domingo, 30 de noviembre de 2014

Una despedida

2a TIMOTEO 4:6 “Yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano”.
Después de que le diagnosticaran un cáncer terminal, Randy Pausch, de 47 años, regresó a la Universidad para dar su último discurso a colegas, alumnos y amigos. El profesor de informática pensó que asistiría un grupo reducido de personas; sin embargo, el auditorio estaba repleto. Durante una hora Randy les abrió su corazón, y acabó con una despedida humorística, profunda y conmovedora, más centrada en la vida que en la muerte.
despedidaA las pocas semanas, millones de personas habían visto por Internet el vídeo de la conferencia, que luego se convirtió en un best-seller. Por lo general, quienes se enfrentan a la muerte tienen una perspectiva inusualmente clara de lo que de verdad importa en la vida.
La despedida final del apóstol Pablo ha inspirado a innumerables seguidores de Cristo a través de los siglos. Escribió: El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Su consejo a Timoteo se extrapola en el tiempo para desafiarnos también a nosotros. La carta comienza y termina con la gracia de DIOS, mientras que su contenido es una celebración por la incesante fidelidad del Señor. 
Para aquellos que pasan por el valle de sombra de muerte, oigan esta palabra: El llanto durará algunas oscuras y terribles noches, pero en medio de esa oscuridad pronto oirán el susurro del Padre: “Yo estoy contigo. En este momento no puedo decirte por qué, pero un día todo tendrá sentido. Verás que todo era parte de Mi plan. No fue un accidente; no ha sido un fracaso por tu parte. Agárrate firmemente de Mi mano, y deja que Te abrace en esta hora de dolor”.

El Más Fuerte


Un día día la piedra dijo: “¡Soy el más fuerte!”
Oyendo eso, el hierro dijo: “¡Soy más fuerte que tú!, ¿Quieres verlo?”
Entonces, los dos lucharon hasta que la piedra se convirtió en polvo…

El hierro, dijo a su vez:
“¡Yo soy fuerte!”
oyendo eso, el fuego dijo:
“¡Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?”
Entonces los dos lucharon hasta que el hierro se derritió.

El fuego, dijo a su vez:
“¡Yo soy fuerte!”
oyendo eso, el agua dijo:
“¡Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?”
Entonces, los dos lucharon hasta que el fuego se apagó.

El agua, dijo, a su vez:
“¡Yo soy fuerte!”
oyendo eso, la nube dijo:
“¡Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?”
Entonces, los dos lucharon hasta que la nube vio evaporarse el agua.

La nube, dijo, a su vez:
“¡Yo soy fuerte!”
oyendo eso, el viento dijo:
“¡Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?”
Entonces los dos lucharon hasta que el viento sopló la nube y esta se esfumó.

El viento, dijo, a su vez:
“¡Yo soy fuerte!”
oyendo eso, los montes dijeron:
“¡Somos más fuertes que tú!, ¿quieres verlo?”
Entonces, lucharon hasta que el viento quedó preso entre el círculo de montes.

Los montes, a su vez, dijeron:
“¡Somos fuertes!”
oyendo eso, el hombre dijo:
“¡Yo soy más fuerte que ustedes! ¿Quieren verlo?”
Entonces, el hombre, dotado de gran inteligencia, perforó los montes, impidiendo que atajasen al viento.

Acabando con el poder de los montes, el hombre dijo:
“¡Yo soy la criatura más fuerte que existe!”
hasta que vino la muerte, y el hombre que se creía inteligente y lo suficientemente fuerte, con apenas un golpe, quedó fulminado.

La muerte todavía lo festejaba, cuando, sin que lo esperase, vino un hombre y, en apenas tres días después de muerto, resucitó, venciendo a la muerte y todo poder le fue dado en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra.
Venciendo a la muerte, Él nos dio el derecho a la Vida Eterna a través de su sangre, que libera del pecado, cura las enfermedades y salva el alma del tormento eterno.
Ese hombre es JESÚS, el Hijo de Dios.
“Yo soy la resurrección y la vida. Aquel que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, jamás morirá.” (Juan 11:25-26)

Predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad

Filipenses 1: 15-18 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.

Así como hay algunos que predican por envidia y contienda, hay predicadores que lo hacen por amor y de buena voluntad, que saben quién es su Señor y a Él sirven. En medio de todo esto Pablo se siente gozoso porque, de todas las maneras, Cristo es anunciado.

Los que predican de buena voluntad lo hacen con un propósito lleno de gracia y con buena disposición. Son siervos que actúan con gozo, que hacen las cosas con buena intención, motivados por el amor de Dios en sus vidas.

Precisamente, como dice Pablo, que los tales anuncian a Cristo, como yo, por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. Estos predicadores proclamaban el evangelio por amor, conocían que Pablo era un siervo sincero que había sido puesto por el mismo Señor para la predicación de su Palabra. El Señor había llamado y establecido a Pablo para presentar defensa de su evangelio, en medio de una sociedad corrupta que rechazaba a Dios.

Con todo esto, Pablo está tranquilo porque de todas las formas, por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado. Si los que predicaban por envidia y contienda pensaban causarle aflicción a Pablo porque estaba en la cárcel, se equivocaron, porque otros predicaban por amor y lo hacían de buena voluntad. "Cristo es dado a conocer a los demás y en esto me gozo, y me gozaré aún".

