martes, 12 de agosto de 2014

Sobre el mal triunfó el Amor

No, no será Satanás quien al final se lleve la victoria.
No, no será el pecado, ni la muerte la triunfante…
No, no será el “maligno” quien se encargue de cerrar la historia,
dejando al ser humano lejos de Dios y errante…
Jesucristo, “eterno rey de gloria”,
te invita a arrepentirte para cubrirte con su amor y perdonarte.
El tiempo del final está cercano…
Mas el Señor bendito te convida
en el Apocalipsis “a sus aguas de vida” (Apocalipsis 2 1:6).
Si crees en Jesucristo, su hijo amado,
en su cielo, en su “casa”, bien cuidado,
ya lejos de muerte, de dolor y ruina… (Apocalipsis 21:4).
No, no será el triunfo del mal quien predomine
sobre esta infeliz humanidad esclavizada.
Tú no permitas que Satanás te aliene y te domine,
no permitas el vivir y el morir encadenado.
Puedes clamar a Jesús; que Él te redime
del juicio, la condena y de las llamas.
Somos “más que vencedores” porque somos del Señor,
que es “Señor de los señores”, que a Satanás derrotó…
Clavado en la cruz, en el Gólgota, dio el grito; “¡se consumó!”
“Sangre y agua de la roca”, de su “costado brotó” (Juan 19:34).
Con esa sangre bendita, Cristo limpia al pecador (1ª Jn. 1:7).
Satanás está vencido, sobre el mal triunfó el amor.

¿Conoces a Jesús?

Saulo fue un hombre que nació en Tarso, zona de la actualmente conocida como Turquía. En aquel entonces era una ciudad que pertenecía al Imperio Romano, pero cambió de nombre a Cilicia.
Este hombre nació en el seno de una familia hebrea de la tribu de Benjamín y al crecer, fue educado a los pies de un erudito de la época llamado Gamaliel. Con el tiempo seguiría los mismos pasos de su maestro, para convertirse en fariseo y en un judío de profundas convicciones, educado para servir y obedecer la Ley de Dios.
Para Saulo, la Palabra de Dios escrita era simplemente, el final a toda discusión, y quebrantar esta ley suponía estar en contra de Dios. Con ese tajante pensamiento empezó un ministerio (servicio a Dios) aunque, poco a poco, fue convirtiéndose en una persecución sangrienta contra todos los que creían algo distinto.
El libro de los Hechos de los apóstoles, en sus primeros capítulos, narra el primer contacto de Saulo con los seguidores de Jesús, a los que, sin considerar la condición y situación de cualquier hombre, mujer o niño, los metía a todos a la cárcel y, si le parecía bien, mandaba matar a algunos, como hizo con Esteban en la ciudad de Damasco.
Satisfecho por sus acciones, montó en un caballo y cabalgó erguido hacia Damasco, pensado que estaba haciendo lo correcto. Pero justo en el momento en el que creía que había llevado su ministerio al triunfo, una luz blanca y brillante que venía del cielo lo derribó y quedó ciego por tres días.
Saulo, conocido después de este suceso como Pablo, explica esta experiencia como una “visión” (1 Corintios 9:1), como una “aparición” de Jesucristo resucitado (1 Corintios 15:8), y como una “revelación” de Jesucristo y su Evangelio (Gálatas 1:12-16; 1 Corintios 2:10).

