domingo, 4 de mayo de 2014

Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales

Efesios 5:19a hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales…
Cuando los creyentes están siendo llenados con el Espíritu Santo, el Espíritu está en su pleno control y habrá unidad, orden, armonía y paz entre los creyentes. Pablo resalta, en los versículos 19 al 21, algunos resultados de la acción del Espíritu en la vida de los creyentes: hablando, cantando, alabando, dando gracias y sometiéndose unos a otros. Veamos una primera parte en el versículo 19.

Cuando los creyentes están dejando continuamente sus vidas al control del Espíritu, en vez de hablar cosas sucias y vergonzosas, sus conversaciones son diferentes. Las conversaciones de los santos son conversaciones edificantes, llenas del poder de Dios. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen… Efesios 5:3,4a.

Pablo dice que los creyentes guiados por el Espíritu Santo, estarán hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espiritualesEsta es una evidencia de creyentes que están siendo llenados continuamente por el Espíritu: están hablando con salmos, himnos y cánticos espirituales que hablan del Señor, que glorifican a Dios. Los que están llenos de bebidas alcohólicas (versículo 18), están llenos de este mundo, y por lo tanto, hablarán cosas mundanas; pero los cristianos tienen un lenguaje especial para hablar, están llenos del Espíritu de Dios.

El ojo del espíritu

¿Cómo se pueden comprender algunas cosas que se desarrollan o suceden en el mundo espiritual? Esto se logrará si se aprende a mirar con el "tercer ojo": el de la exploración del mundo espiritual.
En el tiempo actual, la ciencia marca su auge en la civilización moderna. Esto significa que, es una época en la que se mide hasta dónde puede llegar la razón del hombre.
La ciencia se desarrolla en base a la razón. En otras palabras, traído al contexto cristiano, la ciencia no es otra cosa que el desarrollo del alma del hombre.
No obstante, la fe no es una ciencia basada en la razón, no se descubre ni se desarrolla en base a la misma. Aun así, muchos cometen el error de considerar a la fe como un mecanismo del alma, de la razón y de la ciencia.

Algunos modernos teólogos, intentan explicar la fe desde el punto de vista de la ciencia. Erróneamente, llegan a la conclusión de que La Biblia es sólo un mito antiguo. Esto es un grave error. La Biblia, que relata episodios de encuentros entre el Dios eterno y el hombre temporal, no puede ser considerada como un mero objeto de análisis académico.
Obviamente, la razón adquiere un mayor conocimiento a través de los sentidos, es decir, comprendemos, perseguimos y sistematizamos los objetos a través de los sentidos: la vista, oído, olfato, gusto y tacto. Pero Dios habita en el mundo espiritual, que está por encima del mundo sensorial. De manera que resulta imposible conocer y percibir a Dios por medio del alma. Sólo es posible conocer a Dios a través del tercer ojo, es decir, el ojo espiritual. 
Entonces, ¿cómo podemos conocer a Dios?
Podemos conocer y creer en Dios por medio de nuestro espíritu. La vida cristiana se lleva a cabo en el espíritu, no en el alma. Nuestro espíritu no vive de la razón, sino de la inspiración divina, es decir, de la visión. Por eso la vida cristiana no está en un plano racional ni carnal, sino espiritual. El mundo espiritual absorbe al mundo racional, y éste ocupa apenas una porción muy pequeña en el mundo espiritual. La vida cristiana consiste en comprender y creer en la Palabra de Dios, mediante la revelación espiritual, para luego recibir la salvación, quebrantar la carne y administrar la vida mortal mediante el alma.

Podemos ver el mundo espiritual, cuando nacemos de nuevo en agua y en el Espíritu Santo. No es que nuestro espíritu, por sí mismo, pueda conocer el mundo espiritual. El hombre posee espíritu. Pero para llegar al conocimiento del mundo espiritual, tenemos que nacer de nuevo en agua y en el Espíritu Santo, tal como advirtió Jesús a Nicodemo.
El Espíritu Santo mora en nosotros, una vez que recibimos a Jesús y recibimos el perdón de nuestros pecados. Es entonces, cuando comenzamos a creer que La Biblia es La Palabra de Dios. No es que "comprendemos" La Biblia, sino que la "creemos". Y no queda, entonces, margen a la duda en cuanto a la Creación, la división del mar Rojo, el nacimiento virginal de Jesús, el milagro de los cinco panes y los dos pescados, y la resurrección de Jesús pasados los tres días de su muerte en la cruz. Toda aquella palabra que uno no podía comprender por medio de la razón y los sentidos, es revelada de tal forma, que uno comienza a creer como si lo viera y escuchara directamente.

De esto trata el mundo espiritual, del mundo de la fe. La fe pertenece al mundo espiritual. Por añadidura, no la vemos con nuestros ojos físicos, pero la tenemos, y ejerce una gran influencia en el plano espiritual.

¡Algún día!