La carga de la Vergüenza - Reflexiones

Pedro no podía negar su negación. La tumba vacía no borró el canto del gallo. Cristo había regresado, pero Pedro se preguntaba, o debió haberse preguntado: Después de lo que hice, ¿volvería Él por alguien como yo?
Nosotros nos hemos preguntado lo mismo muchas veces. ¿Fue Pedro la única persona que hizo lo que prometió que no haría jamás?
¡Basta de infidelidades!  De ahora en adelante voy a poner freno a mi lengua. No más tratos oscuros. He aprendido la lección.
¡Qué volumen el de nuestra jactancia! ¡Qué quebranto el de nuestra vergüenza! En vez de resistir el coqueteo, lo correspondemos. En vez de desoír el chisme, lo difundimos. En vez de apegarnos a la verdad, la escondemos.
El gallo canta, y la convicción de pecado nos taladra,... y Pedro halla un compañero en las sombras. Lloramos como Pedro lloró, y hacemos lo que Pedro hizo. Nos vamos a pescar. Volvemos a nuestra vida antigua. Volvemos a nuestras prácticas de antes de conocer a Jesús. Hacemos lo que viene de forma natural, en vez de hacer lo que viene de forma espiritual. Y dudamos que Jesús tenga un lugar para tipos como nosotros. 
Pero unos días después de su resurrección, Jesús Invitó a Pedro a tomar un desayuno. Jesús lo preparó.

Dios ve lo que no vemos

¿QUIÉN ES MATEO?
Era hijo de Alfeo y su otro nombre era Leví (Marcos 2:14, Lucas 5:27). Pero en el barrio también lo conocían como “el publicano”, por su oficio de cobrador de impuestos.
En esa época, ser publicano era sinónimo de “estafador” y “ladrón”, porque el publicano era el encargado de cobrar los impuestos (tributos) del pueblo. Y la gente no los quería porque les robaban cobrándoles de más.
Los publicanos tenían una pésima imagen y una peor fama: eran explotadores, extorsionadores, corruptos y ladrones. Y por lo tanto eran los más repudiados y odiados, al extremo que fueron echados de las sinagogas (las iglesias judías) por sus propios hermanos judíos. Era tal el desprecio que sentían por ellos que los comparaban con los pecadores y las prostitutas. Así era Mateo, un publicano. Y no lo querían en el barrio.
JESÚS VE LO QUE NOSOTROS NO VEMOS
¿Qué hace Mateo (Leví) cuando Jesús lo llama? (verso 9).
Mateo escucha y obedece la voz de Jesús. Deja todo y lo sigue. Decide renunciar a su vida de estafador, ladrón y pecador, para convertirse en un discípulo de Jesús. Pero no en un discípulo mediocre, en uno más del montón, (un poquito con Dios, un poquito con el diablo; un poquito en la iglesia, un poquito en el mundo), ¡no!, sino en el discípulo a quien el Espíritu Santo escogería para ser el escritor del primer evangelio.

Nadie daba nada por Leví, era muy mal visto por todos, y si no hubiera sido por Jesús, jamás hubiera llegado a nada. Pero al que todos despreciaban, Jesús lo amó. Y al que todos rechazaban, Jesús lo aceptó. Y lo mismo hace con nosotros.

sábado, 29 de noviembre de 2014

La paciencia

Cuando usted se acerca a un ascensor y ve que el botón de subida está encendido, ¿lo presiona? O cuando está en un supermercado, detenido en una fila que no se mueve, ¿cómo reacciona? Nuestra paciencia, o la falta de ella, se ve en muchos aspectos de nuestra vida.
La esperanza que viene de la paciencia, no es un atributo natural con la que se nazca. Tampoco es una habilidad que podemos desarrollar por nosotros mismos. Solo se adquiere con la ayuda del Espíritu Santo.
La naturaleza de la paciencia nos permite decir: Estoy dispuesto a dejar de lado la gratificación inmediata para esperar que Dios se encargue de mi necesidad. Entonces somos capaces de experimentar una tranquilidad interior que solamente puede venir de Él. Esto no significa que dejaremos de sentir presión o estrés; a veces, la necesidad de esforzarnos insistentemente para lograr nuestros objetivos puede parecer abrumadora, pero el Señor puede calmar nuestro corazón.
Es importante comprender que la paciencia no puede desarrollarse sola, sin otros atributos de la vida cristiana. Al pensar en la vida de David y su fidelidad, podemos ver que esto es cierto. Mientras esperaba ser nombrado rey por designio divino, tuvo varias oportunidades para matar a Saúl, quien gobernaba en ese momento la nación. Pero, al negarse a sacar ventaja de la situación, David mostró, además, su discernimiento, sabiduría, el amor y la fe en el tiempo de Dios (1 Samuel 24.10, 11; 26.10, 11).
La paciencia es una de las nueve cualidades mencionadas como fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5.22, 23). Así que, para dar evidencias de esta importante virtud, debemos rendir nuestras vidas a Él.

El poder de la alabanza

Dios pone una herramienta poderosa en tus manos que te libra de tu angustia, tristeza o depresión. Sólo tienes que decidir usarla. Pablo y Silas pasaron momentos difíciles, ambos fueron azotados y luego echados dentro de una cárcel oscura y sucia. ¿Qué harías tú en semejante situación?... Lo que hicieron estos dos prisioneros fue sorprendente: comenzaron a cantar himnos a Dios (Hechos 16), y tuvieron su propia reunión de alabanza y adoración. ¡Increíble!
Nosotros fuimos creados para adorar y alabar a Dios. Sin embargo, como suele hacer nuestro Padre, esta práctica también produce beneficios para aquellos que la ejercen. Lo que comenzó como un sencillo ejercicio de fe y esperanza, terminó siendo la herramienta que Dios usó para dar libertad a Pablo y Silas; y no solo a ellos, sino a todos los prisioneros que se encontraban en aquel terrible lugar. Hechos 16 nos dice que después de haber cantado, llegó un gran terremoto, y todas las puertas y cadenas de aquel lugar de ataduras fueron abiertas y rotas. La alabanza se convirtió en la bomba nuclear que Dios usó para traer libertad y salvación a muchas vidas.
Hay dos clases de alabanza. Una de ellas se produce después de la liberación o la obra de Dios en nuestro favor. Los salmos están llenos de ejemplos de esta clase de alabanza. Algunos como: "Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza" (51:15); "Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día" (35:28); y, "A Jehová cantaré en mi vida, a mi Dios cantaré salmos mientras viva" (104:33).
La otra clase de alabanza es la de la obediencia y fe, como la mencionada en 1 Tesalonicenses 5:18 cuando dice: "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús". Dios quiere que cualquiera que sea nuestra circunstancia, levantemos nuestras voces en alabanza y agradecimiento a Él. Esta era la alabanza que practicaban Pablo y Silas, y es la alabanza que produce milagros. Otro ejemplo del poder que tiene esta clase de alabanza, se encuentra en 2 Crónicas 20, cuando Dios dio una gran victoria al pueblo de Israel sobre los moabitas y amonitas, después de haber comenzado a alabar en el momento de enfrentarse a unos enemigos terribles y poderosos. Humanamente, Israel no podía luchar contra este tipo de pueblos guerreros, pero cuando Dios le dijo: "Alaben", Israel obedeció y vio la mano de Dios levantarse a su favor, y sus enemigos fueron totalmente derrotados, sin levantar ni siquiera una espada. ¡Ese es el poder de la alabanza de obediencia y fe!

