miércoles, 30 de abril de 2014

¿Qué significa orar en el nombre de Jesús?

El orar en el nombre de Jesús está enseñado en Juan 14:13-14, “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” Algunos aplican equivocadamente este verso, creyendo que si dicen “en el nombre de Jesús” al final de la oración, dará como resultado el que Dios conceda siempre lo que se le pide. Esencialmente, tratan las palabras “en el nombre de Jesús” como una fórmula mágica. Lo que es esencialmente antibíblico.

Por el contrario, orar en el nombre de Jesús significa orar con Su autoridad y pedir a Dios el Padre, actuar sobre nuestras oraciones, porque venimos en el nombre de Su Hijo, Jesús. Orar en el nombre de Jesús significa lo mismo que orar de acuerdo a la voluntad de Dios. “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14-15). Orar en el nombre de Jesús es orar por las cosas que honrarán y glorificarán a Dios.

¿A qué vino Jesús?

Jesús vino a la tierra a realizar una obra específica, sorprendentemente sencilla… “dar testimonio acerca de la verdad”. (Juan 18:37.)
Proclamó la verdad sobre las maravillosas cualidades y el propósito de su Padre Dios, para con nosotros, vino a darnos alegría a nuestros días, vino a dar salud al enfermo, vino a enseñarnos a amar de una forma constante y no variable, vino a hacernos sentir lo que el Padre celestial siente por nosotros sus hijos, vino a recordarnos que no somos perfectos y que como seres humanos cometemos errores; vino a recordarnos que con orgullo y egoísmo no conseguimos nada; vino a recordarnos que la mejor decisión que podemos tomar cada día es perdonar; a recordarnos que hay un tiempo para todo; a recordarnos que la ira destruye pero que el amor lo cubre todo; a enseñarnos a dominar los momentos de frustración; a enseñarnos a superar el miedo y la incapacidad; a enseñarnos a confiar completamente en Dios y a creer cada una de sus promesas; vino a recordarnos que la fidelidad de Dios es grande y que sus misericordias y bondad son incomparables; vino a recordarnos que al que crea en Él todo le es posible y que el Espíritu Santo es nuestro mejor maestro; vino a traer unidad en la familia, a mostrarnos cuánto nos ama Dios, vino a recordarnos lo débiles que somos y lo fuertes que somos en Él, vino a traer perdón por nuestras culpas.
Pero sobre todo vino por TI, para darte amor eterno, para enseñarte y enseñarnos el camino, la verdad, la vida en abundancia y eterna sólo creyendo en Él.
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16.

Dadivoso o Avaro

Henrietta Green fue la mujer más rica del siglo XIX. A su muerte en 1916, su fortuna era de casi 200 millones de dólares.
Esa fortuna acumulada se debía a que, durante su vida se negó rotundamente a ayudar a los más necesitados, incluso si eran miembros de su familia. La avaricia de la mujer era tal, que entre sus empleados se contaba la historia, de que una vez una de sus hijas se rompió una pierna, y en lugar de pagar el tratamiento, ella la llevó a un hospital gratuito para gente de bajos recursos. Lo triste es que tras su muerte, gran parte de esa fortuna fue despilfarrada por sus descendientes.
Otra historia muy distinta es la de Roberto Arthington; aunque era un notable hombre de letras, graduado en la Universidad de Cambridge y con un trabajo bien remunerado, vivió gran parte de su vida en un cuarto pequeño. En un momento determinado, decidió ofrendar 500.000 libras esterlinas para las misiones. Después de su muerte, encontraron un pedazo de papel en el que había escrito lo siguiente: “Con todo gusto haría mi cama en el suelo, tendría un cajón en lugar de una silla y usaría otra caja como mesa, en lugar de permitir que los hombres perdieran su salvación, a causa de mi negligencia en darles el evangelio.”
Ambas historias reales tiene personajes muy distintos. Por un lado, la avaricia de la dama era desmedida como ninguna otra, y las personas allegadas la recuerdan con historias siempre tristes por su forma de ser. Pero a Roberto siempre le recordarán sus amigos como un hombre dadivoso, que supo compartir no sólo el dinero que tenía, sino también el evangelio de la salvación.
Hechos 20:35 “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.”

No te conformes con menos…

Si hay algo que nos caracteriza como seres humanos, es tener miedo a la incertidumbre. Cuando no tenemos la certeza de algo, nos entra un miedo paralizante que hace que, nuestra cabeza dé vueltas y vueltas, tratando de encontrar un lugar en donde algo sea cierto. En la mayoría de los casos no ocurre, ya que la vida suele darnos muchas posibilidades pero pocas certezas de éxito. Ante lo expuesto, cada vez que aparece una buena oportunidad, la aprovechamos por miedo a que sea la última o que no se vuelva a repetir.

Ésto tiene algunos riesgos. Si me quedo en algún lugar porque es la mejor oportunidad que creo que voy a tener, no me arriesgo y al no arriesgarme, hay aprendizajes que me voy a perder. Ahora bien, si creo que, de verdad, esa oportunidad es la que siempre esperé y que me hará sentir y estar bien, no hay ningún problema. Lo realmente complejo es “quedarse”, aún sabiendo que eso no es lo que se espera o desea. 

Pensemos en el siguiente escenario ficticio: supongamos que quiero casarme y los años van pasando y pasando, y aún no he encontrado  al “hombre de mis sueños”. Pero un día alguien me declara su amor y yo, sin estar enamorada de él, acepto casarme porque creo que será mi última oportunidad. No le amo, no le admiro y no tiene NADA de lo que yo necesito para sentirme realizada como mujer, pero aún así, me caso. A pesar de estar ya casada, que era lo que quería, no soy feliz con esa persona, y me CONFORMO porque “al menos no estoy sola”. Sé que puede leerse como muy extremo el ejemplo, pero seguro que, aún así, no es muy alejado de la realidad y puede ocurrir algo parecido en muchas áreas de nuestra vida.

