miércoles, 7 de mayo de 2014

Semilla de hace 2000 años - Reflexiones

JERUSALEN, 18-6-2005.
Científicos israelíes hicieron germinar una semilla de 2000 años de la palmera descrita en la Biblia. Los investigadores quieren averiguar qué es lo que era tan excepcional acerca de la palmera original de Judea, muy alabada en la Biblia y el Corán por su sombra, y más tarde destruida por las cruzadas, aparte de su alimento, belleza y cualidades medicinales.
A las ocho semanas, la persistente semilla se mantenía fuerte, a pesar de que la mayoría de los granos antiguos producían, y producen, plantas que mueren rápidamente.
La doctora Sarah Sallon, que dirige un proyecto sobre plantas medicinales del Oriente Medio, subraya que la palmera en la antigüedad, simbolizaba el árbol de la vida. Pero la doctora Elaine Solowey, que hizo germinar la semilla y la está haciendo crecer en cuarentena, dice que la mayoría de las semillas viejas mueren rápidamente, porque han utilizado la mayoría de sus nutrientes en permanecer vivas.
Hasta el momento de redactar esta noticia, la planta produjo siete hojas.
Fuente: NYT. Redacción: ACPress.net

¿Hijo de Dios o hijo de desobediencia?

Liberados de la esclavitud del pecado.


Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel
que hace pecado, esclavo es del pecado. 
Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. 
(Juan 8:34 -36)

Dios nos enseña en su palabra, que debemos abstenernos de los placeres mundanos y nos propone que le adoremos a Él, porque es el creador y dueño de todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. El mundo no entiende por qué los cristianos entregamos nuestras vidas a Jesús y renunciamos a muchos placeres de la carne; no logran comprender cómo podemos abstenernos de algunos hábitos, tan comunes de este mundo. Piensan que somos esclavos de un Dios, que de existir, se parecería más a un tirano castrador que a un padre amoroso y compasivo. ¿Tú crees que esto sea verdad? ¡Seguro que no.
¿Un hijo que obedece a sus padres es un esclavo? ¡No! Entonces... ¿por qué la mayoría de las personas piensan así?... sencillo... ¡son incrédulos! Sus duros corazones se niegan a aceptar la palabra de Dios, y por más esfuerzos mentales que hagan para lograr comprender, lo que para ellos es una extraña forma de actuar, no lo lograrán, porque esta es una forma espiritual, que no se razona con los sentidos, y menos ellos que están llenos de escepticismo. 

Pero nosotros disfrutamos con gozo en el espíritu, de esta libertad a la que Dios nos ha llamado, y sabemos que somos libres del pecado y nos alegramos por eso, libres del engaño, libres de la muerte y del infierno; fuimos liberados de nuestras cárceles mundanas por medio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador ¡Gloria a Dios!

"Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Romanos 8:15).

1 Juan 3:11-15 Que nos amemos unos a otros

Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna morando en sí. 
(1 Juan 3:11-15 RVG)

Este texto bíblico se conecta con el anterior mediante una conjunción demostrativa, que podría traducirse al español como "porque" (Οτι). En el versículo bíblico anterior, Juan presentaba manifestaciones de la verdadera vida cristiana; "En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo el que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios"; es decir, si se busca alguna característica de espiritualidad real en alguien que dice ser un discípulo de Jesús, dos cosas deberían hacerse patentes: la justicia y el amor.

Ahora Juan da la razón de esta afirmación. Va a presentar un fundamento de esta declaración. Si alguno se preguntara ¿Por qué el cristianismo debería demostrarse en justicia y amor?, ¿acaso no basta con asistir a los servicios religiosos, cumplir con las disciplinas espirituales, involucrase en el ministerio o sostener la obra? La respuesta de Juan sigue así:

"Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros".
¿Qué principio? ¿El principio de la vida cristiana, el principio de la creación? Sin duda, podríamos decir que en ambos casos se está en lo cierto. Es más, una cosa no puede plantearse sin la otra.