Tengo todo lo que necesito

Por naturaleza el ser humano nunca está completamente satisfecho de su situación. Siempre queremos más, porque somos seres activos, cambiantes, y por eso soñamos y creamos ideas de lo que queremos lograr. Tenemos el anhelo de crecer y avanzar, lo cual es, de por sí, positivo cuando disfrutamos y agradecemos a Dios por lo que tenemos en la actualidad. Pero desgraciadamente, estamos tan inmersos en el mundo del “si tan solo tuviera”, que todo parece ser insuficiente.
De niña quería ser adulta; en el colegio quería ser como las alumnas de último curso; en mi adolescencia me quejaba por ser muy delgada, de universitaria  ya quería acabarla para trabajar en mi profesión; ya de profesional quería un mejor trabajo, y cuando que lo tuve, en la oficina no veía la hora de estar en casa; en casa estaba pensando en los trabajos pendientes; cuando compré mi primer coche ya estaba pensando en el siguiente; de novia quería casarme; lo hice, tuve mi casa pero quería una más grande; también de casada quería ser madre; embarazada ya quería tener a mi bebé, y así una serie de vivencias hasta que llegué a la edad adulta y entonces,... quería ser joven y delgada de nuevo.
Si te familiarizas con lo que acabas de leer, es importante que consideres que el contentamiento viene de adentro, no de satisfacer las necesidades externas; así que considera los siguientes puntos para enfocarte en lo que tienes y no en lo que te hace falta.
1) Cambia tu actitud.
Mejor es una mentalidad de gratitud que de exigencias; en vez de estar descontenta porque aún no puedes comprar el coche que quieres, (o que pudieras pensar que mereces), da gracias por tu vehículo actual; o disconforme por estar pensando en tener un mejor sueldo, puedes estar agradecida porque tienes trabajo. Nunca es suficiente el dinero.

El rey y sus dientes

En un país muy lejano al oriente del gran desierto, vivía un viejo sultán, dueño de una inmensa fortuna. Una noche soñó que había perdido todos los dientes. Inmediatamente después de despertar, mandó llamar a uno de los sabios de su corte para pedirle urgentemente que interpretase su sueño.
 -  ¡Qué desgracia, mi señor!, exclamó el sabio. Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde, ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Éste, después de escuchar al Sultán, con atención, le dijo:

- ¡Qué suerte, gran Señor! El sueño significa que vuestra merced tendrá una larga vida y sobrevivirá a todos sus parientes.
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del palacio, uno de los consejeros reales le dijo admirado:
-¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños del Sultán es la misma que la del primer sabio. No entiendo por qué al primero le castigó con cien azotes, mientras que a ti con cien monedas de oro.
- Recuerda bien amigo mío, respondió el segundo sabio, que todo depende de cómo se dicen las cosas. No olvides, mi querido amigo, continuó el sabio, que puedes comunicar una misma verdad de dos formas: la pesimista, que solo recalcará la parte desagradable de esa verdad; o la optimista, que sabrá encontrarle siempre la forma agradable a la misma verdad. 

Reflexiones sobre mi vida

Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
1 Corintios 13:12 
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 
2 Corintios 5:10
Al llegar al ocaso de mi vida, puedo mirar hacia atrás con serenidad. Muy agradecido, reconozco que mi vida ha estado llena de los cuidados de Dios. Ya no tengo temores ni dudas, pues Dios me reconcilió con Él al permitir que creyese en el Señor Jesús, y por ello mi conciencia está tranquila. 
La paciencia de Dios, su bondad, su acción en mi favor, pequeña y pobre criatura como soy, fueron para mi bien. ¡Con qué delicadeza me sostuvo y me sacó de mis errores! ¡Con qué vigilancia hizo que me alejara de peligros conocidos y desconocidos! ¡Con qué amor me instruyó, dirigió y formó! Todos los cuidados de su gracia y su misericordia se despliegan ante mis ojos. Ahora los veo imperfectamente, pero un día, en el cielo, los veré reconociendo lo bien que Dios me conocía.

viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Qué dice la Biblia acerca de vida inteligente en otros planetas?

