sábado, 4 de enero de 2014

"¿Qué clase de resolución de Año Nuevo debería hacer un cristiano?" - Pregunta bíblica

La práctica de tomar decisiones de Año Nuevo se remonta a más de 3,000 años con los antiguos babilonios. Hay algo en el inicio del nuevo año que nos hace pensar en un nuevo comienzo, una nueva etapa, cuando en realidad no hay diferencia entre el 31 de diciembre y el 1º de enero. Nada místico ocurre a la media noche del 31 de diciembre. La Biblia no habla ni a favor ni en contra del concepto de la resolución de Año Nuevo. Sin embargo, si un cristiano desea hacer una resolución de Año Nuevo, ¿qué clase de resolución debería hacer?

Las decisiones 
más comunes de Año Nuevo son la determinación de dejar de fumar, dejar de beber, manejar el dinero más sabiamente y pasar más tiempo con la familia. Otra resolución normal de Año Nuevo es bajar de peso, juntamente con hacer más ejercicio y comer más sanamente. Todos estos son buenos objetivos. Sin embargo, 1 Timoteo 4:8 nos enseña a mantener el ejercicio físico en perspectiva. “Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y la venidera.” La gran mayoría de las resoluciones de Año Nuevo, incluso entre cristianos, tienen que ver con el aspecto físico. Esto no debería ser así.

Una restauración muy “especial”

“¡…SOPLA SOBRE ESTOS MUERTOS, Y VIVIRÁN!.. Y ENTRÓ ESPÍRITU EN ELLOS…” (Ezequiel 37:9b,10b)
soplo-biblia-manoCada vez que ves a alguien que está siendo usado grandemente por Dios, lo más probable es que a lo largo de su vida haya experimentado dolor y rechazo. Ezequiel oró: “¡…sopla sobre estos muertos, y vivirán!… y entró espíritu en ellos… (Ezequiel 37:9b,10b). Dios tiene una restauración “especial” para aquellos que han sido heridos, condenados y totalmente abandonados a su suerte.

(1) Después de ser expulsado de la ciudad, apedreado y dejado por muerto, Pablo habló de que fue llevado al tercer cielo, donde experimentó cosas demasiado maravillosas para explicar en la Tierra (ver 2 Corintios 12:2-4). De hecho, la experiencia fue tan profunda, que no sabía decir si le había pasado en el cuerpo o fuera del cuerpo.

(2) Cuando Juan fue exiliado a una colonia penal en la isla de Patmos, encadenaron su cuerpo, pero no pudieron encarcelar su espíritu. Abandonado y desterrado, escribió estas palabras: “Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta…” (Apocalipsis 1:10). Como resultado de esto, escribió el libro de Apocalipsis.

David dijo: “…en el día del mal… levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean… cantaré y entonaré alabanzas al Señor” (Salmo 27:5b,6). 

Así es como se gloría en la tribulación, y al mirar hacia atrás se es capaz de decir: “Gracias por la experiencia. Sin ella nunca hubiera llegado a conocer a Dios como le conozco hoy”. De hecho, ¡una vez que empieces a ver las cosas de esta forma, puede que hasta tengas la tentación de llamar por teléfono a tus enemigos, para darles las gracias por cómo te trataron!

Artículos Para Líderes - Servicio

Para progresar, pon a los demás primero.
Cuando piensas en servidumbre, ¿la imaginas como una actividad realizada por personas relativamente poco capacitadas, en lo más bajo de las capas sociales? Si es así, tienes una impresión equivocada.
El concepto de servidumbre no se refiere a posiciones ni a habilidades. Tiene que ver con actitud. Es probable que hayas conocido a personas en posiciones de servicio con actitudes muy pobres hacia el concepto de servir: el trabajador rudo de una agencia de servicio del gobierno; el camarero al cual no le puedes molestar pidiéndole tu comida, o el empleado de la tienda que habla por teléfono con un amigo, en lugar de atenderte.
Tal como te sientes cuando un trabajador no quiere ayudar a la gente, puedes detectar también cuando un líder tiene un corazón de siervo, y la verdad es que los mejores líderes desean servir a otros, no a ellos mismos.

El Mejor de los Padres - Reflexiones

Susan, una niña de doce años, odiaba el hecho de tener que compartir su cuarto con su hermana de siete. Soñaba con ser hija única, así tendría un cuarto para ella sola. Al parecer el padre parecía tener la misma idea. Él iba a la escuela nocturna y también añoraba tener un cuarto donde pudiera estudiar en silencio, lejos del ruido de la familia. Decidió construir este cuarto para él.
Durante los meses de verano echó los cimientos, martilló, serró e instaló los cables y las ventanas. A pesar de que el trabajo se demoró durante los meses del otoño, la calefacción se instaló finalmente, se acomodó la alfombra y la biblioteca se armó por completo.
El último día antes de las vacaciones de Navidad, Susan llegó de la escuela y se encontró con que el cuarto que compartía con su hermana estaba cambiado por completo. Enojada con su hermana por haber cambiado sus cosas en la habitación, la persiguió corriendo por el pasillo hasta llegar a la nueva extensión de la casa.
Al llegar ahí, sus padres le dieron la bienvenida con un grito: ¡Sorpresa!.
Para asombro de Susan, se encontró con que todas sus posesiones habían sido trasladadas, su ropa estaba colgada en el armario y sus libros ubicados en la biblioteca.

No calles lo que Dios te ha dado

Hechos 18:9
“Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles”

¿Cuándo fue la última vez que le hablaste a alguien de Cristo?
El evangelio dice id y predicad las buenas nuevas de salvación, pero realmente ¿cuántos de nosotros estamos cumpliendo la gran comisión?
Nos pasamos la vida cristiana esperando que Dios nos ministre, esperando que Dios conteste nuestras más anheladas peticiones, que haga grandes cosas en nuestra vida, familia, trabajo y Ministerio, pero ¿cuántos de nosotros estamos trabajando para expandir el Reino de los Cielos?

A veces, por estar muy acostumbrados a una rutina o a una religiosidad, olvidamos que uno de nuestros objetivos aquí en la Tierra es Predicar el Evangelio, hablar a las personas de Cristo, contarles lo que Él ha hecho en nuestra vida y lo mucho que puede hacer en las vidas de los que le reconocen como fuente de vida.
Tenemos tantas personas por alcanzar, que seria ridículo decir que todas las personas que conocemos ya son cristianas. Hay tanta gente que necesita de Cristo, que necesita escuchar unas palabras de aliento,... y nosotros perdemos el tiempo en situaciones nada provechosas.