miércoles, 14 de mayo de 2014

Corazón Valeroso - Reflexiones

Este es el final de la historia de un querido amigo y miembro de la iglesia, que falleció después de una larga vida de amor y servicio.
En el funeral, sus hijos se levantaron, uno por uno, a contar historias referentes a su padre, y pronto pudo apreciarse una característica común: que su más singular y extraordinaria cualidad fue su voluntad para servir a otros, fuera cual fuera su necesidad.
Era uno de esos hombres siempre dispuestos a tender una mano, hacer un favor, algún trabajo en particular, o simplemente ofrecer un traslado a alguien. Una de sus hijas mencionó que, a dondequiera que se dirigiera, llevaba consigo una caja de herramientas y un par de vestimentas de mecánico en el maletero del coche, “por si acaso alguien necesitaba alguna reparación”.
Muchas veces, cuando escuchamos la palabra “coraje”, pensamos en actos heroicos en períodos de crisis. No obstante, en nuestra vida cotidiana, no debemos pasar por alto la valentía de simplemente... estar en ellos. Las vidas cambian cuando con fidelidad, proveemos para nuestras familias, cuidamos de los ancianos, o prestamos atención a un amigo en dificultad. Persistir en hacer de este mundo, un mejor lugar para vivir, es una expresión de coraje.

Confía


Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, 
pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño, 
pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.
Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía…
pero gané el cariño y el ejemplo de sus vidas.
Perdí momentos únicos en la vida porque lloraba en vez de sonreír... 
Pero descubrí que, es sembrando amor como se cosecha amor.
Yo perdí muchas veces y muchas cosas en mi vida, pero junto a ese "perder" hoy intento tener el valor de "ganar"...,
porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.
No importa en qué momento te cansaste. Lo que importa es que 
siempre es importante y necesario recomenzar...
Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas
en la vida y lo más importante... Creer en ti mismo.
¿Lloraste mucho? Fue limpieza del alma
¿Sentiste rencor? Fue para aprender
¿Estuviste solitario en algún momento? Fue porque cerraste la puerta.
¿Te sientes solo? Mira alrededor y encontrarás a mucha gente esperando tu sonrisa, para acercarse más a ti.
Hoy es un excelente día para comenzar a entender un nuevo concepto de la vida.
Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, 
porque la vida nos trae lo que anhelamos
Si pensamos en pequeño, lo pequeño vendrá. 
Si pensamos firmemente en lo mejor y luchamos para alcanzarlo, 
va a venir a nuestra vida.
Arroja lo malo a la basura, limpia tu corazón 
y haz que estés listo para una nueva vida, para un nuevo amor, 
porque somos la manifestación del amor
Confía en la vida, confía en ti
Y principalmente...  ¡Confía en DIOS!

 

Vive el gozo del Señor

El gozo del Señor es vuestra fortaleza. Nehemías 8:10
Hay cristianos que viven en una montaña rusa, un día se sienten por las nubes y otras por el suelo, no han aprendido a gozarse en Dios. No es que debamos ser insensibles ante el dolor, por el contrario, tenemos que ser sensibles para llorar ante las cosas que nos hieren, porque esto ayuda a estar saludables. Pero esconder el dolor, no exteriorizarlo, es un veneno que, no sólo enferma el alma sino también el cuerpo.
Nadie aspira a vivir en medio de esa frialdad llamada indiferencia, pero algo es cierto: “Ese mal comienza y termina en nuestro corazón.” De acuerdo, es cierto que, no somos responsables de una sociedad alejada de los verdaderos valores morales, pero sí somos culpables de nuestra indiferencia, y de nuestro alejamiento de la verdadera razón de la vida. Es necesario recordar que...
 ...¡Todo lo tenemos prestado!
 Te regalaron unos ojos que ven:
tú debes aprender a mirar.
Te regalaron unos oídos que oyen:
debes aprender a escuchar.
Te regalaron una lengua, que pronuncia palabras:
debes aprender a dialogar.
Te regalaron unas manos que tocan:
debes aprender a acariciar.
Te regalaron unos pies que caminan:
debes aprender a elegir un rumbo y un destino.
Te regalaron la vida:
Tú debes aprender a vivir.
 Todo te lo regalaron por un tiempo: ¡Debes aprender a aprovecharlo,
y muy bien!

