viernes, 14 de febrero de 2014

Un regalo inmerecido

¿Qué es el amor? Hemos hablado de esto una y otra vez de diferentes maneras. 
Christmas gift and baubles on defocused lights backgroundHoy quiero hablarte del amor más grande que jamás ha sido expresado, el mejor regalo que jamás haya sido dado, un regalo inmerecido. Quiero que podamos conocerlo como quizá antes no lo hicimos.
La mayor demostración de amor que jamás se ha dado, es dejar que tu hijo se exponga a hacer algo que sabe que sólo le traerá beneficios a otros. Es decir, el momento en el que la humanidad se convirtió en el lienzo de la reconstrucción, de la demostración de amor, de la gracia. El día en el que Dios decidió que Jesús viniera a la tierra.
Todos los años, como una fiesta más, festejamos la Navidad haciendo arbolitos, belenes, pesebres y haciéndonos regalos, conmemorando un día que fue impuesto por alguien en la historia, que es el 25 de diciembre.
Pero más allá del día y de la tradición, el verdadero significado está intacto, no importa los años que pasen.
Un ser que dio lo más preciado, un milagro que sucedió en el vientre de una mujer de fe, una línea de sangre que no tenía mancha alguna, y una tarde donde se cumplió la promesa.

¿Cómo supo la gente acerca de Dios antes de la Biblia?

Aunque en aquel entonces la gente no tuvo por escrito la Palabra de Dios, no estuvieron incapacitados para recibirle, entenderle y obedecerle. De hecho, hay muchas regiones del mundo en la actualidad donde las Biblias no están disponibles, y sin embargo la gente puede saber, y de hecho sabe, acerca de Dios. Lo importante, la clave, es la revelación; Dios revela al hombre lo que quiere que sepamos de Él. Aunque que no siempre hubo una Biblia, siempre ha habido medios para que el hombre recibiera y entendiera la revelación de Dios. 

Hay dos categorías de revelación, la general y la especial.
- La revelación general es lo que Dios comunica a toda la humanidad. El 
principal concepto de la misma es que Dios debe ser la causa o fuente de todo, es decir, puesto que las cosas existen, debe haber una causa para su existencia; por lo tanto, Dios también debe existir. Romanos 1:20 dice, “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Todos los hombres y mujeres de todas partes, pueden ver la creación y, en consecuencia, deben saber que Dios existe. El Salmo 19:1-4 y siguientes, explica que la creación habla claramente de Dios en un lenguaje que todos entienden. “No hay lenguaje ni palabras, ni es oída su voz.” (Verso 3). La revelación de la naturaleza es clara. Nadie puede disculparse a sí mismo por ignorancia, ...¡vaya!, es que como nadie me lo dijo... No hay coartada para el ateo, y no hay excusa para el agnóstico.


Un aspecto que sirve además como ejemplo de la revelación general, que Dios ha revelado a todos, está en nuestra conciencia “…porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.” (Romanos 1:19). La gente, por poseer una parte inmaterial, tiene conciencia de que Dios existe, aunque admitirlo sea muy difícil.
 

Este aspecto de la revelación general, está ilustrada por muchas historias de misioneros que se encontraron entre tribus nativas, quienes jamás habían visto una Biblia u oído de Jesús. Sin embargo, cuando se les presentaba el plan de salvación, ellos sabían que Dios existía porque sentían y veían la evidencia de Él en la naturaleza, y sabían que necesitaban un Salvador, porque sus conciencias les condenaban por su pecado y sentían necesidad de Él.

