, ser apresado, y olvidado por aquellos a quienes ayudó, tenía un propósito. Dios creó la necesidad específica en el momento oportuno, como siempre, de que José fuese bien recibido; pero esto ocurrió, cuando José ya estaba capacitado para tomar la posición de gobierno que Dios había preparado para él.
A ti, que has tenido que vivir una vida llena de sinsabores, humillaciones, injusticias, rechazos y desencantos, sí, este mensaje es para ti. Tienes que saber que eres hijo amado y que estás destinado a la grandeza. Debes saber que todo lo que has estado experimentando, no son más que los medios que Dios usa para capacitarte y desarrollar en ti un mejor carácter.

Contraste entre el justo y el malvado - Proverbios 10

Proverbios 10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Contraste entre el justo y el malvado

Los proverbios de Salomón.

    El hijo sabio alegra al padre,
    Pero el hijo necio es tristeza de su madre.
Los tesoros de maldad no serán de provecho;

Mas la justicia libra de muerte.
Jehová no dejará padecer hambre al justo;

Mas la iniquidad lanzará a los impíos.
La mano negligente empobrece;

Mas la mano de los diligentes enriquece.
El que recoge en el verano es hombre entendido;

El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.
Hay bendiciones sobre la cabeza del justo;

Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
La memoria del justo será bendita;

Mas el nombre de los impíos se pudrirá.
El sabio de corazón recibirá los mandamientos;

Mas el necio de labios caerá.
El que camina en integridad anda confiado;

Mas el que pervierte sus caminos será quebrantado.
10 El que guiña el ojo acarrea tristeza;

Y el necio de labios será castigado.
11 Manantial de vida es la boca del justo;

Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
12 El odio despierta rencillas;

Pero el amor cubrirá todas las faltas.
13 En los labios del prudente se halla sabiduría;

Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura.
14 Los sabios guardan la sabiduría;

Mas la boca del necio es calamidad cercana.
15 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;

Y el desmayo de los pobres es su pobreza.
16 La obra del justo es para vida;

Mas el fruto del impío es para pecado.
17 Camino a la vida es guardar la instrucción;

Pero quien desecha la reprensión, yerra.
18 El que encubre el odio es de labios mentirosos;

Y el que propaga calumnia es necio.
19 En las muchas palabras no falta pecado;

Mas el que refrena sus labios es prudente.
20 Plata escogida es la lengua del justo;

Mas el corazón de los impíos es como nada.
21 Los labios del justo apacientan a muchos,

Mas los necios mueren por falta de entendimiento.
22 La bendición de Jehová es la que enriquece,

Y no añade tristeza con ella.
23 El hacer maldad es como una diversión al insensato;

Mas la sabiduría recrea al hombre de entendimiento.
24 Lo que el impío teme, eso le vendrá;

Pero a los justos les será dado lo que desean.
25 Como pasa el torbellino, así el malo no permanece;

Mas el justo permanece para siempre.
26 Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos,

Así es el perezoso a los que lo envían.
27 El temor de Jehová aumentará los días;

Mas los años de los impíos serán acortados.
28 La esperanza de los justos es alegría;

Mas la esperanza de los impíos perecerá.
29 El camino de Jehová es fortaleza al perfecto;

Pero es destrucción a los que hacen maldad.
30 El justo no será removido jamás;

Pero los impíos no habitarán la tierra.
31 La boca del justo producirá sabiduría;

Mas la lengua perversa será cortada.
32 Los labios del justo saben hablar lo que agrada;

Mas la boca de los impíos habla perversidades.