Necesitamos fortalecernos en Cristo. Sólo en la unión con Él es posible caminar sobre las aguas de la adversidad, con la alegría que proporciona saber que Jesucristo es la Roca por los siglos de los siglos y nuestra fortaleza inamovible. Tenemos la obligación de crecer como personas y como cristianos.

El amor no falla

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios 13:4-8

Dios deja muy claro en su Palabra, la clase de amor que Él quiere que tengamos. Hay veces que nos hubiera gustado que no fuera tan claro, pero también está claro que no podemos expresar este tipo de amor, de forma consistente y sin Su ayuda. Él quiere que tengamos un amor que se demuestra en paciencia y bondad, un amor que no sea posesivo, un amor que no sea arrogante, grosero, exigente o egoísta; no quiere que tengamos un amor que venga con una lista de injusticias, o que nos convierta en irritables o malhumorados. Dios quiere que tengamos esa clase de amor que desea lo mejor para los demás y no lo peor, ese amor que nos pone feliz con el éxito de los demás y no con su fracaso, ese amor que nunca se da por vencido, y que perdura a través del tiempo y de las cosas buenas o malas que sucedan.

Dios no sólo quiere que usted tenga esa clase de amor por su familia, por su esposo o por su esposa, también quiere que su familia exhiba ese tipo de amor por usted. Quiere ese tipo de amor que sea, al mismo tiempo, capaz de dar y recibir.
¿Tiene usted en su corazón, esa clase de amor que no es egoísta o impaciente? ¿Tiene la clase de amor que puede soportar cualquier cosa, sin dudar ni perder la esperanza? Sólo el amor de Dios dentro de usted, puede lograr todo eso. Y la forma de acceder al flujo del amor de Dios es estando en su presencia, en oración, en alabanza y en adoración, invitando al Espíritu Santo a que le llene cada día con su poder y dejar que su amor le transforme.

Siendo "Rico" se hizo “Pobre”

En muchas oportunidades, he visto a personas escapar cuando ven a un mendigo, no sólo porque pide dinero, sino por la apariencia que presenta que, casi siempre, va acompañada de un olor nauseabundo, porque su ropa está manchada por las bebidas alcohólicas que ha estado consumiendo, o porque es probable que haya estado buscando alimentos en los basureros, por no poder acceder a una ducha, etc.
mendigo
Pero una vez, escuché la historia de un joven que hizo algo diferente. Se acercó a un mendigo y, para sorpresa de todos los que estaban cerca, no sólo se quitó el abrigo que tenía, sino que también se sacó los zapatos y la camisa, e intercambió sus prendas con la ropa que el mendigo llevaba puesta. Muchos se quedaron sorprendidos al verlo. Este joven hacía esto por amor y no por apariencia u obligación.
Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante su pobreza pudiera hacerlos ricos. 2 Corintios 8:9 (NTV)
Reflexionando acerca de este hecho, vi que son pocas las personas que realmente han entendido el amor de Dios por las almas. La palabra de Dios dice que, siendo rico se hizo pobre por amor. Podríamos decir que, se quitó la ropa real para ponerse en el lugar del necesitado, tal y como hizo este joven. En su desprendimiento, pudimos ver el reflejo del amor de Dios para nuestra vida.
Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos. 2 Corintios 12:15 (RV)
Otra persona que entendió este amor fue Pablo. Para él lo más importante era entregarse, desgastarse a sí mismo por Dios y los demás, sin importar cuánto costase, si le correspondían o no, sin condición, sin reservas, al igual que Jesús. No le importaba si ellos lo merecían o no, o si se habían metido en la inmundicia, como ese mendigo. Estaba dispuesto a empobrecerse por amor, para sacarles de ahí.