La pregunta sobre ovnis y vida inteligente en otros planetas se ha hecho muy popular. Muchos científicos de moda especulan sobre las posibilidades, insistiendo en que no podemos estar solos en el universo. Vida extraterrestre es el tema de exitosos programas de televisión y películas, y es también una creencia muy común en las religiones de la Nueva Era. Y mucha gente se pregunta qué dice la Biblia al respecto. Al respecto, y no procurando un tratado de teología extenso, intentaremos responder a esta cuestión lo más fácilmente posible.
Las Escrituras no responden directamente a la pregunta sobre seres extraterrestres. La Biblia no niega ni confirma explícitamente, la existencia de vida inteligente en otros planetas. Pero aunque el tema no se trata explícitamente, la Biblia sí enseña que las únicas cosas que Dios creó con inteligencia o no son los ángeles, el hombre y los animales.
Es importante tener presente que las estrellas y planetas no fueron creados millones de años antes que la Tierra. De acuerdo a la Biblia, la tierra no es el resultado de miles de millones de años de evolución estelar durante los que se crearon muchos otros planetas. La tierra fue creada antes de que existiera cualquier otro planeta o estrella. La Tierra vino a existir el primer día de la creación (Génesis 1:1). Dios no creó el Sol, la Luna y las Estrellas hasta el cuarto día (Génesis 1:14-19). La Tierra es única y tiene el papel principal en la Creación de Dios.
Aún más, la Biblia indica claramente, que el destino del universo (cada planeta y estrella) está por siempre ligado a la tabla del tiempo de Dios para la humanidad y la Tierra. Un día, Cristo volverá a la Tierra y completará el acto final de la redención del hombre (2 Pedro 3:9-10). Él destruirá este universo y creará cielos nuevos y tierra nueva (2 Pedro 3:7, 10; Apocalipsis 21:1). Todas las estrellas y planetas serán destruidos junto con la Tierra.
¿Qué relación tiene esto con la pregunta sobre vida extraterrestre? La tabla del tiempo de Dios (la razón completa) para esta destrucción y la recreación posterior, parecen claramente, estar basadas en los planes de Dios para nosotros los terrestres. Si Dios creó vida inteligente en otros mundos, es difícil imaginar que sus vidas estuvieran calibradas por las faltas de los habitantes de la Tierra. Parece sumamente improbable e injusto a la vez, que sus distantes planetas fueran destruidos por Dios, al no obedecer lo establecido en Su plan para la Tierra. La Escritura se implica, aunque no está ilustrado en ella, en que no hay otras criaturas más o menos inteligentes fuera del hombre, los animales y los ángeles.
¿Por qué destruiría Dios los planetas y las estrellas junto con la Tierra? Cuando Adán pecó, toda la creación fue afectada, el universo entero. Romanos 8:18-22 enseña que toda "la creación fue sujetada a vanidad". Aunque todos tenemos familiaridad con el hecho de que Dios hizo al hombre el amo de la Tierra (Génesis 1:28), la Escritura nos dice que aun los cielos se sujetan a la humanidad. "Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste,… Le hiciste (al hombre) señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies" (Salmos 8:3,6). "No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos." (Deuteronomio 4:19).
La experiencia práctica dice que nada en el universo está en su más perfecto estado, el originalmente creado. La Tierra no es más el paraíso descrito en Génesis. Las estrellas se están muriendo. La luna y los planetas han sido golpeados. Parece que todo en el universo eventualmente se vendrá abajo.

Razones para tener esperanza

EFESIOS 2:12 “Recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin DIOS en el mundo.”
La esperanza es lo que nos mantiene vivos a todos. La gente que pierde la esperanza en algo, por lo general se convierte en enemigo de la sociedad o en una carga para ella.
Seguro que has notado esto entre las personas de tu centro de estudios o de tu trabajo. La gente que no tiene ni sombra de esperanza hace daño, se aparta, se vuelve alocada, su conducta es imprudente en busca de una emoción temporal, tiene actos de desesperación... Las religiones del mundo tratan de satisfacer esta sed de esperanza y ofrecen algo que intenta darle sentido al aparente caos de la vida. Trágica y desesperadamente, muchas personas se aferran a una falsa esperanza.
esperarenDiosEl apóstol Pablo enseñó que nuestra única esperanza verdadera se centra en conocer a Dios, tal como se ha revelado a través de su Hijo Jesucristo. En su carta a los efesios, en el capítulo 2, Pablo dijo que antes de que ellos pusieran su confianza en Cristo, estaban "sin esperanza y sin DIOS en el mundo"; sin embargo, al conocer a Cristo tenemos todas las razones del mundo para tener esperanza.
Hemos recibido vida espiritual y hemos sido liberados de las garras de la muerte del que gobierna las tinieblas; tenemos al Espíritu Santo morando en nosotros, el cual nos capacita para vivir para DIOS; tenemos la seguridad de que nada nos puede separar del amor de DIOS; tenemos un Padre que escucha y contesta nuestras oraciones, y nuestro servicio para Cristo será espléndidamente recompensado.

Un Nuevo Planeta - Reflexiones

Un nuevo planeta con características similares a la Tierra, fue descubierto por un grupo de astrónomos mediante una red de telescopios repartidos por todo el mundo, informó el Observatorio Europeo Austral (ESO).
El nuevo planeta fue bautizado como OGLE-2005-BLG- 390Lb, y orbita alrededor de una estrella roja de cinco veces menos masa que el Sol y localizada a una distancia de unos 20.000 años luz, no muy lejos del centro de la Vía Láctea.
La similitud del novedoso descubrimiento con la Tierra está fundamentalmente, en el tamaño y la composición del mismo planeta, según dijo el astrónomo del ESO, el francés Stéphane Brillant.
“En términos de masa es más semejante a la Tierra que cualquier otro planeta descubierto. Y por dentro es de formación rocosa que también lo hace muy parecido. No es igual a la Tierra, pero estamos más cerca que antes de ésta”, señaló.
“La búsqueda de una segunda Tierra es la fuerza conductora de nuestra investigación, y este descubrimiento constituye un gran salto hacia delante, considerando que es el planeta más parecido a la Tierra que conozcamos hasta ahora”, agregó otro de los miembros del equipo de investigación, el alemán Daniel Kubas.
El OGLE se encuentra a una distancia de su estrella, tres veces mayor que la distancia de la Tierra con el Sol, y tarda 10 años en efectuar su movimiento de traslación.

¿Vivirán esos huesos?

“Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes” Ezequiel 37:3
Si leemos el pasaje que se encuentra en Ezequiel 37:1–10, vemos que Ezequiel fue llamado a ser profeta entre el pueblo de Dios, cuando todas las cosas habían fracasado (su llamamiento está en los capítulos 2 y 3). La condición del pueblo de Jerusalén era de pecado extremo (capítulo 8).
En el templo se cometían toda clase de idolatrías: adoración secreta a los animales, culto a Tamuz (ídolo babilónico al que se le rendía culto en medio de orgías desenfrenadas, toda clase de excesos inmorales) y adoración al sol. El capítulo 22 relata en detalle los pecados de Jerusalén.
Por tanto, el mensaje de Dios a través de Ezequiel, tenía que ver con la Resurrección:
  • El exilio significaría la muerte de todo lo que habían sido, incluyendo su orgullo. Dios resucitaría un pueblo nuevo (Ezequiel 36:26 – 28)
El Señor le da la visión del valle de los huesos secos:
1º Le hizo caminar entre ellos.
2º Los huesos estaban dispersos y secos en gran manera.
3º Le pregunta: ¿vivirán estos huesos?

4º Responde: “Tú lo sabes”.
5º Le ordena que profetice a los huesos.
6º Los huesos comienzan a reunirse; crecen tendones, carne y piel en ellos, todo en un valle de cadáveres.
7º Ezequiel ordena al Espíritu que sople sobre los muertos y volvieron a la vida.
8º A partir del verso 11 al 14 encontramos la explicación de la visión.
El mensaje en aquel entonces y hoy en día es: ¡Reconoce los huesos secos!
  • Podemos estar espiritualmente muertos aunque existamos físicamente. 
  • Cuando nuestra fe se reduce a ritos y fingimiento, nuestros huesos se secan
  • Comenzamos a secarnos y a morir cuando algunas cosas estorban nuestra relación con Dios, en especial el orgullo.
Pero podemos hacer que lo seco en nosotros cobre vida, solo reconociendo los huesos secos y profetizando la vida de Jesucristo en nosotros. No olvidemos que Dios es un Dios de oportunidades y que Él se complace en perdonar y ser misericordioso.

¿VIVIRÁN ESOS HUESOS? ¡SÍ, SEÑOR, VIVIRÁN!


En tu Palabra

“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.”
Lucas 5:4-7
En este texto de la Palabra vemos unos discípulos cansados de “procurar” hacer su trabajo, pero todo fue en vano. Toda la noche estuvieron tratando de pescar algo sin éxito. En muchas ocasiones esto nos sucede a nosotros también, ponemos mucho esfuerzo para cambiar a nuestras parejas, que nos están dando dolores de cabeza, o quizás deseamos que nuestros hijos nos hagan caso, pues después de haberlos criado en el Señor, vemos que su camino no es el correcto. Muchas aflicciones nos agolpan, hemos empleado un sinfín de estrategias pero nuestro hogar se nos sigue cayendo encima. Hemos pedido consejos, hemos pedido en la oración, pero vemos que todo sigue marchando de mal en peor; a pesar de todo nuestras redes siguen vacías. 
Todo lo que hemos construido con tanto esmero y trabajo, el enemigo nos lo está robando poco a poco. Llegamos a la iglesia sin aliento, solo Dios (y nosotros) sabe el por qué de nuestra aflicción y por ella sentimos que el mundo se viene abajo. Si esta es tu condición, ¡hay noticias para ti!

jueves, 27 de noviembre de 2014

Sin Dios

Todos los días escuchamos y vemos noticias que nos estremecen y asombran; nadie puede negar que estamos viviendo los últimos tiempos, la maldad se está multiplicando y el amor se está enfriando; todo lo que está escrito en la Biblia se está cumpliendo.
¿Por qué un ser humano puede lastimar y matar a una mujer, a un niño o a un anciano indefenso con tanta crueldad? La única respuesta que encontramos, es porque esa persona no tiene a Dios en su vida y no lo teme. Olvidó el principal mandamiento que Jesús nos dejó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Lucas 10:27 (RVR 1960)
Solo Cristo es la solución, nadie más que Él puede llenar el vacío que uno tiene en su vida y curar las heridas de su corazón. En la mayoría de los casos son hombres y mujeres que no recibieron amor ni atención en sus hogares, que fueron maltratados, rechazados y abandonados por sus seres queridos, motivos por los cuales se refugiaron en el alcohol y las drogas, y en su situación, cometieron actos ilícitos.
Dejemos de ser indiferentes al dolor ajeno y clamemos a Dios por todos aquellos que jamás escucharon acerca de Jesús, que no conocen cómo fue su vida, los milagros que realizó, ni el gran sacrificio que hizo en la cruz del calvario por amor a cada uno de nosotros. Es tiempo de interceder también, por los que escucharon alguna vez de Él pero no decidieron seguirlo, y por aquellos que sí lo recibieron como su Salvador pero que, por alguna razón, se alejaron de su camino.

Ver más allá - Reflexiones

Se cuenta la historia de una familia pobre que tenía la facultad de tomar todas las cosas por su lado positivo, y una mujer rica se interesó por ayudarles. 
Un día, la visitó un vecino de la familia pobre y le dijo a la señora que no les ayudara porque la estaban engañando. 

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Los niños de esa familia siempre comen cosas deliciosas, lujos que ni siquiera yo puedo permitirme, dijo el vecino. Entonces, la mujer rica fue a visitar a esta familia al mediodía.
Estaba parada junto a la puerta, a punto de llamar, cuando oyó que una de las niñitas le preguntaba a otra:
- ¿Te vas a servir carne con puré hoy?
- No, creo que comeré pollo asado,– respondió la otra niña.
Al oír eso, la mujer golpeó la puerta y entró inmediatamente. Vio a las dos niñas sentadas a la mesa, en la que habían unas pocas rebanadas de pan seco, dos patatas frías, una jarra de agua y nada más.
A sus preguntas, contestaron que imaginaban que su pobre comida era toda una suerte de manjares, y el juego hacía que la comida les fuera un verdadero festín.
- Usted no sabe lo delicioso que es el pan cuando una lo llama torta de frutas.
- Pero es mucho más rico si lo llamas helado de crema, dijo la otra niña.
La señora rica salió de allí con una nueva idea de lo que significa el contentamiento. Descubrió que la felicidad no está en las cosas que tenemos, sino en los pensamientos y nuestra actitud ante ellas.

