lunes, 24 de febrero de 2014

El Poder De Tu Palabra

Antes de Orar…PERDONA
Antes de Hablar…ESCUCHA
Antes de Escribir…PIENSA
Antes de Gastar…GANA
Antes de Criticar…ESPERA
Antes de Rendirte…PRUEBA DE NUEVO
Tus palabras, tus sueños y tus pensamientos tienen el poder de crear condiciones en tu vida.
Si sigues diciendo que no soportas tu trabajo, puedes perderlo.
Si sigues diciendo que no soportas tu cuerpo, tu cuerpo puede enfermar.
Si sigues diciendo que no aguantas tu coche, tu coche puede ser robado o estropearse.
Si sigues diciendo que estás en la ruina, posiblemente lo estarás.
Si sigues diciendo que no puedes confiar en hombres o mujeres, siempre encontrarás a alguien en tu vida que te herirá o te traicionará.
Si sigues diciendo que no encuentras trabajo, puede que sigas desempleado.
Si sigues diciendo que no puedes encontrar alguien a quien amar o crea en ti, tus pensamientos atraerán más experiencias confirmando tus creencias.

El Sacrificio de Uno

Cierta vez hubo un hombre que tenía un hijo al cual amaba demasiado.
Trabajaba como operador principal de un puente para el ferrocarril.
A su hijo le gustaba observar los trenes
y a las personas que viajaban en ellos,
personas que eran solitarias…
enojadas… egoístas… heridas… y adictas.
Un trágico error condujo a una terrible elección…
permitir que todos en el tren murieran
o halar la palanca…
y permitir que su hijo fuera aplastado por el puente.

La Salvación de Todos
requirió el sacrificio de Uno, el más querido.
El Sacrificio de Uno
que compró Esperanza para el Futuro…

Juan 3:16


Claves para lograr tus metas

¿Has escuchado la frase “El modo de comenzar es dejar de hablar y empezar a actuar”?; es una célebre frase de Walt Disney. Parece un consejo sencillo pero no lo es, porque la mayoría de las veces que soñamos con alcanzar una meta, o lograr un cambio en nuestras vidas, empezamos con mucha fuerza, pero si no vemos resultados inmediatos abandonamos la tarea. Dios quiere lo mejor para nosotros, ¿lo creemos así?
Al empezar a trabajar en las metas que nos trazamos, es crucial creer que Dios está de nuestro lado, e igual de importante es salir del circulo vicioso que muchas veces nos rodea. También debemos tener claro lo que queremos lograr, y asegurarnos de depender de Dios en todo el proceso.
Ahora bien, como plan de acción del primer paso para alcanzar nuestras metas, después de encomendarnos a Dios, es la determinación. La palabra de Dios dice “Determinarás una cosa y te será firme. Y sobre tus caminos resplandecerá luz” (Job.22:28). Podemos empezar entonces por objetivarnos con determinación, eliminar las excusas o justificaciones, e iniciar la carrera.
En segundo lugar, al trazarnos una meta debemos eliminar las palabras y pensamientos negativos que nos frenan. Pueden ser palabras o pensamientos de personas cercanas, o de nosotros mismos, incluso pueden venir de la cultura que nos rodea. Si nos criamos en un barrio de bajos recursos, tenemos el “apellido” equivocado o no tenemos la “pinta” correcta, es posible que los demás no esperen que logremos las metas.  Pero la palabra de Dios nos dice que Él no hace acepción de personas y que a todos ha dado dones y talentos, por lo tanto, de inicio eres ya más que un vencedor.

Saber o no saber

”Hay muchas metas que yo no puedo alcanzar, pero de ningún saber me asombro… desde que aprendí a ignorar ” (Martín Fierro).
Qué extraño parece al buen entendimiento, esto de “aprender a ignorar”. Si hay algo que se recomienda a quienes desean desarrollarse con alguna ventaja en la vida, es aprender muchas cosas. Para trabajar, para las relaciones humanas, para el desarrollo del carácter, hay que saber. A tal efecto, hay montañas de materiales para leer, para escuchar, para ver, pero hay tanta información rodeándonos día y noche, que es difícil saber qué tomar o qué dejar.
Dan ganas de huir de tanto conocimiento. Alejarse de tanto aparato que expela información incesantemente: móviles, internet, televisión..., o sea, perder el miedo a no estar conectado; apagar el mundo a nuestro alrededor y simplemente pensar en lo que ya se sabe. Porque es bastante posible que después de un día completo sin ningún artefacto encendido, no se va a perder nada realmente valioso. Digamos casi nada por si, justamente en ese “ayuno virtual”, entra una noticia de la cual sea importante enterarse. La mayor parte del saber que está disponible en esos momentos, no tiene un valor extraordinario, no es de una relevancia absoluta para la continuidad de la existencia, por lo que es posible seguir viviendo bastante decentemente sin conocerlo.