El conformismo es algo que nos aleja de nuevas posibilidades y no nos permite tomar riesgos. Si yo vivo la vida conformándome con “lo que me tocó” o con “lo que hay”, no podré alcanzar grandes metas ni atreverme a luchar por lo que realmente quiero. Debemos ser totalmente rígidos con nuestros sueños, pero flexibles con el camino para lograrlos. NUNCA te conformes porque pienses que es lo mejor que puedes conseguir; si tú en tu vida estás dispuesto a dar el todo, no te puedes conformar con el 80 o el 85%, porque no serás feliz… y porque no te mereces eso.

Promesas en tiempos difíciles


El Señor no dejará padecer hambre al justo;
Mas la iniquidad lanzará a los impíos.
Proverbios 10:3

Confía en El Señor, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra,
y te apacentarás de la verdad.
Salmo 37:3

Mejor es lo poco del justo,
que las riquezas de muchos pecadores.
Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
Mas el que sostiene a los justos es el Señor.
Salmo 37:16-17

El Señor conoce los días de los justos,
y la heredad de ellos será para siempre.
No serán avergonzados en el mal tiempo,
y en los días de hambre serán saciados.
Salmo 37:18-19

Joven fui, y he envejecido,
y no he visto justo desamparado,
ni su descendencia que mendigue pan.
Salmo 37:25

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Filipenses 4:19

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6:33

Deléitate asimismo en el Señor,
y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Encomienda al Señor tu camino,
y confía en él; y él hará.
Salmo 37:4-5

Porque sol y escudo es nuestro Dios;
Gracia y gloria dará el Señor.
No quitará el bien a los que
andan en integridad.
Salmo 84:11

No os afanéis por vuestra vida…
...qué habéis de comer o qué habéis de beber;
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir.
¿No es la vida más que el alimento,
y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran,
ni siegan, ni recogen en graneros;
y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mateo 6:25,26

He aquí el ojo del Señor está sobre los que le temen,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus almas de la muerte,
y para darles vida en tiempo de hambre.
Salmo 33: 18-19

El Señor es mi pastor;
nada me faltará.
Salmo 23:1

martes, 29 de abril de 2014

Dios tiene lecciones en todo lado y a cada momento, si quieres verlas.

Hubo una época en que mi marido decidió ser granjero. Compró un molino de viento, algunas lámparas de aceite, colmenas, y un par de cerdos a quienes nuestro hijo les llamó, Lois y Clark.
Este par de cerditos me causarían muchos dolores de cabeza, desde el día en que los llevaron a casa.
Los habíamos atado muy bien y metido en sacos de transporte en la parte trasera de nuestra camioneta, pero estos lechones Houdini de alguna manera lograron liberarse; saltaron de la camioneta, y echaron a correr por las colinas.
Finalmente, logramos llevar esas resbaladizas criaturas a casa, pero sólo después de una dura búsqueda y persecución por el bosque.
Lois y Clark eran unos aventureros lechones, que pronto aprendieron a escalar al techo de su casita para saltar fuera de la valla. Automovilistas de la carretera cerca de nuestra casa, reportaban frecuentemente, haber visto “dos cerdos salvajes” corriendo entre los coches, y más de una vez, recibí llamadas telefónicas de vecinos enfadados, que los encontraron cavando en sus jardines de flores.
Por lo general la única que estaba en casa cuando los cerdos iban a “explorar” era yo, de modo que tenía que arreglármelas. ¿Cómo se puede convencer a dos cerditos a que te sigan y se queden contigo? Se requiere un buen cubo lleno de queso, cáscaras de manzana, y otros sobras de comida.
Cuando L y C crecieron, su dieta habitual ya no era la misma; ahora consistía en camiones de pan rancio, natillas viejas y productos lácteos, y sobras de comida de los restaurantes locales. Mantener a ese par de cerdos alimentados era un gran trabajo. Lois y Clark comían mucho, por no decir demasiado y, por supuesto, defecaban... ¡y mucho!
El montón de estiércol se convirtió en una montaña que permaneció en el campo y lo olvidé durante mucho tiempo, aún después de que Lois y Clark ya habían sido vendidos, para convertirse en tocino y chuletas de cerdo en algún congelador.
El verano siguiente, decidí plantar un huerto, cariñosamente lo fertilicé, lo regué y le di el cuidado diario, para descubrir con asombro al final de la temporada, que mis preciadas hortalizas eran insignificantes en comparación con los enormes tomates, pepinos, calabazas, etc. que habían surgido justo en el otro lado del patio. Sí, exactamente, allí, donde estaba la gran pila de estiércol.
¿A qué viene todo esto, sobre cuidados a los cerdos y el estiércol? Porque hay algo que aprender aquí: Dios tiene lecciones para nosotros en todo lado y a cada momento, si estamos dispuestos a verlas.