Tu Mayor Tesoro - Cristianos

Una vez un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena mientras pensaba:
“Si tuviera un coche sería feliz.”
“Si tuviera una casa grande sería feliz.”
” Si tuviera un buen trabajo, sería feliz”
” Si tuviera una pareja perfecta, sería feliz”...
...Cuando tropezó con una bolsita llena de piedras y empezó a tirarlas una a una al mar a la vez que decía: “Sería feliz si tuviera…”, y siguió...
...hasta que solamente quedaba una piedrecita en la bolsa, y la guardó. Al llegar a su casa se dio cuenta de que aquella piedrita era un diamante muy valioso. ¿Te imaginas cuántos diamantes arrojó al mar sin detenerse para apreciarlos?
¡Cuántos de nosotros pasamos tiempo arrojando nuestros preciosos tesoros, y estamos esperando lo que creemos perfecto o soñado, deseándolo sin darle valor a lo que sí tenemos cerca nuestro!
Mira a tu alrededor, y si te detienes y observas, te darás cuenta de lo afortunado que eres; muy cerca de ti está tu felicidad, y no le has dado la oportunidad de presentarse.
Observa bien la piedrita porque puede ser un diamante valioso. Cada uno de nuestros días es un diamante precioso, valioso e irremplazable. Depende de ti aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para nunca más poder recuperarlo.

Entrega tu Corazón

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“Pero si le entregas tu corazón y hacia él extiendes las manos, si te apartas del pecado que has cometido y en tu morada no das cabida al mal, entonces podrás llevar la frente en alto y mantenerte firme y libre de temor”.
(Job 11:13-15)
Nueva Versión Internacional
Entregar el corazón implica que estás dándole a Dios la parte más importante de tu vida. Significa que estás cediendo tus derechos voluntariamente, porque deseas que Él tome el control total de tu vida. Es dejar que te guíe y te dirija, aunque muchas veces no logres entender hacia qué dirección te va llevando.
Es permitir que predomine el amor aunque muchas veces tu carne quiera la venganza. Es renunciar al yo misno, para ser de Dios y poder entregarse en alma, cuerpo y corazón a los demás. Es reconocer que el único que puede pelear tu batalla o interceder por tu causa es Jesucristo. Y tener la confianza y certeza de que sus caminos siempre son perfectos y justos.
Cuando entregas tu corazón, la plenitud de Dios te alcanza de tal manera que Él comienza a operar cambios en tu vida, y a modificar actitudes y conductas equivocadas. Su Espíritu te aparta del pecado, lo que provoca que puedas llevar tu cabeza en alto y mantenerte firme ante las turbulencias, y libre de temor porque tienes la conciencia tranquila.

¿La fe en Dios y la ciencia son contradictorias? – Preguntas bíblicas

La ciencia es definida como “la observación, identificación, descripción, investigación experimental, y explicación teórica de un fenómeno.” La ciencia es un método que el ser humano usa para adquirir un mayor entendimiento del universo natural. Es la búsqueda del conocimiento a través de la observación y la conjetura. Los avances en la ciencia demuestran el alcance de la lógica y la imaginación humana. Sin embargo, la creencia de un cristiano en la ciencia nunca debe ser como nuestra creencia en Dios. Un cristiano puede tener fe en Dios y respeto por la ciencia, en tanto tiene presente quién es perfecto y quién no lo es.

Nuestra creencia en Dios es una creencia de fe. Tenemos fe en Su Hijo para salvación, fe en Su Palabra para instrucción y fe en Su Espíritu Santo para guía. Nuestra fe en Dios debe ser absoluta, puesto que cuando ponemos nuestra fe en Dios, dependemos de un Ser perfecto, omnipotente y omnisciente Creador. Nuestra creencia en la ciencia debe ser intelectual, y nada más. Podemos contar con la ciencia para hacer grandes cosas, pero también podemos contar con la ciencia para hacer grandes errores, porque no es perfecta.
 Si ponemos nuestra fe en la ciencia, dependemos de lo imperfecto, pecaminoso y limitado del hombre mortal. Ella través de la historia ha estado terriblemente equivocada en muchas cosas, como la forma de la Tierra, las vacunas, las transfusiones sanguíneas, y la reproducción. Pero Dios nunca se ha equivocado.