martes, 4 de marzo de 2014

El Orden De Dios Para El Matrimonio

¡Todas las cosas en la vida están diseñadas para funcionar bajo un orden especifico!
El orden es un factor fundamental para que funcionen todas las cosas en la vida; nada puede funcionar bien en un ambiente desordenado. Nuestro Dios es un Dios de orden y donde hay desorden ahí no está Dios. Cualquier institución humana que esté en desorden no funciona bien, y también es muy alta la posibilidad de que no se logre mantener en buen funcionamiento por mucho tiempo y se generen grandes pérdidas. El desorden atrae pobreza y destrucción. En cambio el orden es el fundamento de la prosperidad.
1 Corintios 11:7: El varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
Efesios 5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
Génesis 2:18 Después dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él.
En la actualidad muchos esposos dicen que el matrimonio es cosa de dos, que los dos ponen por igual y tienen igual autoridad en el hogar, pero esto no es exactamente cierto. Los tres versículos anteriores expresan con absoluta claridad, que el hombre es el llamado a ejercer el liderazgo en el hogar. Liderazgo, propiamente en este caso, no es machismo. Un líder es alguien que comprende que es la imagen y gloria de Dios en cualquier ámbito, y en este caso en el hogar, nunca lastimará a su esposa ni a sus hijos. Al contrario, les cuidará, les protegerá y les ayudará a desarrollarse. Ser el cabeza de familia, la cabeza visible de la mujer, no significa tener una licencia para lastimarla, sino al contrario, para valorarla y levantarla con el amor de Dios. El hombre es llamado a ejercer la imagen y la gloria de Dios en su hogar. O sea, es el llamado a dar amor incondicional, atención y servicio a su esposa y a sus hijos.
La mujer fue diseñada para ser la ayuda idónea de su esposo, para alcanzar la meta más importante de la vida: tener y disfrutar de una familia saludable que glorifique a Dios con su estilo de vida. Dios diseñó a la mujer para que fuera la encargada de crear vida en su vientre, mientras el hombre la cuida, la protege y la alimenta.

Para cada error, una nueva oportunidad

En repetidas ocasiones nos preguntamos por qué nos pasan ciertas cosas, situaciones que se nos presentan una y otra vez cuando ya creíamos que no volverían a suceder, cosas o momentos desagradables y tristes por las que pasamos más de una vez.

La conocida frase de “tropezar con la misma piedra” se hace presente, ya que nadie está exento de cometer errores. Todos somos seres humanos imperfectos y con una enorme facilidad para meternos en problemas, pero cuando pasamos por lo mismo varias veces, es porque algo estamos haciendo mal que nos lleva a la misma situación.

Quizá te preguntes ¿por qué estoy viviendo lo mismo?, ¿por qué volvió a sucederme? O quizá has llegado a preguntarle a Dios, por qué permitió que volvieras a pasar por lo mismo de hace tiempo, eso que te dolió. Pero ten presente que todo lo que sucede es a consecuencia de algo; a veces pensamos que “Dios me castigó” o “eso me tocó vivir”, pero no nos damos cuenta que todo es resultado de cosas que nosotros mismos hicimos mal. De cualquier forma, y muy por encima de esa consecuencia, la ayuda de Dios nunca se hace esperar, porque es tanto su amor que no nos reprocha cometer el error de nuevo, sino que nos ayuda a darnos cuenta en qué estamos fallando y nos da las fuerzas para salir del problema.

