sábado, 8 de febrero de 2014

¿Cómo vivir en paz?

Si no puedes dormir por la noche o sientes que no tienes ni un momento en el que puedes disfrutar de calma, puede ser porque lo que estás buscando es tener paz interior.
Hay gente en el mundo que pasa su vida en sí mismos, aislados del mundo exterior para poder buscar su paz interior, y algunos viven así pero nunca la encuentran porque buscan en lugar equivocado.
Pero hay una clave simple y poderosa para que en el día de hoy, si tú eres uno de ellos, puedas conseguir tu paz.
StressJuan 14.27
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
¿Cómo harás para recibir esa paz? Recibiendo lo que Cristo tiene para ti. Primero, entendiendo que Él es el único que puede sacarte de ese lugar y traerte a un lugar de paz. No luches más, comienza a recibirlo. Él hizo el sacrificio más grande que alguien pudo hacer, y fue todo por ti. Si hubieras sido la única persona en el mundo, Él igual lo hubiera hecho.
Y aquí nos da la respuesta de cómo podemos hacer para recibir esa paz.
Mateo 11:28-30
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Si tu carga es grande, si estás cansado de luchar, si tu estrés está “tomando protagonismo” en tu vida, más que tú mismo, es momento de que deposites tu confianza en alguien más grande que tú.

Yo estoy contigo, la Gran Promesa de Dios

Si se quitara la frase yo estoy contigo” de la Biblia, no leeríamos ni la mitad de las grandes proezas de los hombres de Dios que allí se narran. Fijémonos detenidamente en los relatos en los que Dios comisiona a los suyos para cierta tarea, y nos daremos cuenta, que el Señor no suele dar muchos detalles de las misiones que asigna. No explicaba lo que debía ocurrir paso a paso, ni cómo actuar en cada ocasión. Él esperaba simplemente que, aquellos que trabajaban en sus asuntos confiasen en Su divina sabiduría y propósito. Esa era y es, la manera de Dios para que sea por fe y no por vista. Es cierto que no les decía mucho, pero tampoco les decía poco. Les decía lo suficiente, exactamente lo que necesitaban. Sobre todo, les aseguraba que Él estaría en cada tramo del camino. Era lo que realmente necesitaban oír para llegar a hacer lo que hicieron.
“Yo estoy contigo” fue la frase que convenció a Isaac de quedarse en Gerar y no bajar a Egipto a pesar de que el hambre azotaba la tierra (Génesis 26:3,24). Fue esta gran promesa la que le dio confianza a Jacob para no temer por su futuro y creer en que Dios haría todo cuanto le había dicho a sus antepasados (Génesis 28:15). En momentos de gran inseguridad nacional, Israel recibió de Dios esta sublime declaración, como prueba suficiente de que todo iría según la agenda del cielo (Isaías 41:10; 43:5). Jeremías fue confortado una y otra vez, con la promesa de la compañía segura de Dios en momentos de gran inestabilidad y peligro (Jeremías 1:19; 15:20). La reconstrucción del templo de Salomón parecía un ideal inalcanzable para una nación empobrecida por el cautiverio, hasta que Hageo se levantó con voz profética, para declarar de qué lado estaba Dios (Hageo 1:13). Jesús le prometió a sus seguidores que estaría con ellos hasta el fin del mundo (Mateo 28:20)“Yo estoy contigo” ha sido, sin dudas, la fuerza centrífuga que ha hecho que a lo largo de la historia tantas batallas se ganaran y que el evangelio llegara a todas las regiones del Orbe.

¿Quieres ser millonario?

Un hombre que fue millonario una vez, dijo que “todo el mundo quiere ser rico”. Decía que si diéramos a la gente la posibilidad de hallar una manera de hacerse ricos, la mayoría accedería. ¿Es tu caso? ¿Quisieras hacerte rico?
Casi parece una locura la pregunta, ya que todos trabajamos por dinero para poder brindarnos a nosotros mismos o a nuestras familias lo que necesitan, y “que no les falte de nada”.
moneyPero en medio de esta travesía muchos comienzan a perder la cabeza, y sus valores se ven alterados; poco a poco se van acercando a la oscuridad. Es lo que observo, porque nunca tuve una conversación personal con ninguno de estos personajes de Wall Street, por ejemplo.
En estos días se estrenó una película titulada, “El Lobo de Wall Street”. Un hombre que terminó su vida muy mal pero la empezó muy bien. Un hombre capaz, carismático, que conseguía lo que quería lograr. Esa determinación le llevó a los 12 años, a vender hielo en la playa y hacerse con el dinero suficiente para entrar en la universidad. Más adelante trabajó en una empresa de venta de carne a domicilio, y batió el récord de ventas de toda la historia de la empresa en una semana. Entonces decidió abrir su propia empresa, que tiempo después le llevó a la quiebra. Este fracaso le condujo al siguiente paso para cumplir sus sueños: Wall Street. Y allí es donde comienza la película, basada en su vida real.
Una vida llena de excesos, de fraudes, de engaños, mujeres ajenas, y dinero. Demasiado dinero, y falta de valores, de considerar al otro, de pensar en las consecuencias y en los que existen a nuestro al rededor. ”¿Qué necesidad hay de hacer 4 millones de dolares por mes ilegalmente, si podía hacer 800 mil dólares en la legalidad?” Esa fue una de las frases que me hicieron pensar. Un claro ejemplo, de personas que pudieran estar destinadas a hacer una diferencia positiva en el mundo y terminaron haciendo lo contrario.

Yo te busqué

Habitualmente escuchamos la frase: “Yo perdono, pero no olvido”. Esto nos lleva a preguntarnos si realmente se trata de perdón o simplemente es algo que se dice de "boca para fuera".
El perdón no es un sentimiento sino una decisión, por lo que esperar a sentirlo para perdonar puede ser una expectativa inútil. Se trata de tomar la decisión sabiendo que hay respaldo de Dios, y porque de verdad queremos agradarle.
papácvcMuchas veces la persona ofendida se siente con derecho a exigir una disculpa de parte del ofensor, llevándole hacia su propia actitud intransigente, hasta que la otra persona dé un paso que demuestre arrepentimiento. Pero durante este tiempo de espera, permanece en amargura y dolor por la herida que le ha causado.
Pero estamos llamados a ser pacificadores. Si Dios mismo, que es perfecto y el único capaz de juzgar el alejamiento del hombre por causa del pecado, no se puso en una posición intransigente, sino que Él mismo proveyó el camino de la reconciliación, cuánto más nosotros debemos imitar este ejemplo y procurar la paz.
La Biblia dice en 2 Corintios 5:19 “Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación.”(NTV). Dios buscó reconciliarnos con Él por medio de Jesucristo; a pesar que los seres humanos decidimos apartarnos de Él a causa de nuestros pecados, Él nos dio ejemplo de reconciliación.