De La Oscuridad A La Luz - Crecimiento personal-espiritual

La semana pasada vi a Juan, quien fuese mi compañero de secundaria. Juan tiene un caso severo de parálisis cerebral y se encuentra discapacitado en una silla de ruedas. Gracias a Dios, su mente está lúcida. Tenía muchos problemas al moverse de una clase a otra. Además, nuestro colegio era muy antiguo, con muchos pisos y muchas escaleras.
Habían pasado casi treinta años desde la última vez que lo vi. Nada había cambiado, seguía siendo el mismo. Siempre tan lúcido como entonces, con la misma sonrisa enérgica en el rostro, y parecía adecuarse a las circunstancias. Lo estaban subiendo a un coche cuando lo vi.
Cuando voy por la carretera montando en bicicleta o practicando otro deporte, pienso en gente como Juan. Pienso en lo afortunados que somos en tener salud y poder usar nuestros cuerpos. Estos fallan cuando no los usamos como es debido o cuando no comemos adecuadamente.
El ejercicio mejora nuestro estado anímico; la actividad física estimula varias sustancias químicas en el cerebro que nos dejan más felices y relajados que antes de ejercitarnos. También nos veremos y sentiremos mejor si nos ejercitamos regularmente, al aumentar nuestra confianza y mejorar nuestra autoestima.
Y también, la actividad física regular puede ayudar a prevenir la depresión. El ejercicio combate las enfermedades crónicas; la actividad física regular puede ayudarnos a prevenir o dominar la hipertensión y disminuir la acumulación de placa en las arterias.
Aún más. La actividad física regular puede ayudarnos a prevenir la diabetes tipo 2, la osteoporosis y ciertos tipos de cáncer. Se dice que cuando uno se ejercita, la probabilidad de tener cáncer disminuye en un porcentaje apreciable. ¿Por qué no habría uno de ejercitarse? Es inaudito que la gente se lo pierda.

Interpretación cristiana de los sueños - ¿Nuestros sueños son de Dios?

Los sueños de un cristiano y el significado de esos sueños es algo entre él y Dios solamente. ¿Aún habla Dios a través de los sueños? A través de las Escrituras vemos que Dios ha hablado a la gente muchas veces mediante sueños. Como ejemplos tenemos a José el hijo de Jacob (Génesis 37:5-10), José el esposo de María (Mateo 2:12-22), Salomón (1 Reyes 3:5-15), y muchos otros (Daniel 2:1;7:1Mateo 27:19). Hay también una profecía del profeta Joel (Joel 2:28), citada por el apóstol Pedro en Hechos 2:17, que menciona a Dios usando los sueños. Así que la respuesta es sí, Dios puede y habla a través de los sueños.

Sin embargo, hay una diferencia en cómo aplicamos esta verdad en la actualidad. Una cosa que debemos tener en mente es que la Biblia es completa, en el sentido de haber cubierto todo lo que necesitamos saber desde ahora hasta la eternidad. Esto no quiere decir que Dios ya no hace milagros o que no habla a través de los sueños hoy en día. La diferencia es que Dios ya reveló el camino que ÉL eligió, para tratar con el hombre desde ahora hasta la eternidad, - en la Biblia está. Cualquier cosa que Dios dice, ya sea en un sueño, visión, “una pequeña voz”, etc., tendrá que estar totalmente de acuerdo con lo que Dios ya ha revelado en Su Palabra. Los sueños no pueden ponerse en un lugar de autoridad sobre las Escrituras. Nuevamente, si Dios hablara a una persona en un sueño, Su mensaje estaría totalmente de acuerdo con Su Palabra. De acuerdo a nuestra creencia en la inspiración, autoridad y suficiencia de la Escritura, es muy difícil que Dios hable regularmente, a través de los sueños en la actualidad. Pero al mismo tiempo, no podemos aceptar negativamente esta posibilidad, basada en la Escritura.

Sin levantar polvo - Reflexiones

Un día, un comerciante de caballos llevó dos magníficos corceles a un príncipe y se los ofreció en venta. Ambos animales eran semejantes: jóvenes, robustos y de buena constitución. Pero el comerciante pedía por uno de ellos el doble de lo que pedía por el otro. El príncipe, sabiendo la razón, llamó a sus cortesanos y les dijo:
- Le regalaré estos magníficos potros al que pueda explicarme por qué uno de ellos vale el doble que el otro.
Los cortesanos se acercaron a los dos animales y los observaron cuidadosamente, pero no pudieron descubrir ninguna diferencia que justificase una diferencia de precio tan grande.
-Ya que no comprenden la diferencia entre los dos caballos, será mejor probarlos, así podrán ver con mayor claridad por qué tienen un valor tan distinto.
Hizo que dos jinetes los montaran y que dieran algunas vueltas alrededor del patio del palacio. Ni siquiera después de esta prueba, los cortesanos lograban entender la diferencia de precio entre los dos caballos.
Entonces el príncipe explicó:
-Habrán notado que, al correr, uno de ellos casi no dejaba rastro de polvo, mientras que el otro levantaba una gran polvareda. Por esto el primero vale el doble que el otro, porque cumple con su deber sin levantar tanto polvo.”
La humildad y la sencillez no son virtudes muy valoradas en nuestra época. Eso sí, cumplir el deber con responsabilidad es muy cotizado hoy en día que solo importan los resultados; también el estar preparado con estudios, experiencia práctica y el saber trabajar en equipo tienden a estimarse como cualidades sin precio; sin embargo, la modestia y humildad de quien no presume de sí mismo, ni de sus cualidades, ni de sus logros, no sintiéndose superior a los demás e inmerecedor de los más altos reconocimientos y remuneraciones, no está bien visto. Hoy, al igual que hace dos mil años: “en nuestra sociedad hace carrera el que más polvo levanta…” (Mateo 26,26).

