sábado, 2 de agosto de 2014

No te duermas entre tus cuatro paredes

Poco tiempo hace de que se realizara una campaña en las calles, cuyo objetivo principal era que las personas pudieran conocer una iglesia que se estaba levantando y en la cual podrían escuchar la palabra de Dios. Agradable fue ver a tantos y tantos adolescentes y jóvenes nuevos que ese día recibieron al Señor. Es en momentos como este, cuando nos damos cuenta que nos perdemos, caso de no presenciarlo, lo más importante: ¡No estar donde Dios quiere que estemos!
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Mateo 9:36-37
Jesús salió a las calles a predicar la palabra de Dios, y al ver a tanta gente necesitada tuvo compasión de ella, porque no tenían a nadie que los guiara. Él menciona que hay mucho trabajo pero que lamentablemente, los obreros son pocos.
Referente a esto, vi en una ocasión, un gráfico en el que unas personas fuera de una iglesia mostraban letreros que decían: “¡Cristianos afuera! ¡Cristianos afuera!” Incomprensible para mí al principio, no lo entendí bien hasta que finalmente leí la parte final que decía “Se necesita que los cristianos no estén encerrados entre cuatro paredes, nosotros quisiéramos escucharlos”.
Hay una frase muy popular que dice: “ojos que no ven, corazón que no siente”. Si nosotros como iglesia, permanecemos encerrados en nuestras cuatro paredes, siguiendo sólo nuestra propia agenda, rutina, actividades, etc., continuaremos siendo insensibles a las necesidades de los de afuera; de he ahí la necesidad urgente de salir. Es necesario primero ver, para luego sentir. Jesús veía, y en su corazón nacía compasión por los demás.

¿Pastores o Manipuladores?

Muchos líderes empezaron bien ya que al principio pastoreaban a la gente, pero con el paso del tiempo se convirtieron en manipuladores.
Vivimos en tiempos en los que muchas personas creen que están siendo pastoreadas, cuando en realidad están siendo manipuladas por personas que se dicen llamar “pastores”. Pastores que controlan la voluntad de la gente, que se meten en sus vidas personales e incluso creen que son posesión de ellos. Manipulan a sus seguidores hasta el punto que les hacen creer que son lo último de la tierra, que carecen del más mínimo valor, que sin ellos no podrán salir adelante, que si se apartan de esa iglesia todo les saldrá mal.
A causa de ello muchos viven atados a miedos y temores de tal modo, que sienten que tienen que hacerle saber a su pastor cualquier decisión o actividad que hayan realizado, y así canjean la libertad en Cristo por la esclavitud impuesta por un hombre. ¿Estás pastoreado o manipulado? ¿Te dejas pastorear o manipular?
… y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado. Isaías 56:11
Manipular no es más que persuadir a la gente con el propósito de apoderarse de algo que dicen, les pertenece. Ya sea apoderarse de su voluntad, posiciones y hasta de su propia vida. Por ejemplo, un “líder” con la costumbre de llorar delante de la iglesia cuando tiene adversidades, con el objetivo de que ellos sientan lastima por él y de esta manera, los manipula sacando beneficios personales.
Muchos usan sus predicaciones, oraciones, dones y talentos para manipular a la gente, convenciéndolos de que deben ser pastoreados, guiados y encaminados al Propósito Eterno con Temor de Dios. Cuando un Pastor no entiende la posición que tiene y la tarea que le corresponde desarrollar, se enreda en seguir su propio camino, en sacar provecho de las personas y se convierte en manipulador. ¿Te están pastoreando o manipulando? Hay personas conscientes de que durante mucho tiempo han sido manipuladas, pero no toman la decisión de salirse de esa cobertura que los ata y los mantiene estancados, limitados, hasta presos. 

Mujeres con valor

"Lo esencial para el corazón es invisible para los ojos"

En una breve conversación, un hombre le pregunta a una mujer:
-¿Qué tipo de hombre estás buscando?
Ella se quedó un momento callada mientras lo miraba a los ojos y le preguntó:
-¿De verdad quieres saberlo?
-Él respondió, "sí".
-"Siendo mujer en esta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer por mí misma".
"Eso sí, yo pago todas mis facturas. Me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre. Así mismo, también estoy en posición de preguntar, ¿qué es lo que tú puedes aportar en mi vida?"
El hombre se la quedó mirando y claramente pensó que ella se estaba refiriendo al dinero.
Ella, sabiendo lo que él estaba pensando dijo:
-No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más.
Él cruzó los brazos y mirándola le pidió que le explicara...
-Yo necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida.
Y añadió: Yo busco a alguien que luche por superarse, a alguien con quien conversar y que me motive a ser cada vez mejor. No necesito a alguien mentalmente simple e inmaduro... quiero a alguien a quien admirar y que me admire a mí misma.
Yo estoy buscando a alguien que luche por la perfección espiritual, porque necesito a alguien con quien compartir mi fe en DIOS. Un hombre que me ame, pero que ame a Dios por encima de todo.
No necesito a un hombre que luche por la perfección financiera porque yo no busco riquezas. Busco a alguien que se esfuerce y trabaje hombro con hombro conmigo para sostener nuestro hogar, que no sea una carga más en espera de ser mantenido.
Yo necesito a alguien suficientemente sensible, para que me comprenda por lo que yo paso en la vida como mujer, pero lo suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer. Yo estoy buscando a alguien, al cual yo pueda respetar. Alguien que sea mi complemento en la vida.
Y para poder apoyar a ese hombre, debo respetarlo y que me respete por lo que valgo. No puedo ser sumisa con un patán.
Busco a alguien en quien pueda confiar, que me respete como su pareja y que sea su mejor amiga. No a un hombre infiel, con un alma tan pobre que me falte al respeto a mí y a él mismo entregándose a cualquiera, solo por un momento de placer banal y animal.
Busco a un hombre que pueda ser digno ejemplo para nuestros hijos y no una vergüenza para ellos.
Yo aspiro a atender a mi pareja, él solo tiene que merecérselo. Dios hizo al hombre y a la mujer en iguales condiciones para apoyarse mutuamente. No puedo ayudar a un hombre inútil, que no se pueda ayudar a sí mismo.
Busco a un hombre sensible y con buenos sentimientos, porque él conocerá mis sentimientos con sólo mirarme a los ojos. En definitiva, busco ternura.
Cuando terminó, ella lo miró a los ojos, y él, muy confundido y con muchos interrogantes, le dijo: 
-"Estas pidiendo mucho".
-"Yo valgo mucho".

