Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1ra. a los Tesalonicenses 5.18
Recientemente ha finalizado una cruenta batalla, un serio proceso en el que estaba inmerso. Gracias a Dios que el mismo tuvo un final feliz, y Le di las gracias abundantemente por ello. Pero anteriormente no sólo oraba para eso, Le daba también las gracias porque del mismo proceso aprendía, y era así Su voluntad. Y además, tenía la completa certeza del buen fin que esperaba, la plena convicción de que todo iba a acabar bien. Tenía una completa fe en ello, y así fue.Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Por eso y por mucho más estaba plenamente confiado, porque Dios no abandona nunca a sus hijos, nunca lo hace con los que le aman, defienden y creen en Él.
Esta mañana leía Su Palabra y topé con el Salmo 18. Quiero que este salmo vaya dirigido fundamentalmente a todos aquellos que actualmente, están inmersos en batallas materiales o espirituales, en la confianza, en la seguridad de que, como hijos de Dios, pueden gozarse en el maravilloso descansar, en la plena confianza de que Dios está de su lado y siempre les protegerá.
¿Miedo? ¿Temor? Nada de nada. Dios es mi escudo, mi fortaleza, no temeré porque Él está conmigo.