Uzías, un rey poderoso y altanero

Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, el cual tenía dieciséis años, y lo pusieron por rey en lugar de Amasías su padre. 2º Crónicas 26;1
Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que era de dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de Amasías su padre. 2º Reyes 14:21)
Uzías de Crónicas y Azarías de Reyes son la misma persona.
Uzías edificó él a Elot, y la restituyó a Judá después que el rey Amasías durmió con sus padres. 2º Crónicas 26;2
La ciudad portuaria de Elot, en el Golfo de Akaba, abría una salida al Mar Rojo y era un punto estratégico para el comercio con el sur de Arabia y con el país de Ofir. Uzías la recupera y vuelve a ponerla bajo el reino de Judá.
De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén. 2ª Crónicas 26;3
Devocional - UZÍAS: UN REY PODEROSO Y ALTANERODe los reyes que comenzaron haciendo lo recto delante de Dios, Uzías fue el que más tiempo reinó: 52 años, sólo superado por Manasés que reinó 55 años y fue de lo peor. Sin embargo, el libro de Reyes sólo le dedica 7 versículos y Crónicas apenas 23. ¿Por qué tan poco contenido para un rey que reinó durante tanto tiempo?
UZÍAS: UN REY PODEROSO Y ALTANERO
Veamos primero, cómo llegó a ser un rey poderoso. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre. 2ª Crónicas 26;4
Tomar como modelo a su papá Amasías, fue una muy buena decisión de Uzías; por eso se dice de él que “hizo lo recto ante los ojos del Señor”, pero lamentablemente, también le imitó en sus debilidades de carácter: no exterminó la idolatría (2º Reyes15:4), que de alguna manera le afectó, y también tuvo problemas con la soberbia.

Mejor ser dos que uno

Michel Jordan, uno de los más famosos jugadores de baloncesto, mostró una actitud verdaderamente insólita en uno de sus partidos, se quedó quieto sin hacer nada, y lo más curioso fue que tenía a varios jugadores marcándole, pero no respondió como ellos esperaban. Lo que pasó aquella vez, fue que el entrenador le había dicho que se quedara quieto y no hiciera nada, porque como él era el jugador estrella, le iba ser muy difícil zafarse de los jugadores del otro equipo para ganar el partido. Así que, él obedeció las instrucciones de su entrenador durante todo el partido, dejó que el resto de su equipo hiciera lo que les correspondía, y así terminaron ganando el partido. Fue un excelente trabajo en equipo.
Michael pudo haberse negado a ser la estrella ese día, pero permitió que su equipo se llevara la fama. Una de las frases que dijo fue: “El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia gana campeonatos”.
Nuestra sociedad tiende a convertir los niveles individuales de éxito en una cuestión glamurosa, sin considerar el proceso en su totalidad. Si los objetivos se conciben y logran como equipo, las carreras u objetivos individuales destacarán por sí mismos.
Dios no quiere que nosotros seamos individualistas o que obtengamos algo sólo para nuestro beneficio, desea que pensemos en los demás, que aprendamos a trabajar en equipo y ayudemos a sobresalir a aquellos que piensan que no pueden hacerlo por sí mismos.

Bendecido - Crecimiento Personal-espiritual

Soy alguien bendecido sin medida por la vida. Aunque realmente, no nací "con un pan bajo el brazo". Nacido en medio de la Gran Depresión, como el tercero de siete hijos, de un padre carpintero y una madre que atendía el hogar, no fue una experiencia dorada precisamente.
En nuestra familia siempre se pasaba la ropa entre los hermanos. Teníamos un gran jardín y criábamos dos cerdos cada año por su carne, y una vaca por su leche. De hecho, cuando el trabajo de construcción terminó y papá no pudo hallar empleo durante la Depresión, comenzamos un pequeño negocio de lavandería en casa. Éste empleaba hasta siete muchachas al mismo tiempo. Papá también alquiló 3 hectáreas de tierra cercanas, y las cultivábamos para ganar unos dólares adicionales.
He sido bendecido con buenos pastores y una buena iglesia en la que crecer. Fui bendecido con buenas maestras que me ayudaron a aprender. Y un amigo especial, me animó a probar en la universidad y me enseñó cómo podría sufragarla.
Tras la graduación, pasé dos años en el Ejército, lo que me permitió conocer Europa y acumular experiencias vitales. Regresé a casa, obtuve un empleo en un banco local, me casé con mi novia de la juventud, y pensé que me hallaba en camino a un estilo de vida normal. Pero nunca sabemos lo que la vida nos depara.
Y me llamaron de vuelta al Ejército, cuando construyeron el Muro de Berlín, tan sólo seis meses después de completar mi servicio en Alemania. Eso también resultó ser una bendición, ya que no había trabajado lo suficiente en el banco para obtener el seguro médico. Así que, nuestro hijo mayor, Ken, nació en un hospital del Ejército. El coste: 8,25 dólares.
Tras un año en Fuerte Chaffee, Arkansas, regresé a casa para trabajar de nuevo en el banco. Escalé por las distintos puestos hasta alcanzar el de Director General y Presidente del banco, hasta mi jubilación a finales de 1997. Fui bendecido con un buen empleo y empleados en mi trabajo. He sido bendecido con una esposa devota y unos hijos y nietos maravillosos. Estoy realmente agradecido por todos lo que me he encontrado en el camino… ¡que Dios les bendiga a todos!
Hoy, al reflexionar sobre todas estas grandes experiencias, veo cómo posibilitaron mi crecimiento. Cómo se cumplieron gran parte de mis sueños y aspiraciones, y hallé abundantes oportunidades.
Toda mi familia aprendió a trabajar para sobrevivir. Aprendimos a cuidar el uno del otro.  Aprendimos valores familiares, y perspectivas sobre la sociedad que atesoramos hoy.
Los tiempos me enseñaron a ahorrar para los días malos. Me enseñaron a ayudar a los menos afortunados que yo; el gozo de ser voluntario y satisfacer las necesidades de otros; me enseñaron que el éxito engendra éxito; que uno edifica sobre sus logros. Me enseñaron a poner a los demás primero, si quería tener éxito en la vida, y que Dios nos provee un camino, si confiamos en Él.
Pero sobre todo, esas experiencias me enseñaron que, Dios es la autoridad más importante en todos los asuntos de la vida. Él nos puede levantar cuando todo nos falla; nos puede animar cuando la vida se vuelve desesperada.
Él da consuelo en tiempos de angustia y nos trae gozo para apagar nuestra tristeza. Nos eleva a nuestras más grandes alturas. Trae amor a aquellos que le buscan; da sabiduría y valor a quienes le siguen. Él conoce cada detalle íntimo sobre nosotros y, sin embargo, todavía nos ama.
Detengámonos ahora y contemos nuestras bendiciones. Sé que he sido bendecido y anhelo que ustedes también.