Andar conforme a al corazón de Dios

Cuando escudriñamos, reflexionamos en la Palabra de Dios y leemos la historia de David, podemos sentir y ver la misericordia que Dios le tuvo al salmista. La misericordia de Dios nos brinda la certeza de decir que, tenemos esperanza en el Pacto con Su pueblo. El salmista reconoció que anduvo mal pero se humilló ante Dios y en sus Salmos, nos exhorta a bendecir al Señor en espíritu y en verdad. Si leemos Salmos 102 podemos notar la necesidad en la que se encontraba David diciendo: “Oh SEÑOR, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina hacia mí tu oído; el día en que te invoco, respóndeme pronto”. Salmo 102;1-2
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Muchas veces pensamos que el Señor no atiende a nuestras peticiones. El Señor atendió las peticiones de David, y si lo hizo con David, también lo puede hacer con nosotros.
Aun con todas sus faltas, errores y pecados, David aprendió del Señor. Él fue manso y humilde de corazón a tal punto, que Dios lo halló conforme a Su corazón. “He hallado a David, varón conforme a mi corazón” (Hechos 13:22). 
¿Qué cualidades tuvo David para llegar a ser calificado un hombre conforme al corazón de Dios?
Hay muchas respuestas pero, si leemos el principio de David y cómo fue escogido por Dios para heredar Sus bendiciones, podemos sentir que el Señor nuestro Dios tenía un plan y propósito con David, aun con todos sus errores.
La cualidad de David fue que él era un hombre humilde y se daba cuenta de cuándo estaba mal ante Dios. Si leemos la Palabra de Dios podemos ver que, David tenía una cualidad inmensa e innata para adorar a Dios. Y no solamente éso, en sus Salmos, podemos ver su rendición, su humillación y el deseo de parecerse cada día más a Dios. En verdad, cuando leemos los Salmos de David solo surgen sentimientos de paz, aliento, liberación, arrepentimiento y gritos de victoria. Los Salmos de David, inspirado éste por el Espíritu Santo de Dios, son también consuelo para el alma. ¿Cuántos de nosotros, hemos sido confortados por la Palabra de Dios y al leer los Salmos nos llenamos de paz y de regocijo?
El Salmo 103 es una respuesta al Salmo 102 en el que David, en momentos de angustia, clamó a Dios por una respuesta. Podemos notar que en el salmo 102 el alma de David se encontraba en desesperación, pero al leer el Salmo 103 podemos notar que Dios por Su misericordia, le brindó paz al salmista.

¿Qué es la Ciencia Cristiana?

Mary Baker Eddy.jpgLa Ciencia Cristiana comenzó su andadura con Mary Baker Eddy (1821-1910), precursora de nuevas ideas acerca de la espiritualidad y la salud. Inspirada por su propia experiencia de curación en 1866, Eddy pasó años con el estudio de la Biblia, la oración y la búsqueda de diversos métodos de sanidad. El resultado fue un sistema de curación al que ella denominó "Ciencia Cristiana" en 1879. Su libro "Ciencia y Salud" que tiene como clave las Escrituras, alumbró nuevos esquemas en el entendimiento de la conexión entre mente-cuerpo-espíritu. 
Ella prosiguió con la fundación de un colegio, una iglesia, una compañía de publicaciones y un respetable diario, “El Monitor de la Ciencia Cristiana.” Por su similitud a otros grupos, muchos creen que la Ciencia Cristiana es un cristianismo sin culto.

La Ciencia Cristiana enseña que Dios, Padre-Madre de todos, es totalmente bueno y totalmente espiritual, y que toda la creación de Dios, incluyendo la naturaleza de cada persona, es una perfecta semejanza espiritual de lo Divino. Puesto que la creación de Dios es buena, los males como la enfermedad, la muerte y el pecado, no pueden ser parte de la realidad fundamental, Dios en su creación. Más bien, estos males son el resultado de vivir apartados de Dios, son completamente ajenos a Él. 

La ufanamente llamada ciencia cristiana no postula, sino que enseña de manera doctrinaria, entre otras cosas, que la materia es irreal, ya que no fue creada por Dios. Mary Baker Eddy escribe la "declaración científica del ser", que dice: "No hay vida, ni verdad, ni inteligencia ni sustancia en la materia. El "Todo" es mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo. El Espíritu es Verdad inmortal; la materia es un error mortal. El Espíritu es lo real y eterno; la materia es lo irreal y temporal. El Espíritu es Dios, y el hombre es Su imagen y semejanza. Por lo tanto el hombre no es material; es espiritual."

La oración es la forma central de acercarse a Dios y de curar las enfermedades humanas. Difiere de la Biblia, la cual enseña que el hombre nace con la herencia del pecado desde la caída de Adán, y que el pecado nos separa de Dios. Sin la gracia salvadora de Dios a través de la muerte de Cristo en la cruz, nosotros jamás podríamos ser sanados de la máxima enfermedad – el pecado.