El Caleidoscopio del niño

Un hombre, a causa de una guerra en la que había peleado de joven, había perdido la vista. Este hombre, para poder subsistir y continuar con su vida, desarrolló una gran habilidad y destreza con sus manos, lo que le permitió destacar como un estupendo artesano. 
Sin embargo, su trabajo no le permitía nada más que asegurarse el mínimo sustento para subsistir, por lo que la pobreza era una constante en su vida y en la de su familia.
En una Navidad quiso obsequiarle algo a su hijo de cinco años, quien nunca había conocido más juguetes que los trastos del taller de su padre, con los que fantaseaba con reinos y aventuras. Su papá tuvo entonces la idea de fabricarle, con sus propias manos, un hermoso caleidoscopio como alguno que él poseyó en su niñez. 
Inline image 1En secreto y por las noches, fue recolectando piedras de diversos tipos que trituraba en decenas de trozos, pedazos de espejos, vidrios, metales, maderitas, etc. Al final de la cena de nochebuena pudo finalmente ver, a partir de la voz ilusionada del pequeño, la sonrisa de su hijo al recibir el precioso regalo. 
El niño no cabía en sí de la dicha y la emoción, que aquella increíble navidad le había traído de las manos rugosas de su padre ciego, bajo las formas de aquel maravilloso juguete que él jamás había conocido…. 
Durante los días y las noches siguientes, el niño fue a todo lugar llevando el preciado regalo, y también fue con él a sus clases en la escuela del pueblo.
En los tiempos de recreo entre clase y clase, el niño exhibió y compartió henchido de orgullo, su juguete con sus compañeros que se mostraban igual de fascinados con aquella maravilla y que pujaban por poner su ojos en aquella lente y dirigirla al sol… Uno de aquellos pequeños, tal vez el mayor del grupo, finalmente se acercó al hijo del artesano y le preguntó, con la ambiciosa intriga que solo un niño puede expresar:
-¡"Oye, qué maravilloso calidoscopio te han regalado!… ¿dónde te lo compraron?, no he visto jamás nada igual en el pueblo…"

En la Vida nada sucede porque sí

Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios, vio que solo le quedaba una simple moneda de diez céntimos y tenía hambre.
Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, los nervios lo traicionaron cuando una encantadora joven le abrió la puerta.
En vez de comida le pidió un vaso de agua. Ella pensó que el joven tendría hambre y le dio un gran vaso de leche. Bebió despacio y después le preguntó: 
-Cuánto le debo? 
-No me debes nada – respondió ella. Y continuó: 
– Mi madre nos enseñó a no aceptar ningún pago por caridad. 
Él dijo: -Pues te lo agradezco de todo corazón.
Cuando Howard Kelly salió de aquella casa, no sólo se sintió más fuerte físicamente, sino que también su fe en Dios y en los hombres fue más fuerte. Estaba resignado a rendirse y dejar todo y...
Años después, esa joven mujer enfermó gravemente. Los médicos de su pueblo estaban confundidos. Finalmente la enviaron a la ciudad más cercana, donde llamaron a un especialista para estudiar su extraña enfermedad. Llamaron al Dr.Howard Kelly.
Cuando escuchó el nombre del pueblo de donde ella era, una extraña luz llenó sus ojos. Inmediatamente, vestido con su bata de médico, fue a ver a la paciente. En seguida reconoció a aquella mujer y determinó hacer lo mejor para salvar su vida. Dedicó una atención especial a aquella paciente, y después de una gran lucha por la vida de la enferma, se ganó la batalla.

Solidaridad - Reflexiones

La paciencia es una virtud que sobresale cuando hay paz. 
Cuando el mundo cambia y evoluciona hacia una dimensión de Amor y Solidaridad, en la que tenemos Conciencia de lo que somos y de lo que El Creador quiere de nosotros, debemos acudir a la paciencia, pues necesitamos que la Paz en el planeta sea real y efectiva.
Jesús, Maestro de nuestro camino, nos dijo "Yo Soy el que Soy", y en cada uno de nosotros hay una chispa divina que debemos atender y hacer crecer más y más para beneficio de todos. Debemos comunicarnos y aunar esfuerzos por la Paz, decir no a la violencia, a no hablar mal de nuestro prójimo, pues nuestro hermano es nuestra alegría y su pena nuestra tristeza. 
La Solidaridad es necesaria en momentos en los que la abundancia da un cambio y muchos de nuestros congéneres pasan por verdaderos momentos de miseria, pobreza y pena. Muchos son despojados de sus casas, de sus bienes y de su vida tranquila y digna... sean por las causas que sean y que la mayoría conocemos. Podemos comprender que es injusto lo que están viviendo, pues mientras unos pocos se benefician, otros muchos deben entregar lo poco que tienen. Seamos solidarios con ellos, ayudemos a que comprendan las causas y las consecuencias que éstas provocan; la ambición en algunos casos, y en otros el relajarse ante lo que pudiera venir, ha llevado a muchos, pobres de ellos, a esta situación.