Lo que necesitan los niños - Reflexiones

Los niños de hoy necesitan con desesperación padres que,
…jueguen a tirar y agarrar la pelota, disfruten las reuniones de té o por otro lado, luchen por el corazón de sus niños y vayan a conquistarlos.
…rían hasta que les duela el vientre y las lágrimas caigan de sus ojos, mientras en secreto, crean profunda amistad y recuerdos que duran toda una vida.
…cometan errores, pero que los consideran oportunidades maravillosas para aprender.
…coloquen en la agenda de su vida, un concierto escolar aunque sea desafinado, o un juego de pelota de niños de diez años, porque son de un infinito valor para aquellos que participan en ellos.
…amen en todo momento, porque el amor es un don dado libremente y no una recompensa por buenos servicios.
…escuchen mirando a los ojos y oigan con ambos oídos, incluso cuando esto signifique que se pongan de rodillas.
…admitan su error, cuando estén equivocados y trabajen para arreglar las cosas.
…escuchen de los necesitados y digan: ¡Hagamos algo para ayudarles ahora mismo! y activen la generosidad y bondad.

lunes, 28 de abril de 2014

Los Mansos heredarán la tierra

No ofreció resistencia, dócilmente fue llevado a la cruz; manso como cordero fue llevado al matadero. (Isaías: 53-7).
Muy a menudo, la gente asocia la palabra manso con débil. Quizá, una de las causas principales por la cual ocurre esto radica en que, algunos diccionarios dan una definición secundaria de la palabra manso como "muy sumiso". Por lo que muchos se preguntan: ¿Qué intentaría decir El Señor cuando dijo:
"Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra"? (Mateo 5:5). 
 ¿No parece estar muy claro, sí? A simple vista no, pero seguro que Jesús jamás diría: "Bienaventurados los sumisos, porque ellos heredarán la tierra".

Pero si queremos saber exactamente, lo que Dios quiso decir en Mateo 5:5, primero debemos descubrir el significado que él da a la palabra "manso", y ésto sólo lo podemos aprender leyendo otros textos bíblicos y no un diccionario común. La biblia nos enseña siempre con la misma biblia.

Ser manso según las escrituras, denota humildad. Es una actitud diligente hacia Dios, mediante la cual los creyentes aceptan ser tratados como Él desea, sin ofrecerle resistencia ni contienda. En su breve paso por la tierra, Jesús nos dejó un claro ejemplo sobre esto, Él siempre se deleitaba haciendo la voluntad de su Padre. 

Sacrificio - Reflexiones

Cada año en Alaska, hay una carrera de trineos con perros de 1,000 millas, en la que el ganador sale con un premio de mucho dinero y prestigio. Lo que pocos saben es que esta carrera es conmemorativa de una carrera original para salvar vidas.
En Enero de 1926, en el pueblo de Nome, Alaska, Richard Stanley, un niño de seis años, mostró señales de difteria, una enfermedad que suele ser tan rápida, que en pocas horas acaba con el enfermo. Un día después murió el niño y, ante el peligro de una erupción de esta enfermedad en todos los del pueblo, el Dr. Curtis Welcha empezó inmunizando a todos los niños y adultos con un suero antidiftérico experimental. Pero en poco tiempo se acabó su provisión, y el suero más cercano se encontraba en la ciudad de Nenana, Alaska, a una distancia de Nome de 1,000 millas de desierto congelado.
Asombrosamente, un grupo de hombres se ofreció voluntariamente, a hacer el viaje con sus trineos de perros. Operando en relevos, un trineo empezó desde Nome, mientras otro, cargando con el suero, empezó desde Nenana. A pesar de la congelación parcial de sus dedos y orejas, a pesar de su fatiga y agotamiento, estos hombres continuaron viaje esforzadamente durante 144 horas, con grandes vientos, hasta hacer llegar el suero antidiftérico a Nome.
Como resultado de este gran sacrificio, sólo murió una persona más. El sacrificio de estos inestimables hombres, había proporcionado el regalo de la vida a un pueblo entero.

Punto de Vista

Dios nos hizo únicos y diferentes unos de otros, por lo que no podemos esperar que los demás vean las cosas como nosotros, que tengan el mismo punto de vista.
Pero hay una cosa que sí debe ser un denominador común en todos, y es ver las cosas siempre de forma positiva; no fijando la vista en lo malo, sino en lo bueno que Dios nos trae a cada momento.
La historia que viene a continuación, puede mostrarnos esta diferencia: 
Dos vendedores de zapatos fueron mandados a un país extranjero para promocionar e intentar ofrecer el producto que vendían.
El primero manda un e-mail a la compañía diciendo: “cancelen el pedido, estoy a punto de regresar, y aquí la gente no usa zapatos”.
El segundo manda el siguiente correo electrónico a la empresa: “doblen el pedido, no hay ninguna competencia.”
Cuando nuestra visión está puesta en Dios, podemos hallar el propósito que Él tiene con esa situación, podemos ver que Dios tiene algo más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, pero está en nosotros el aprovechar cada oportunidad que se presente, envuelta en un problema o una prueba.

