miércoles, 15 de enero de 2014

La regla de oro en la Biblia

“…TODAS LAS COSAS QUE QUERÁIS QUE LOS HOMBRES HAGAN CON VOSOTROS, ASÍ TAMBIÉN HACED VOSOTROS CON ELLOS…” (Mateo 7:12)

La regla de oro en la Biblia

¿Cómo quieres que te traten? ¡Empieza hoy a tratar a los demás de la misma manera! Ponte en su lugar en vez de intentar ponerles en el tuyo. ¡Esa es la “regla de oro” para establecer relaciones de calidad! 

la-regla-de-oro-bibliaUna vez, uno de los almacenes más grandes del país tuvo un cartel en su vitrina que decía: “Lo único que diferencia a unas tiendas de otras es la forma en que tratan a sus clientes”.

Continuamente hay encuestas, en las cuales se demuestra que la mayoría de los clientes no se queja a la dirección o al encargado cuando algo está mal; en cambio, se lo cuentan a un promedio de, digamos,...entre diez y dieciséis amigos. Dos de cada tres clientes que reciben mala atención nunca volverán a comprar en ese sitio, y lo peor es que la dirección nunca sabrá por qué. La misma regla se aplica a las iglesias. 

Pero hay buenas noticias: el 95% de los clientes insatisfechos sí comprará allí nuevamente, si sus problemas se resolvieron rápida y amablemente. Aún mejor, cada uno de ellos contará a otras personas lo bien que fue atendido. El secreto está en que los jefes se tomen bastante tiempo para ofrecer una nueva estimación sobre el servicio que la gente recibe.

Los Planes de Dios

Dice la escritura en Hechos capítulo 27, que la nave (barco) en la que Pablo viajaba, ya navegaba con algunos problemas. En esa embarcación viajaba un hombre de Dios, Pablo, que continuamente estaba formulando advertencias, pero dice la Palabra que el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave que a lo que Pablo decía (Hechos 27:11)
Pero finalmente, soplando una brisa del sur, les pareció que tenían lo que querían y zarparon. Les duró poco. Pronto la embarcación se vio envuelta en una furiosa tempestad y quedó a la deriva para finalmente quedar encallada cerca de la playa, y las más de doscientas personas que la abordaban llegaron a tierra como pudieron.
En esta vibrante escena de la Biblia se distinguen algunos denominadores comunes con la actualidad. El centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave. Cumplía con su trabajo. Estaba muy bien lo que hacía, aunque los que gobernaban la nave tenían un criterio a todas luces discutible.
Pero los planes de Dios trascienden deseos y peticiones humanas. Nadie iba a morir ya que Pablo estaba allí y no debía morir todavía. Dios distribuye sus bendiciones de acuerdo a un plan superlativo, no a los antojadizos deseos de cada uno de nosotros. Si no hubiese estado Pablo, ni siquiera sabríamos de esa embarcación. Sería un número más de tantos naufragios anónimos ocurridos en todo el mundo.
Hoy pedimos a Dios muchas cosas. Unas cuantas no se cumplen, y está muy bien que sea así. ¡Vamos a ver! Si el médico pidiera mucho trabajo a Dios y Él se lo diera, significaría que habría mucha gente enferma. Eso no es bueno. Si el mecánico pidiera mucho trabajo a Dios y Él se lo diera, querría decir que hay mucha gente con su coche estropeado. Tampoco es bueno. Si el constructor pide a Dios mucho trabajo y Él se lo da, quiere decir una de dos cosas: que hay mucha gente próspera que puede acceder a su sueño y construir su propia casa, o que hubo una terrible catástrofe y hay que levantar toda una ciudad de nuevo. Depende desde qué punto de vista se mire.
Los planes de Dios, insistimos, son superlativos. Trascienden nuestro pequeño mundo. No hay secretos en esto: Para poder recibir grandes bendiciones hay que estar en el centro de la Voluntad de Dios. Y Pablo salió beneficiado porque lo estaba, cumpliendo con Sus Planes.