Un Toque del Cielo - Reflexiones

Había sido un día desalentador. Los médicos nos habían dado la peor de las noticias. A nuestra hija, que acababa de soportar su primera cirugía cerebral para remover un tumor y estaba siendo sometida a radioterapia, ahora se le daba oficialmente un dos por ciento escaso de probabilidades de sobrevivir, ya que este tipo de cáncer no tenía cura.
Mi esposa y yo decidimos llevar a nuestra hija a comer, antes de seguir con nuestras conversaciones de la tarde. Fuimos a un restaurante local donde nos sentamos en silencio esperando a la camarera. Nuestra hija Molly no podía entender tal tristeza y silencio, así que jugaba alegremente con papel y pinturas, mientras nosotros permanecíamos sentados mirando al suelo.
Y observé a una pareja muy anciana sentada a unos cuantos metros de distancia, también en silencio, sin hablar una palabra. No pude por menos que preguntarme qué desafíos afrontaban en sus vidas y qué sería si se hubieran enfrentado a una noticia tan terrible sobre uno de sus hijos.
Entonces pedimos nuestra comida y todavía sentados, en silencio comimos lo que pudimos. Quedé intrigado por la anciana pareja y les observé más intencionadamente a cada momento que pasaba. Observé, sin exteriorizarlo, que no se habían hablado el uno al otro todavía, y me pregunté si sería la paz que disfrutaban o la comida, o tal vez ambas cosas. Pero perdí interés y me enfoqué nuevamente sobre mi almuerzo.
Molly hablaba consigo misma y disfrutaba de su comida, y su madre y yo escuchábamos e intentábamos ser felices en su presencia, pero no nos estaba yendo muy bien. 
De repente vi una mano aparecer de la nada. Era enorme y se podía apreciar que había sido afligida por la artritis. Los nudillos estaban hinchados y los dedos torcidos y fuera de alineación. No pude quitar mis ojos de esa mano. La mano se desplazó y aterrizó sobre la manita de mi hija de seis años y, al hacerlo, miré hacia arriba; era la anciana que había estado sentada con el anciano, comiendo su almuerzo en silencio.
La miré a sus ojos y ella habló, pero no a mí. Miró a mi hija y simplemente susurró: “Si pudiera hacer más por ti lo haría”. Y entonces sonrió y se alejó para encontrarse con su esposo que se dirigía hacia la puerta.

Sigue insistiendo e intercediendo

Interceder significa rogar, pedir por otro para obtener una cosa. También consiste en abogar, intermediar, intervenir o mediar. Trata de hablar en favor de alguien para librarle de un problema o para procurarle un bien.
Young girl prayingLa definición del diccionario bíblico es ponerse en el lugar de otro. En otras palabras, quien intercede actúa como nexo entre una persona y Dios.
El capítulo 18 del libro de Génesis nos relata cómo Abraham intercedió ante Dios, para que Sodoma no fuera destruida. Entonces Dios le dijo a Abraham: -Ya son muchas las quejas que hay en contra de Sodoma y Gomorra. Ya es mucho lo que han pecado. Iré allá y veré con mis propios ojos si es verdad todo lo que me han dicho.
Abraham le respondió: -No me digas que vas a matar a los buenos junto con los malos. Supongamos que en la ciudad se encuentran cincuenta personas buenas. ¿No perdonarías, por esas cincuenta personas, a todos los que allí viven? ¡Tú eres el juez de toda la tierra! ¡Tú no puedes matar a los que hacen lo bueno junto con los que hacen lo malo! ¡Tú eres un Dios justo!
Y Dios le contestó: -Si encuentro en Sodoma cincuenta personas buenas, por ellas perdonaré a toda la ciudad.
Pero Abraham volvió a decir: -Dios mío, perdona mi atrevimiento de hablar contigo, pues ante ti no soy nada. Pero, ¿qué pasará si en toda la ciudad sólo hay cuarenta y cinco personas buenas? ¿Destruirás de todos modos la ciudad?
Dios respondió: -Si encuentro esas cuarenta y cinco personas, no la destruiré.
Una vez más, Abraham dijo: -¿Y si sólo encuentras cuarenta?
Dios le aseguró: -Por esos cuarenta, no destruiré la ciudad.
Pero Abraham insistió: -Dios mío, no te enojes conmigo si sigo hablando; pero, ¿qué pasará si no hay más que treinta personas buenas?
Y Dios le dijo: -Si encuentro esas treinta personas, no destruiré la ciudad.
Abraham volvió a insistir: -Dios mío, realmente soy muy atrevido, pero ¿si sólo se encuentran veinte?
Dios respondió: -Hasta por esos veinte, no destruiré la ciudad.
De nuevo dijo Abraham: -Yo te ruego, Dios mío, que no te enojes conmigo, pero sólo insistiré una vez más. ¿Y qué tal si sólo se encuentran diez?
Y Dios le aseguró: -Por esos diez, no destruiré la ciudad.
A los pocos días Abraham se levantó temprano una mañana y salió de prisa al lugar donde había estado hablando con Dios. Miró al otro lado de la llanura, hacia Sodoma y Gomorra y vio que subían columnas de humo como si hubiera una gran hoguera.
Fue así como Dios destruyó las ciudades del valle, pero se acordó de Abraham y salvó a Lot y a toda su familia, de esa terrible destrucción.