Quiero


Lo único que quiero es sentir esa paz que una vez me regalaste, al yo entrar al hogar
Lo único que quiero es caminar cogida de tu mano como un bebé sin temor
Lo único que quiero es que mi corazón palpite al hablar de tu gran amor
Lo único que quiero es que mis ojitos brillen por tanto gozo que Tú me das.
Lo único que quiero es arrodillarme en mi cuarto a solas y decirte aquí estoy papá
Lo único que quiero, es tener un corazón lleno de amor para dar
y que me encante saber que ese amor proviene de la fuente misma del amor:
Mi Dios
Eres mi Dios, eres mi creador, eres hacedor de mi vida y juez de las injusticias
¡Cuántas veces te he dicho al oído, que lo único que quiero es no perder nuestra linda relación!
Mi amor fluye y a veces se paraliza, pero sé que nunca dejarás de ser mi Padre y yo nunca dejaré de ser tu hija.
Porque ninguna montaña ni el más cruel invierno enfriarán la quietud que me generas, cuando sé que hay amor, del cual puedo llegar a  embriagarme, y dicha de donde saciarme.
En el mundo hay muchas cosas entre importantes, imperantes y preocupantes, pero Tú, Señor, Tú estás sobre todas ellas.
Me entristezco cuando no oro, cuando no clamo, cuando no digo que te necesito, pero quiero que sepas que, dentro de mí tu amor me consume, me cala hasta los huesos.
Loca sería yo si te niego, si pretendo ignorarte y seguir mi camino.
Simplemente imposible, porque ya he saboreado el chocolate más rico y divino,
y mi paladar no se acostumbraría a otro.
Lo único que quiero es que, a través de estas líneas, quizás sin rima, sepas que no sólo te amo sino que también te necesito, que no sólo deseo milagros en mi vida sino también piedras para llevar en mi espalda, y así aprender a llevar mi cruz.
No quiero que parezca repetida la expresión de decirte te amo, como tampoco un te extraño
Pero sí te extraño, te extraño, te necesito más que nunca en mi vida; en mis tareas así como en mis alabanzas, te necesito y tú sabes cuánto.

Sé que ya no soy una niña pero en tus brazos quiero serlo, quiero decirte tanto..., quiero contarte cada detalle. Aunque sé que Tú de antemano, ya lo sabes todo, sé que necesitas que te lo diga, que cuente, narre, que lo publique, y hoy es un buen día para hacerlo y contarte tanto secretito que he tenido contigo.


domingo, 27 de abril de 2014

Cuando Dios guarda silencio

¡Te vas a levantar de la deuda, te vas a levantar de  la enfermedad y la gente te va a ver descansando. Aquello que era tu obstáculo va a ser tu trofeo de guerra!
En ocasiones pensamos que Dios nos dice que no puede atendernos, que nos pone en espera. Esto le pasó a una mujer cananea que dijo: “Señor hijo de David, ten misericordia de mí”, y Jesús no le respondió. Ella siguió diciendo: “porque tengo una hija endemoniada” y parecía que Jesús no le estaba dando importancia. ¿Por qué parece que Dios no le da importancia a lo que nos pasa?, porque Dios nos hace entrar en un proceso. No nos gustan los procesos, nos gustan más los milagros.
Isaías 49; 2,3 dice: “y me puso por saeta bruñida me guardó en su aljaba y me dijo: mi siervo eres, porque en ti me gloriaré”.
La fe en Él sirve para salir del problema y también para sobrellevarlo:
A veces, Dios te la va a poner la fe para que salgas de las deudas, para que salgas de la enfermedad, para que salgas de las dificultades. Vas a salir de eso que te estaba atormentando.
Pero cuántas veces nos ha pasado que hemos orado y el problema no desapareció. Esa es la verdadera fe para aguantar el problema, para que respires más que el problema. Por eso, si no viste la solución y alguien te dice: “ah, ¿qué pasa, que Dios no te responde y todavía estás soportando este problema por tantos años”?, entonces le tienes que decir esto:
Hay fe que instantáneamente te saca del problema, y hay fe que no te saca del problema, pero te da la fortaleza, la fuerza y la capacidad para soportar lo que sea necesario y ver la victoria tarde o temprano.
Cuando José le interpreta el sueño a Faraón, Faraón le puso como ministro de economía de Egipto. Esa fue la fe verdadera, la que le dio fortaleza y capacidad; Faraón le sacó de la cárcel y le convirtió en gobernador de Egipto, pero José también tuvo que aguantar trece años de problemas.

¿Cuál es la oración del - Padre nuestro-? y ¿debemos orarlo?

El Padre nuestro” es la oración que Jesús les enseñó a Sus discípulos en Mateo 6:9-13 Lucas 11:2-4. En Mateo 6:9-13 leemos: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” Mucha gente ha entendido erróneamente, que el “Padre nuestro” es una oración que supuestamente, debemos repetir palabra por palabra. Algunas personas tratan el “Padre nuestro” casi como una fórmula mágica, como si las palabras mismas tuvieran algún poder específico o influencia en Dios.

Pero la Biblia nos enseña lo opuesto. Dios está mucho más interesado en nuestros corazones cuando oramos, que lo que está en nuestras palabras. Mateo 6:6 nos enseña, “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6:7 continúa diciendo: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.” La oración sirve para derramar nuestros corazones ante Dios (Filipenses 4:6-7), no para recitar palabras memorizadas a Dios.

