domingo, 30 de marzo de 2014

Ora más, preocúpate menos

iStock_000007482358SmallXSUn estudio sobre las cosas por las cuales la gente se preocupa más, reveló que el 40% de las personas se preocupan por cosas que nunca suceden. Otro 30% de las personas se preocupa sobre cosas que no se pueden cambiar. El 12% de las preocupaciones son sobre problemas de salud, totalmente injustificadas. Otro 10% son sobre cosas insignificantes, cosas como: ¿Apagué las luces? ¿Le di de comer al perro? Ahora bien, si estás haciendo el cálculo matemático, eso significa que no vale la pena emplear esfuerzo emocional en el 92% de las ocasiones. Entonces, ¿para qué preocuparse?
“La preocupación es el interés que pagamos hoy por los problemas que surgirán en el mañana”.
De manera, que la próxima vez que la preocupación toque a tu puerta, sería bueno que recordaras que a Dios nada le pilla de sorpresa, por lo que siempre puedes apoyarte en Él a través de la oración.
Pon todas tus cargas y preocupaciones en Él. Dios tiene cuidado de nosotros. Y Dios no está esperando que riegues tus preocupaciones, derivadas de tus desobediencias, para castigarte. Su profundo deseo es conectarse contigo y acompañarte a través de los altibajos de la vida.

Te convertirás en aquello en lo que piensas constantemente

Los pensamientos que guardas en tu mente, moldean la persona en la que te convertirás, influyen en tus decisiones a corto y largo plazo, y en tus determinaciones diarias. Es tan sencillo como inconcebible, que muchos de nosotros nunca nos percatemos de ello. Todo lo que entra en nuestra mente, a través de los sentidos, consciente o inconscientemente, queda grabado en ella para siempre.
Toda acción está precedida por un pensamiento, y todo pensamiento es el resultado de aquello que, entra y encuentra cabida en nuestra mente. Por lo que, si logramos controlar aquello que entra a nuestras mentes, ya sea a través de lo que leemos, lo que escuchamos a través de la radio, o lo que vemos en la televisión, podremos controlar nuestros pensamientos y, por ende, nuestras acciones.
piensa¿Por qué la mayoría de las personas no controla lo que entra en sus mentes? La respuesta tal vez radica, por lo menos en parte, en el hecho de no ser totalmente conscientes, del poder que nuestros pensamientos pueden ejercer sobre nuestras acciones. Un pensamiento no equivale a más de una décima de voltio, como medida de voltaje. Sin embargo, esta décima de voltio de electricidad ejerce una gran influencia en nuestras emociones y acciones.
Los pensamientos que albergamos en nuestra mente, no sólo afectan a nuestro estado de ánimo, a nuestras acciones y planes, sino que también provocan reacciones, a favor o en contra, de nuestro cuerpo. Así mismo, los pensamientos tienen la habilidad de provocar emociones y estados mentales específicos. Pensamientos positivos provocan emociones, sentimientos y acciones positivas. Pensamientos como: la alegría, el amor, la autoestima, un sentido de saber hacia dónde vamos,... traen como resultado entusiasmo, energía, dinamismo, paz interior.
Por otra parte, pensamientos negativos como el resentimiento, o el miedo,... producen resultados negativos, como la tensión, la ansiedad, la fatiga y otra serie de sentimientos y emociones que no nos permiten avanzar.
No se trata de bloquear la mente; no hay necesidad de que la bombardees con altas dosis de información negativa, para sentir que eres consciente de los problemas que aquejan al mundo. Y no es necesario que lo primero que hagas en cuanto te levantes, sea leer las noticias negativas que inundan la gran mayoría de los periódicos. Tampoco necesitas escuchar las noticias, que en su mayoría son negativas, para sentir que estás informado sobre la realidad del mundo.

Viviendo como herederos

Tu padre, Dios, te dejó una gran herencia y en ella iban incluidas grandes porciones de Fe, Confianza, Sanidad, Seguridad, Amor,...
Nos enfocaremos en esa gran porción de fe que te legó en herencia.
Dios nos dejó a cada uno de nosotros la capacidad de vivir y actuar con Fe en todo lo que hiciéramos, por lo tanto, ¿qué te detiene para ver cumplidos tus sueños?, ¿qué te detiene para reconocer que a tu lado va ese Dios que es tu Padre?
Él dejó muy claro en su palabra, que la Fe sin obras no es Fe. Por lo que no estaría de más que, empezases a actuar para demostrarle a tu Padre que crees en Él, que crees en todas esas promesas que puso en tu corazón. Él necesita que actúes para moverse de una manera sobrenatural en tu vida, que pongas a actuar tu Fe; no basta conque digas "Creo", es necesario que demuestres que le crees.

Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma.
Sin embargo, alguno dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras.” ¡Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras!  Santiago 2:17-18

La historia de Pepe

Pepe era el tipo de persona que te encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, él respondía: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.
Era un gerente único. Tenía varias camareras que le habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que las camareras seguían a Pepe no era porque fuera más o menos guapo, sino por su actitud. Era un motivador natural: si un empleado tenía un mal día, Pepe estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación.
Un día fui a buscar a Pepe y le pregunté: 
-No lo entiendo… no es posible ser una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo lo haces? Pepe respondió: 
-Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo: Pepe, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de malhumor. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo enseñarle el lado positivo de la vida.
-Sí claro, pero eso no es tan fácil.
-Si lo es, dijo Pepe. Todo en la vida consiste en elegir. Cada situación es una elección. Tú eliges cómo reaccionas a cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen o mal humor. En resumen: “TÚ ELIGES CÓMO VIVIR LA VIDA”.

Ancla segura

La comunión con el Señor, que está sentado en los lugares celestes, nos provee de una firmeza inimaginable.
Hebreos 6:19-20  La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Los que procuran refugiarse en el Señor pueden amarrarse a la confianza que inspiran sus promesas y a la entereza de su carácter. Él cumplirá indefectiblemente lo que se ha propuesto. 
Para ayudarnos a entender el efecto que puede tener esta postura sobre nuestras vidas, emplearemos una alegoría que aparece frecuentemente en las Escrituras: un ancla.
La capacidad de un barco para deslizarse se ve facilitada por el fenómeno de la flotación, especialmente en el agua. La flotación reduce al mínimo la resistencia que experimenta la embarcación. Por esto puede navegar en la dirección que quiera con facilidad, pues no se encuentra con el tipo de obstáculos que, normalmente, aparecerían sobre la tierra: árboles, rocas, ríos, montañas, acantilados y otras manifestaciones de la naturaleza que pueden entorpecer grandemente, el avance hacia un objetivo.