“Tu tiempo es limitado, así que no lo desperdicies viviendo la vida de alguien más. No te dejes atrapar por el dogma, que es vivir según los resultados de los pensamientos de otras personas. No dejes que el ruido de las opiniones de otros ahogue tu voz interior. Y lo más importante: ten el coraje de seguir a tu corazón e intuición. De algún modo, ellos ya saben lo que realmente quieres ser, todo lo demás es secundario” (Steve Jobs. Co-fundador de Apple).
Si añadimos al pensamiento del señor Jobs la declaración sobrenatural que dijo Jesús: ¿Puedes confiar en Dios? Para el que confía en él, todo es posible (Marcos 9:23 TLA), entonces nada ni nadie podría impedirnos soñar, planificar, desarrollar y realizar lo que nuestro corazón anhela. Uno de los procesos más determinantes para ver resultados en nuestra vida, es escribir y registrar lo que deseamos alcanzar. Si no escribes tus planes y/o proyectos, Dios no tendría motivo alguno para bendecirlos y encargártelos.
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Qué dices? ¿Tengo que escribir o registrar lo que deseo realizar a corto, a medio y largo plazo? ¿Eso es bíblico? Afirmativamente lo es, y muy claro está registrado en las Sagradas Escrituras: Habacuc 2:2, Entonces el Señor me respondió: “Escribe la visión y grábala en tablas, para que corra el que la lea (NBLH). Otra referencia muy útil y que garantiza éxito la encontramos en Proverbios 16:3,“Pon en  manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”(NVI).

Atrapada

Esta historia versa sobre un hombre que, mientras trabajaba en los muros de su casa, encontró un espacio hueco entre las paredes de madera. Al derribar las paredes, se dio cuenta de que allí había una lagartija inmóvil, porque un clavo, desde fuera, había atravesado una de sus patitas y la había hecho permanecer fija en la pared.
Viendo esto, el hombre sintió piedad y curiosidad al mismo tiempo. Cuando estudió el claveteo, se dio cuenta que había sido clavado hacía mucho tiempo, lo que hizo que buscara explicaciones sobre cómo había sobrevivido en esa posición.
Helping Hands isolated on whiteMientras la observaba, sin saber de dónde, apareció otra lagartija con alimento en su boca.
El hombre quedó aturdido y emocionado al mismo tiempo. ¡Otra lagartija la había estado alimentando durante días, semanas o meses; durante todo el tiempo que había permanecido clavada en la pared!
La pequeña lagartija atrapada fue alimentada por otra, incansablemente, sin perder la esperanza en su compañera. ¡Esto era Amor!
Todos conocemos personas que, como la lagartija que quedó atrapada, están durante meses o años en una situación difícil. Podrían estar cautivos por deudas, vicios, problemas familiares u otras cosas más. No importa cuál sea la situación que están atravesando, que nuestro deber es estar a su lado, llevarles alimento, palabras de aliento, animarles a seguir y recordarles que Dios tiene grandes cosas para ellos a pesar de sus circunstancias.
Y no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios”. Hebreos 13:16

La verdad es que miento

“Libra mi alma, oh Señor, del labio mentiroso,
de la lengua engañosa”.
 (Salmo 120:2)
Años atrás cuando mis hijos eran aún pequeños, caí en la costumbre de recomendarles: “Si tal persona me busca o pregunta por mí, díganle que no estoy”. Y me ocurrió en una oportunidad, que un hijo mío abrió la puerta, para decirle a quien preguntaba por mí: “Buenos días señor, dice mi papá (ja, ja) que no está aquí”.
Anécdotas como éstas las recordamos en familia con una sonrisa en los labios, pero también con la vergüenza de reconocer que en aquel entonces, no fuimos muy íntegros que digamos.
Ahora bien,… que lance la primera piedra quien alguna vez, deliberada o inconscientemente, no mintió, para salir del apuro, para tapar errores, o para conseguir algo.
No olvidemos por ejemplo que  la infancia, ha sido una senda repleta de mentiras. Al comienzo eran  pequeñitas, para comernos a escondidas alguna golosina, para justificar un retraso, o la falta de cumplimiento de un deber en la escuela. Más tarde las mentiras fueron creciendo en importancia y tamaño, tanto que dejábamos de ser aficionados a la mentira, para alcanzar el título de profesionales del engaño, persiguiendo cada uno sus propios intereses: afecto, amor, fama, dinero, votos, prestigio, poder, etc. En suma, éramos el equivalente a aquellos charlatanes de feria, hábiles para vender sus pomadas “cúralo todo”.  Nuestra verdad era parte de la mentira. Hasta llegábamos a creerla.

Y además, la mentira no conoce tiempo, fronteras, situación social, economía, idioma, ni religión. Tanto es así que, en este último caso se hallan una serie de personajes, quienes se han atribuido ser enviados directos de Dios, y hasta dioses mismos, modernos mesías vestidos de túnica o de terno eclesiástico, de sandalias y corbata, transportados a pie o en avión, buscando clientes que crean en ellos y en sus doctrinas, que les sigan, admiren, adoren,  y veneren.