La nueva creación viene a ser una restauración de las cosas antiguas, en cierto sentido, pero en un grado superior. Tal vez el término más apropiado debería ser "renovación". El ser humano fue creado para amar y para ser amado; en el huerto, Dios declaró: No es bueno que el hombre esté solo (Génesis 2:18), dejando patente nuestra "idea original".

En las relaciones de amor, el hombre aprende a conocer a Dios y el corazón de Dios.  Cuando Pablo explica a los Efesios la naturaleza del matrimonio les dice:  

Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y la cuida, como también el Señor a la iglesia; porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne. Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.
(Efesios 5:28-33 RVG)

¿Qué conexión hay entre oración y ayuno?

Aunque la conexión entre oración y ayuno no está específicamente explicada en la Escritura, -tampoco es un mandamiento,- existe algo que conecta a las dos, que aparece en todos los ejemplos de oración y ayuno registrados para nosotros. En el Antiguo Testamento, aparece que el ayuno y la oración tienen que ver con un sentido de necesidad y dependencia, y/o de una total incapacidad ante calamidades presentes o anteriores. La oración y el ayuno aparecen combinados en el Antiguo Testamento, en tiempos de duelo, arrepentimiento, y/o profunda necesidad espiritual.

La oración y ayuno de Nehemías, como se describe en el primer capítulo de su libro, fue consecuencia de su profunda aflicción sobre las noticias de que Jerusalén había sido asolada. Sus muchos días de oración estuvieron caracterizados por lágrimas, ayuno, confesión por su pueblo, y ruegos a Dios por la misericordia, que él sabía que la gente no merecía. Tan intensa y sincera era la manifestación de sus angustias, que es casi inconcebible que pudiera “tomarse un descanso” en medio de tales oraciones, para comer y beber. La devastación que sufrió Jerusalén, también impulsó a Daniel a adoptar una postura similar: “Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.” (Daniel 9:3). Como Nehemías, Daniel ayunó y oró para que Dios tuviera misericordia de la gente, diciendo “hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.” (verso. 5).


En muchos casos, ayunar está ligado a la oración de súplica intercesora. David oró y ayunó por su hijo enfermo (2 Samuel 12:16), llorando ante el Señor en devota intercesión (versos 21-22). Ester urgió a Mardoqueo y a los judíos a ayunar por ella, mientras planeaba aparecer ante su esposo el rey (Ester 4:16). Claramente el ayuno y la petición están aquí como uno solo.

¿Sabes cómo agradar a Dios?

En la Biblia encontramos ejemplos de hombres y mujeres, que fueron obedientes y siguieron las instrucciones de Dios, tal y como Él les ordenó. Uno de ellos fue Noé, quien honró a Dios en todo momento y le complació con su manera de vivir.
Algunas de las características de Noé, a imitar para agradar a Dios, son las siguientes:
Amarle por encima de todo. Amó a Dios más que a nada en el mundo; cumplió fielmente su voluntad y disfrutó de una estrecha relación con Él.
thankful
Confiar en Él completamente. Noé confío en Dios, incluso cuando todo lo que le ordenaba parecía carecer de sentido. Pero por fe construyó el arca y su confianza fue un acto de adoración a Dios, quien se complace en los que le honran.
Obedecerle de todo corazón. No desobedeció ninguna instrucción, hizo todo lo que Dios le pidió, sin reservas ni titubeos.
¿Por qué a Dios le agrada tanto la obediencia? Porque es la demostración de que realmente le amamos. Jesús dijo: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos” Juan 14:15
Dios no espera que lleguemos a ser maduros espiritualmente para comenzar a amarnos. Nos ama de la misma manera en cada una de las etapas de nuestro crecimiento. Él sabe que no somos perfectos y que pecamos constantemente, pero esas no son razones suficientes para que deje de amarnos.
Alguien dijo: “Cuando vivimos a la luz de la eternidad, nuestro enfoque cambia. En lugar de plantearnos: “¿Cuánto placer me proporciona la vida?, deberíamos preguntarnos: “¿Cuánto placer le proporciono a Dios con mi vida?”.