martes, 10 de junio de 2014

Te extraño


Te extraño con locura.
Te extraño, te extraño.
Extraño la que eras, extraño tu candidez,
tu inocencia, tu gratitud, tu sonrisa llena de amor, tu fidelidad a Dios
Extraño tu disposición a hacer lo bueno.
Extraño tus sacrificios dejando de lado tu yo.
Te extraño y no lo sabes, pero a veces, 
por las noches lloro porque no te tengo.
No lo sabes, pero de camino a la Universidad, 
lloro porque no soporto no verte reflejada en mí.
Te extraño y no te reconozco.
Extraño esa fiereza para defender tus convicciones.
Extraño el sabor a felicidad en tus labios.
Extraño la palabra Dios en tus conversaciones.
Extraño que me digas que todo estará bien porque Dios me sostiene.
Te extraño, y no te das cuenta que me muero 
porque no te decides a regresar.
Te extraño y le pido, ruego a Dios que te busque una y mil veces más, 
para que vuelvas y volvamos a ser el dúo que alababa a Dios.
Para que volvamos a escribir las cartas que hacían palpitar nuestros corazones.
¡Cuánto quisiera que esas palpitaciones, que eran de Dios, 
volvieran de una vez por todas.
Quiero esas lágrimas de gozo.
Extraño que mires al cielo y tus ojos brillen como el sol,
extraño que digas: GRACIAS SEÑOR porque simplemente, 
viste a un perrito haciendo una mueca.
No te conozco el día de hoy, por eso quiero que vuelvas,
Entiéndelo, TE NECESITO.
Dios quiere que vuelvas para que sea verdaderamente feliz.
¿Hasta cuándo estarás perdida, dejándome en la tristeza? ¿Qué sucede?
No digas que no puedes, no digas que estás perdida,
no envidies el brillo de felicidad de otras personas,
atrévete a tener tu propio brillo,
atrévete a decidirte, atrévete a cambiar,
atrévete a hacer lo que no hiciste:
Decir, NO
Ahora sentada, escribiéndote, te pido que vuelvas, una y otra vez,
para que este cuerpo tuyo ya no esté congelado en la tristeza,
y deje de escribir pidiendo tu regreso.
Entiéndelo, tú, sí tú,... no perteneces a ese lugar.
No perteneces a la rebeldía, ni mucho menos al pecado.
No perteneces al mundo, perteneces a Dios.
Y Éste grita dentro de ti pidiéndote que le mires,
que reconozcas tu necesidad de Él.
Te extraño, dite a ti mismo y bien fuerte


¡TE EXTRAÑO (su nombre), VUELVE YA!

Una mirada alegre…

…trae gozo al corazón, las buenas noticias contribuyen a la buena salud”, dice uno de los versículos de proverbios.
Trabajo en un Colegio en donde ocurren cientos de cosas a la vez. Se empieza a trabajar en algo y al minuto siguiente ya se debe estar enfrascado en otra tarea. Hay que trabajar rápido, hay que alcanzar a hacerlo todo. Y en medio de ese tren de alta velocidad que es, me tomo el momento de saludar y regalar un “buenos días” o una sonrisa. Muchas veces he creído que los demás o no me escuchan o no me ven, pero definitivamente no es así.

La “tía” que hace el aseo de mi oficina, pasó por allí esta mañana a retirar una cantidad enorme de papeles que había en el basurero. Cuando la vi entrar, la saludé como me es habitual, y una vez que vertió el contenido del recipiente, hizo una pausa y me miró diciéndome: “tía, me encanta cuando está usted porque me alegra el día”. Después de esa declaración no me quedó más remedio que darle muchas gracias, quedando absolutamente sorprendida por su comentario. Traté de verificar mi rostro, para ver si tenía algo peculiar en él y no… estaba igual que siempre.

... Continuó la mañana y seguí en mi avalancha de actividades. En esto que, necesitaba un documento y fui hasta la secretaría, y como no estaba la persona a su cargo, me volví a la oficina. En el momento que llegué, pasó por fuera de la puerta quien yo buscaba y sin necesidad de llamarla, entró y me dijo “esta oficina es otra cosa, es como para venir a desestresarse”. Dos personas sin ponerse de acuerdo, me habían dicho lo mismo. Algo estaba pasando. Algo tenía que aprender. Algo tenía que repetir.

Mil problemas

Así como Salomón tuvo mil mujeres, también tuvo mil problemas. No es que las mujeres le causaran problemas (bueno…, algunas sí), es que Salomón permitió que le desenfocaran totalmente del propósito de Dios en su vida. Una vez que su cabeza estuvo completamente en otro lado, comenzó a ceder a los pedidos, reclamos y caprichos de ellas. El mujeriego Salomón terminó tan sometido a sus esposas y concubinas, que terminó espiritualmente perdido, haciendo lo que ellas querían.
En fin, la persona correcta (novia/o, esposa/o) te bendecirá, edificará y complementará todos los días de tu vida. Pero con la persona incorrecta, por más bello cuerpo que tenga y por más divertida que sea, sufrirás siempre y vivirás de problema en problema.
Devocional - MIL PROBLEMAS¿Quién es la persona correcta? Es aquella que tiene su corazón totalmente entregado a Dios. Aquella que buscará tu bien en todo lo que haga. Si ama a Dios te amará a ti. Si es fiel al Señor te será fiel a ti. Si tiene bien claras las cosas en Dios, las tendrá bien claras respecto a ti. 
Primeramente tienes que mirar lo más importante de ella: mira si su corazón vive en Dios. Mira su vida en el Señor ¡y después sí, mírale todo el resto!
Con la persona equivocada en tu vida, sufrirás siempre. No te metas en problemas como hizo Salomón.
En segundo lugar, no te enamores de personas que no tienen una relación personal con Jesús, que no le han entregado su vida a él. Seréis como el día y la noche, como el agua y el aceite. ¿Cómo orará por ti? ¿Cómo y en qué ideas te aconsejará? ¿Cómo te apoyará y respaldará en tu llamado, en tus proyectos espirituales y/o ministeriales? ¿Cómo reaccionará ante las decisiones espirituales que tomes? ¿Te entenderá? ¿Respetará tu compromiso con Dios? Las diferencias espirituales terminan separando completamente a las parejas. No sufras tontamente. Enamórate de la persona correcta.

Sigamos Soñando - Crecimiento personal-espiritual

Cuando todo pase, ¿cuál será el legado que dejarás a la siguiente generación?  ¿Habrás hecho algo realmente relevante en tu vida, que trascienda más allá de lo que tu mente finita pueda imaginar?
¿Qué ocurrió con todas esas metas y sueños que una vez tuvimos pero que, por diferentes motivos, véase inexperiencia, falta de motivación o de recursos, hemos optado por olvidarlos en plena pelea?
¡Vaya! si me pudiera definir en una sola palabra yo escogería: “soñador”. Es exactamente lo que he sido toda mi vida, y me he estrellado muchas veces con la cruda realidad del fracaso, aunque también he podido ver muchos de estos sueños cumplirse, incluso aquellos que yo pensé que eran imposibles.
Seguramente no todos tus sueños se cumplirán, o quizás muchos de ellos sí, pero nunca lo sabrás si no lo intentas…  Si nunca te arriesgas a cruzar el río, nunca sabrás lo que te espera en la otra orilla.