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Llamados a servir

A los cristianos se nos conoce en la Biblia con diferentes nombres: creyentes, hermanos y santos, pero un título que pocas veces nos otorgan es “servidores de Cristo”. Sin embargo, eso es exactamente lo que el Señor nos pide que seamos. Después de que sus discípulos discutieron acerca de quién sería el más grande de todos ellos, el Señor Jesús les hizo un llamado a ser grandes en el reino siendo siervos de todos.
Cristo no es solo nuestro Salvador; es también nuestro Señor y Maestro, y debemos seguir su ejemplo. Así como Él sirvió a su Padre al interesarse por su pueblo, nosotros servimos a nuestro Dios atendiendo amorosamente las necesidades temporales, físicas y espirituales de quienes nos rodean.
El servicio es esencial para el crecimiento espiritual. Dios siempre está obrando en la vida del creyente, para hacerlo más como Cristo (Romanos 8.29), pero el egocentrismo es un gran obstáculo en este proceso. Servir a los demás es una de las herramientas que el Señor utiliza para sanarnos del egoísmo.
El servicio es necesario para lograr el propósito de Dios. Él ha designado tareas específicas para cada uno de nosotros, que debemos realizarlas en el curso de nuestra existencia (Efesios 2.10). Si solamente recibimos y nunca damos, nos perderemos de lo que Él ha dispuesto para nosotros.
No olvide nunca que usted tiene un llamado especial, que se lleva a cabo solo cuando se convierte en un servidor del Señor. Busque las oportunidades que el Señor le dará para servir a otros. Tome su lugar al lado de Cristo, quien fue el siervo más grande de todos.

Cosas que inspiran, cosas que intrigan y cosas que deberían ser vistas. ¡Compártelas!
Un joven vive cada día haciendo cosas buenas para los demás sin pedir nada a cambio.
Es testigo de la felicidad. Alcanza una comprensión más profunda. 
Se siente su amor. Recibe lo que el dinero no puede comprar. Un mundo más hermoso.

Encuentra tu punto fuerte

"TODAS ESTAS COSAS LAS HACE UNO Y EL MISMO ESPÍRITU, REPARTIENDO A CADA UNO EN PARTICULAR COMO ÉL QUIERE" (1 Corintios 12:11)
Todos tenemos el mismo valor a los ojos de Dios pero no tenemos los mismos talentos. "Cualquier persona es capaz de hacer alguna cosa mejor que las siguientes diez mil personas", texto escrito en el libro "Descubre tus puntos fuertes".
Marcus Buckingham y Donald O. Clifton, autores de este libro, lo apoyan con una pormenorizada investigación, y denominan a esta área tu punto fuerte; animan a la gente a que lo encuentre y que le saque el máximo rendimiento, no importa lo consciente que sea de sus capacidades, cómo se sienta consigo mismo o si ha tenido algún éxito anteriormente. Tú tienes talento y Dios te pide que lo desarrolles, pero solo puedes cultivar el que tienes, no el que quieras.
encuentra talentoCuando se trata de tu carácter, nunca debes dejar de trabajar en las áreas más débiles, pero cuando se trata de cumplir con la misión que el Señor te ha dado, tienes que reconocer tu "punto fuerte" y ponerte manos a la obra. El Dr. John Maxwell, célebre consejero de líderes, escribió: "He observado que la gente puede aumentar su capacidad en un área determinada, valorada en dos puntos en una escala de uno a diez. Por ejemplo, si tu talento natural en una cierta área es cuatro, a base de trabajo duro podrías aumentarlo hasta seis. En otras palabras, puedes subir desde un poco por debajo de la media hasta un poco por encima. Pero supongamos que descubres un área en la que eres un siete, entonces tienes el potencial de convertirte en un nueve, tal vez incluso en un diez si se trata de tu zona fuerte y trabajas muy duro. Esto te ayudará a pasar de ser uno entre diez mil a uno entre cien mil, pero solo si haces todas las cosas necesarias para potenciar tu talento al  máximo". Así que, ¡descubre tu punto fuerte!