En lugar de eso, el “Padre nuestro” debe ser entendido como un ejemplo; un patrón de cómo orar. La oración del Señor nos enseña a orar. Nos da los “ingredientes” que deben estructurar la oración. Veámoslo detenidamente: “Padre nuestro que estás en los cielos” nos enseña a quién dirigir nuestras oraciones, el Padre. “Santificado sea tu nombre” nos dice que adoremos a Dios, y le alabemos por quién es. La frase “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” es un recordatorio para nosotros, de que debemos orar por el plan de Dios en nuestras vidas y en el mundo, no por nuestro propio plan. Debemos orar para que sea hecha la voluntad de Dios, no para nuestros deseos. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” Somos animados a pedir a Dios las cosas que necesitamos. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Nos recuerda confesar nuestros pecados a Dios y a arrepentirnos de ellos – y asimismo, perdonar también a otros, como Dios nos ha perdonado. La finalización de la oración del Señor, “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” es una súplica de ayuda para alcanzar la victoria sobre el pecado y una solicitud de protección de los ataques del diablo.

La Avaricia

“Bastante nunca es suficiente”. Eso es exactamente lo que es la avaricia.
La avaricia no es simplemente la apreciación excesiva del dinero. No es la sobre-apreciación de las cosas o la acumulación de las mismas. Tampoco es la extravagancia, porque la extravagancia es relativa. Si tienes más de un par de zapatos y dos abrigos ya eres extravagante para la mayoría del mundo.
La avaricia es un deseo loco, descontrolado; es el consumo fuera de control. La avaricia consiste en ser devorado por algún deseo. Les da permiso a las posesiones para que te dominen. Y al hacerlo, la avaricia llega a ser el cáncer de la satisfacción. Despacio consume a sus víctimas, remplazando el contentamiento por el deseo insaciable de obtener dinero y posesiones materiales. En resumidas cuentas, la avaricia es el amor al dinero.

Toda la ley se cumple en esta sola palabra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo

"Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Gálatas 5:14

Al haber nacido en un país donde se conduce por la derecha, me resulta interesante que, en otros, los automóviles avancen por el lado izquierdo del camino. Una vez, estando en Inglaterra, oí a un guía turístico de Londres que explicaba una posible razón de esta ley: "En el siglo XIX, los peatones y los carros tirados por caballos usaban los mismos caminos. Cuando un carro estaba a la derecha, podía ser que el látigo de un jinete golpeara a un peatón. Para evitar este peligro, se promulgó una ley que exigía que todos los carros anduvieran por el lado izquierdo del camino, para que los caminantes no sufrieran ninguna lesión.
Así como las reglas de tráfico son para beneficiarnos y protegernos, lo mismo sucede con los mandamientos de Dios. Como Él nos ama, nos los ha dado para nuestro beneficio. Pablo escribe: Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Gálatas 5:13-14).
Al aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida, tengamos en mente que el Dios de gracia nos ha dado instrucciones para ayudarnos a amarle más a Él y a interesarnos en los demás.
La Biblia tiene tesoros de sabiduría para descubrir.

Los años

 Los días pasan muy lentos y los años tan rápido...”. Esta sentencia me hace darme cuenta de que ocuparse de los períodos de tiempo es algo propio de la edad, junto con la preocupación por la salud y el estado del tiempo. Los años asientan en el libro de la vida, los cambios que se producen en las horas y los días. Son el balance general que refleja las ganancias y pérdidas, del ejercicio comprendido entre los primeros albores de enero y los últimos destellos de diciembre.
Los años nos permiten recordar en general, mientras que las horas y los días nos entregan los datos particulares, las experiencias específicas. Los años nos hablan de la niñez, la juventud, la vida adulta. Se refieren a la existencia. Son la pincelada gruesa de las épocas de amor, los sueños, los aciertos y las derrotas. El detalle exacto es aportado por las horas y los días.
Los años registran las etapas del ser con una fidelidad que a veces nos asusta, porque las van depositando en el rostro, en los matices de la voz, en la postura del cuerpo, en el dorso de las manos, y no podemos soslayar el hecho de que nos vamos poniendo viejos. Con los años, las cosas que antes nos parecían insignificantes, como la pérdida de un botón o una puerta que no cierra bien, acaban por ser asuntos que nos pueden tener ocupados toda una mañana.

sábado, 26 de abril de 2014

Supera tus errores, vuelve a comenzar

El diccionario define el error como algo equivocado o desacertado. Puede ser una acción, un concepto o una cosa que no se realizó de forma correcta. Habernos equivocado o haber cometido un error, independientemente del tiempo que haya pasado, y después recordarlo sin haberlo superado, siempre nos traerá junto al recuerdo, un sentimiento de dolor y en ocasiones, de impotencia por no haber hecho nada al respecto.

A veces desearíamos tener una especie de maquina del tiempo, para regresar y corregir eso que en el pasado hicimos mal, y de lo que hoy vivimos arrepentidos o con cierta tristeza por intentar cambiar lo que era lo correcto y no hicimos. Duele no poder hacerlo, no poder retroceder para evitar ese error cometido, pero duele más vivir cargando con la culpa de todos los errores pasados en el presente.

Todos nos equivocamos, dejaríamos de ser humanos si no cometiéramos errores; algunos fallamos en unas cosas y otros en otras, esa es nuestra naturaleza humana. Y el error lo vemos cuando las cosas ya han pasado, cuando analizamos y el resultado no es el que esperábamos, pero también es cierto que cuando nos equivocamos, nos damos cuenta de que nos falta mucho que aprender, y que es la única manera de valorar y comprender las situaciones de la vida.

Duele darse cuenta cuando se comete un error, cuando se tomó una decisión o actitud equivocada, pero detrás de todo sentimiento está la parte más importante: el aprendizaje consecuente de haber cometido esa equivocación. Aceptar que cometimos un error es el primer paso para superarlo, una persona que no acepta que se equivocó difícilmente puede corregir su rumbo, y el segundo paso es perdonarse a sí mismo. De nada sirve reconocer que cometiste un error, si pretendes superarlo, si en vez de pensar en la lección que recibiste, solamente piensas en que echaste a perder algo importante y no hay más que hacer.