¿Cómo Mantenerle Interesado? - Crecimiento personal-espiritual

Carta De Un Padre a su pequeña hija.
“Querida Hija:
Recientemente, tu madre y yo estábamos buscando algo en Google. Al llegar a la mitad de escribir la pregunta, Google nos mostró una lista con las búsquedas más populares en el mundo. La búsqueda más popular en la lista era "¿Cómo mantenerle interesado?"
Me sorprendió. Revisé varios artículos de la incontable cantidad que aparecieron acerca de cómo ser sexy y sexual, cuándo llevarle una cerveza o un sándwich y las formas de hacerle sentir más inteligente y superior.
NuncaMe enfurecí.
Pequeña, esto no es, nunca ha sido y nunca será tu trabajo, "mantenerle interesado".
Pequeña, tu única tarea es saber, muy dentro de tu alma, en ese lugar inquebrantable que no se transforma por el rechazo, por la pérdida o el ego, que tú eres digna de interés. (Si puedes recordar que todos también son dignos de interés, estarás lista para ganar la batalla de tu vida. Pero esa es otra carta para otro día.)
Sí puedes estar segura de que vales en este sentido, que serás atractiva de la manera más importante del mundo: que atraerás a un chico que sea digno de tu interés y que también querrá pasar su vida invirtiendo todo su interés en ti.

El Hombre Del Salmo 8 - Jesucristo Revelado En El Salmo 8

El Hombre Del Salmo 8
El autor del Salmo 8 nos presenta el retrato del hombre tal como Dios le creó. Se basa en el relato del Génesis sobre la creación y es significativo el hecho de que en este Salmo no se menciona al pecado. El salmista nos presenta a un hombre deiforme, coronado de gloria y honor; es el señor de las demás criaturas de la tierra.
Del texto hebreo original podría traducirse: “Lo ha hecho un poco menor que Dios”. Es una alusión a la creación del hombre a imagen de Dios. La limitación estaría en que, el espíritu que fue creado a la imagen de Dios está sujeto a la carne, y limitado por la muerte. Aunque la distancia entre el Creador y la criatura es enorme, no medible, el ser humano está muy por encima de las demás criaturas.
Podríamos afirmar que la distancia que existe entre la materia y el humano, es mucho mayor que la que existe entre el humano y Dios. Por eso, el salmista nos lo presenta como el rey de la creación, y nos muestra una serie de criaturas sometidas a él. Comienza con los animales domésticos, los más cercanos, después pasa a las alturas, y a las profundidades, las aves del cielo y los peces del mar. Todo está sometido al señorío humano.
El ser humano es el representante de Dios sobre la tierra. Es señor, en tanto que representa al verdadero Señor; es su "mayordomo". Ejerce esa representación porque es la imagen de Dios, porque está más cerca de Dios que de la materia, aunque comparte la materia con las demás criaturas.
La Biblia señala, por un lado, la condición pecaminosa del ser humano, su debilidad, y por otro, nos sugiere que la imagen de Dios no ha sido aniquilada a pesar del pecado. La función de representante de Dios es efectiva, a medida que permanece en relación y sumisión ante Aquel que representa. Cuando el humano quiere usurpar el lugar de Dios, tentación sugerida por la imagen de la serpiente, desprecia su función de imagen de Dios para convertirse en caricatura de Dios. Este es el problema más grave del ser humano contemporáneo, que quiere ser Dios y no está dispuesto a humillarse aceptando el papel de representante subordinado.

¿Cuál es la edad de la tierra? ¿Cuántos años tiene la tierra? - Pregunta cristiana

El hecho de que, de acuerdo con la Biblia, Adán fue creado en el sexto día de la existencia de nuestro planeta, hace que podamos determinar con bases bíblicas la edad aproximada de la tierra, viendo los detalles cronológicos de la raza humana. 

Esto, por supuesto, asume que los datos de Génesis son precisos, que el sexto día de la creación descrito en Génesis, fue literalmente un período de 24 horas, y que no hubo intervalos cronológicos ambiguos.
Las genealogías descritas en los capítulos cinco y once de Génesis, nos dicen la edad en la cual Adán y cada uno de sus descendientes iniciaron la siguiente generación, en una ancestral línea sucesiva desde Adán hasta Abraham. Determinando donde encaja Abraham cronológicamente en la historia y añadiendo las edades mencionadas en los capítulos cinco y once de Génesis, aparentemente la Biblia enseña que la tierra tiene aproximadamente 6,000 años de edad, agregando o restando algunos pocos cientos de años.

¿Qué hay entonces, de la popular idea de que la tierra tiene 4.6 miles de millones de años aceptada por la mayoría de los científicos actuales y enseñada en la gran mayoría de las instituciones académicas? Esta edad es en primer lugar proveniente de dos datos técnicos: el método del carbono 14, que determina la edad de vestigios orgánicos (radiometría), y la escala del tiempo geológico.