Cómo triunfar en las Pruebas

La adversidad, la aflicción y la decepción son por lo general, los medios que Dios emplea para aumentar nuestra fe y agrandar nuestra comprensión de su soberanía. Y en esta vida nunca dejaremos de tener tribulaciones porque vivimos en un mundo caído en el mal.
Para los creyentes del primer siglo la vida no fue diferente. La iglesia en su nacimiento tuvo mucha adversidad; pero creció y rehusó desanimarse aunque las circunstancias eran adversas. Nada ni nadie, ni siquiera un emperador romano fuera de sí, podían detener su crecimiento. La razón era que los creyentes de la iglesia primitiva tenían “una esperanza viva” (1 Pedro 1:3).
Comprendían muy bien quiénes eran, espiritualmente hablando, y a quién servían. No tenían su corazón puesto en las cosas que estaban sucediendo, sino en el Señor Jesucristo, “el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2). El mundo los rechazó y parecían gente sin hogar, pero Dios los recibió como hijos amados y herederos de su reino. ¿Cómo llegó la adversidad hasta ellos? Una vez que Cristo fue crucificado, las autoridades romanas y judías dieron un suspiro de alivio, porque creyeron que habían terminado con un bando político más. Pero cuando la noticia de la resurrección de Cristo empezó a difundirse por toda Jerusalén, los líderes religiosos y gubernamentales se afanaron en destruir la Iglesia. Su objetivo era evitar que el cristianismo se propagara. Los creyentes sufrieron, entonces, persecución y muchos dieron su vida por la fe.
Nerón culpaba a los cristianos de cualquier disturbio que había. Por último, ordenó que fueran expulsados de Jerusalén, lo cual hizo que se esparcieran por todo el norte de Asia Menor. Eran creyentes sin hogar que, al igual que el Israel de antaño, fueron esparcidos por todo el mundo.
La primera epístola de Pedro tenía el propósito de infundirles esperanza y ánimo en medio de una situación desesperante, y es como si estuviera hablándonos a nosotros. No pasó por alto la situación tan difícil en que se encontraban esos creyentes. Comprendió su aflicción e hizo todo lo posible para que comprendieran el fin de su fe, que era la salvación de sus almas (1 Pedro 1:9).
Aquellos creyentes no lo sabían, pero Dios los estaba poniendo en una situación por medio de la cual iban a cumplir la Gran Comisión. El Señor les había ordenado que llevaran el Evangelio por todo el mundo. Pero se habían quedado en su ambiente conocido: Jerusalén y el templo. 
Lo conocido nos hace sentir seguros, pero Dios rara vez deja que nos quedemos en esa clase de ambiente por mucho tiempo. Su plan es aumentar nuestra fe y hacernos madurar para poder manifestar su poder, su gracia y su amor a otros. Pero la adversidad invade nuestro estado emocional con sentimientos de inseguridad y temor. Si en los momentos difíciles y tensos no tenemos nuestro corazón puesto en el Señor Jesucristo, es muy posible que tengamos que afrontar una tormenta espiritual.
Incluso después de que el Espíritu Santo descendió, la iglesia del primer siglo se quedó en Jerusalén. Mas el Evangelio se fue propagando como resultado de la persecución que sobrevino a la iglesia. Dios no causó la persecución de su pueblo, sino que se valió de la adversidad para fortalecer el corazón de los creyentes, y propagar el testimonio de su amor eterno y perdón para el mundo perdido. Cuando aquellos creyentes salieron de Jerusalén, su amor por Jesucristo y su Evangelio iba con ellos.
Dios ha prometido dar gloria en lugar de ceniza (Isaías 61:3). Él toma nuestras aflicciones y las convierte en bendiciones.
La manera en que afrontamos las pruebas de la vida muestra el nivel de nuestra fe. El apóstol Pedro escribe: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:6-7).
Posiblemente, Dios nunca nos explique todas las razones de nuestras aflicciones, pero ha prometido hacer que todas las cosas nos ayuden para bien y sean para su gloria (Romanos 8:28). Por eso podemos confiar en Él, sabiendo que sus pensamientos son mayores que nuestros pensamientos y que tiene un propósito, inclusive para nuestras aflicciones.
Dios tiene una vida llena de bendiciones para cada uno de nosotros. Pero no todas ellas vendrán como resultado de enfrentarnos a las aflicciones con la actitud correcta. El gozo y la esperanza también son resultados naturales de la vida abundante. ¿Cómo debe usted prepararse para las pruebas que le vendrán? Hay cinco pasos:

Dejemos de Correr

Base Texto Bíblico: Jonás 1:1-17
Esta semana le pedía a nuestro Padre que me hiciera comprender el mensaje del libro de Jonás. Muchas personas encuentran esta parte de la palabra de Dios difícil de creer, pero todo cristiano fiel sabe que para Dios no existe lo imposible.
Así que, este estudio bíblico examinará qué le paso a Jonás, para descubrir si en este acontecimiento histórico existe una lección que todo cristiano deba aprender, si la experiencia de Jonás es aplicable a nuestra vida. 
Lo que aconteció con Jonás es algo que no cabe en nuestra mente, y exactamente por esto, muchas personas, incluyendo a cristianos, encuentran lo que aconteció aquí difícil de creer. Pero cuando analizamos en profundidad, lo que le sucedió a Jonás, nos damos cuenta que no es muy diferente a lo que le sucede a muchos cristianos en la actualidad.
Dios llamó a Jonás para que fuera a la ciudad llamada Nínive y les predicara Su palabra. Cuando leemos esto rápidamente, lo único que vemos es que Dios lo llamó a predicar en una ciudad grande, pero cuando lo examinamos más detenidamente, vemos que fue algo mucho más que eso. A través de diversos estudios bíblicos e históricos, aprendemos que la ciudad de Nínive era la capital del imperio Asirio. Este imperio era grande y pervertido, y era el más temido por el pueblo Judío, debido a las atrocidades que había cometido. Y, desde su niñez, Jonás había sido enseñado a odiar a los asirios y su autoridad. Jonás les odiaba de tal forma, que no quería que recibieran la gracia de Dios. 
Después de recibir el llamado de Dios, Jonás hizo algo que muchos de nosotros, casi siempre hacemos al recibir el llamado, corrió. No solo corrió, sino que lo hizo en dirección opuesta a donde Dios le había llamado. La ciudad de Nínive estaba al este de donde se encontraba Jonás, pero él se fue en dirección oeste a Jope. Jonás corrió porque él no podía perdonar de corazón a esas personas, debido a lo que habían hecho en el pasado. Esto no es muy diferente a lo que nos pasa a muchos hoy en día. Hermanos, todos fuimos llamados a llevar el evangelio a otros lugares, pero muchas veces, nuestro propio temor, prejuicios y odio nos detienen de hacer la voluntad de Dios. Todos fuimos llamados a dejar nuestras ciudades y a entrar en Nínive; fuimos llamados a predicar la Palabra de Dios. Esto es algo que ha sido predicado en cualquier iglesia cristiana del mundo, y es lo que nos enseña el Señor como encontramos en Mateo 28:18-20 que nos dice: “…Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén…”