La Biblia le protegió de los disparos - Reflexión

El ejemplar de la Biblia que un conductor de autobús en Estados Unidos llevaba en el bolsillo, le salvó la vida, ya que evitó que dos balazos le perforaran el pecho, dijo un atónito policía. 
Biblia
“Obviamente hubo algún tipo de intervención (divina) en este episodio, porque de lo contrario, él seguramente no estaría entre nosotros en este momento”, dijo el sargento Michael Pauley, del departamento de Policía de Dayton, Ohio, a la prensa. 
Rickey Wagoner, de 49 años, había detenido su autobús a primera hora de la mañana del lunes, al lado de una carretera, debido a un problema mecánico, cuando se le acercaron tres adolescentes con intenciones... no muy amistosas, vaya. 

Oyó que uno de los sospechosos decía que, ya era hora de matar a alguien para formar parte del club”, narró Pauley, quien agregó que el conductor luchó por su vida. 
El policía comentó que la agresión podía ser parte de un rito inicial para ser miembro de la banda. 

Wagoner recibió dos disparos en el pecho, pero logró mantenerse de pie y forcejear con el agresor para quitarle el revólver. 

¡Tenía un libro en mi bolsillo!, relató Wagoner a la Policía, según los medios locales. 
“Al principio pensé que la bala me había atravesado. Fue como si me hubieran dado con un mazo en el pecho”. 

Uno de los adolescentes le hizo un tajo en el brazo con un cuchillo, mientras el conductor peleaba para hacerse con la otra arma, que se disparó mientras luchaban y le hirió en la pierna. Sin embargo, pudo quitarles ambas armas y llegó incluso, a dispararles cuando huían.

Tiempo de hablar

Hace muchos años, tres mujeres conversaban animosamente en la plaza de un pueblo a las afueras de Londres. Cada una compartía el cambio que había experimentado en su vida, al conocer a Jesús.
Estaban tan absortas en la conversación, que no advirtieron que un hombre se había acercado lo suficiente, como para poder oír todo lo que hablaban.
El caminante notó que aquellas palabras salían del fondo de sus corazones, que esas humildes mujeres poseían algo real y sublime que él no tenía y que jamás había experimentado. El impacto de estas palabras fue tal, que nunca pudo olvidarlas.
Por lo cual, un día se propuso apartarse de sus malas compañías y buscar el tesoro espiritual que estas mujeres sí poseían.
Aquel hombre era John Bunyan, hoy conocido internacionalmente como el autor de su célebre obra “El progreso del peregrino” (1678), y de muchos otros libros que impactaron a varias generaciones. Además, se transformó en un tremendo predicador, de gran impacto para su nación en su época. Conocemos a John Bunyan, pero nadie sabe los nombres de aquellas tres mujeres, que fueron tan influyentes en su vida.
2 Timoteo 1:8 “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”.
Cuando damos testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, nunca podremos saber con certeza, quien está alrededor escuchando atentamente, ni tampoco cuáles son las personas que podrían ser impactadas por nuestras palabras. Quizá nunca nos enteremos del fruto que, finalmente, dio la semilla que plantamos, pero podemos estar seguros que la palabra de Dios nunca volverá vacía. El hecho de que no podamos ver el fruto, no quiere decir que éste no exista.

Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo

Efesios 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Una evidencia del cristiano lleno del Espíritu Santo, es tener una actitud de agradecimiento a Dios. Gratitud que se manifiesta por todo y de forma constante en su vida.
Y un serio problema de la sociedad es la ingratitud, pero mucho más lamentable es el hecho de que algunos cristianos son ingratos, que tienden a pedir mucho y a agradecer muy poco. La lista de sus peticiones es muy larga y las oraciones de gratitud muy pocas.

Pero el creyente lleno del Espíritu es un ser agradecido. ¿Cuándo da gracias? ¡siempre gracias! Un creyente tiene una vida constante de agradecimiento. Tiene un corazón sincero que siempre expresa gratitud. Esta gratitud se da en cualquier circunstancia, por todo, incluso cuando no se entiendan algunas cosas que suceden. Debe reconocer que Dios está obrando en su voluntad, inclusive en la adversidad, y darle gracias.

Frasco de alabastro


Un día, estando Jesús con sus discípulos en la casa de Simón, un hombre que había tenido lepra, entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro, que contenía un perfume costoso. Lo rompió y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Al ver esto, algunos de los presentes se indignaron, por la manera en que se estaba desperdiciando el perfume.

Actualmente, todos nosotros tenemos un frasco de alabastro, que simboliza nuestro corazón. Puede estar lleno de sueños, anhelos y deseos. Sólo Dios conoce lo que hay en él.
¿Cuál es el mayor anhelo en tu vida? Tener un gran cargo profesional, ser un emprendedor exitoso, ser un cantante famoso, estar casada, ser mamá, etc. Hay un sinfín de deseos en nuestra alma y, sin embargo, ¿estaríamos dispuestos a entregárselos a Dios? Esperar el tiempo indicado, pagar el precio, atravesar el proceso de cambio carácter, o sea, dejar a un lado todo lo que deseamos por seguirle.

viernes, 25 de abril de 2014

El Amigo de mi hijo - Reflexiones

Era la reunión del domingo por la noche de una iglesia cristiana evangélica. Después de que cantaron, el pastor se dirigió a la congregación y presentó al orador invitado. Se trataba de uno de sus amigos de la infancia, ya entrado en años. Mientras todos le seguían con la mirada, el anciano ocupó el púlpito y comenzó a contar esta historia:
"Un hombre, junto con su hijo y un amigo de su hijo, estaban navegando en un velero a lo largo de la costa, cuando una tormenta les impidió volver a tierra firme. Las olas se encresparon hasta tal punto, que el padre, a pesar de ser un marinero experto, no pudo mantener a flote la embarcación, y el agua del mar arrastró a los tres."
Al decir esto, el anciano se detuvo un momento y miró fijamente a dos adolescentes que, por primera vez desde que comenzó la reunión, estaban mostrando interés. Y siguió narrando:
"El padre logró agarrar una soga, pero después tuvo que tomar la decisión más terrible de su vida: escoger a cuál de los dos muchachos tirarle el otro extremo de la soga. Tuvo sólo escasos segundos para decidirse. Sabía que su hijo era seguidor de Cristo y que el amigo de su hijo no lo era. La agonía de su decisión era mucho mayor que los embates de las olas.
Miró en dirección a su hijo y le gritó: “¡Te quiero, hijo mío!”, y le tiró la soga al amigo de su hijo. En el tiempo que le tomó halar al amigo hasta el velero volcado, su hijo desapareció bajo los fuertes oleajes en la oscuridad de la noche. Nunca lograron encontrar su cuerpo.”

Amar a vuestros enemigos

"Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid 
a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian".
Lucas 6:27-28

Los cristianos hemos sido perseguidos durante toda la historia. Desde la iglesia primitiva hasta nuestros días, se cuentan por millones los hermanos que han sufrido y sufren todo tipo de violencia y persecuciones, por el bendito hecho de predicar la palabra de Dios. Hemos escuchado y leído sobre cristianos que aun siendo golpeados, hostigados y encarcelados, han respondido con dignidad y gracia admirable. Sin lugar a dudas, ellos aprendieron a aplicar el mandamiento de Cristo cuando dijo "Amad a vuestros enemigos," incluso en las más duras de las circunstancias.

No debemos pelearnos a golpes de puño por defender nuestra fe, como tampoco debemos ponernos a correr, cuando nos encontramos con alguien que no está de acuerdo, nos odia y nos quiere maltratar. La manera mas fácil y natural de responder a un enemigo es hacerle ver lo desagradable que es para nosotros, pero guardando rencor multiplicamos en ellos el resentimiento. 

Siervo dispuesto

Cristo actúa conforme a los anhelos más profundos del corazón del Padre.
Por lo cual, entrando en el mundo dice: 
Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Hebreos 10:5-7
El autor de Hebreos dedicó tres capítulos enteros a demostrar la ineficacia del sistema de sacrificios de la Ley mosaica. Éste, si bien les mantenía libres de la condenación que merecían por sus pecados, no lograba esa transformación profunda que tanto anhela nuestro Dios. 

El autor emplea una cita del Salmo 40.6-8 para referirse a la perspectiva radicalmente distinta, con que llega Cristo. No tiene la intención de ajustarse al modelo imperfecto que tanto amaban los fariseos. Entiende el corazón del Padre y conoce, según lo ha declarado el profeta Miqueas, qué es lo que más le agrada: "¿Qué podemos presentar al Señor? ¿Qué clase de ofrendas debemos darle? ¿Debemos inclinarnos ante Dios con ofrendas de becerros de sólo un año? ¿Debemos ofrecerle miles de carneros y diez mil ríos de aceite de oliva? ¿Debemos sacrificar a nuestros hijos mayores para pagar por nuestros pecados? ¡No!, oh pueblo
El Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios. (Salmos 6.6-8 – NTV).
He venido, oh Dios, a hacer tu voluntad.

Presos en libertad

Sabemos que nosotros hacemos nuestra parte de ser prudentes, y todo lo demás, lo que no podemos controlar, está en manos de Dios. 
Un día, al ver un programa de “National Geographic Channel”, me di cuenta de cómo es la paz que el mundo ofrece a las personas. Jesús pronunció unas palabras acerca de la paz, que confrontan la seguridad que brinda este mundo. Él dijo: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo” (Jn 14:27 RVC).  En el programa veía cómo hermosas familias, con una hermosa casa y muchas comodidades, sufrían una serie de delirios y psicosis apocalípticas.
Padres atormentados por supuestos desastres que se avecinarían en el mundo, por pestes que en “cualquier momento” estarían por desatarse, preparándose para la guerra y la hambruna. Armaban habitaciones y sótanos llenas de provisiones. Angustiados, haciendo simulacros de cómo deberían desenvolverse en el caso de que se desatara una epidemia mundial. Poniéndose gorros de protección, barbijos, trajes especiales, desinfectantes de todo tipo y protegiendo su casa de los supuestos infectados que podrían acercarse a su puerta. En resumidas cuentas, el paisaje de esa ciudad era realmente hermoso, y tenían, tal vez, la casa soñada por muchos. Sin embargo, ni ese paisaje, ni su estabilidad económica, les podían brindar paz a estas familias, principalmente a los padres, que eran quienes cargaban con este delirio en sus almas.

Resonaban en mi mente las palabras del Señor: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da”. Pero la paz que el mundo nos ofrece, es como una débil cuerda de la que pende nuestra vida, una débil cuerda que siempre está a punto de cortarse. Aquellos que confían en las cosas que brinda el mundo, difícilmente logran una paz profunda y duradera, porque siempre que resuelvan protegerse de algo, aparecerá otra amenaza que desestabilizará sus vidas.

Si temes que tu pareja te deje o se muera, debes entregar eso en las manos de Dios. Si temes a la enfermedad, a las desgracias, a la pobreza, al fracaso, al desempleo, a la soledad, al rechazo, o a lo que te puedan hacer las personas, debes entregarlo todo en las manos de Dios y Él te protegerá más de lo que puedas imaginar.
Nosotros no podemos controlar las catástrofes del mundo, ni las pestes destructoras, ni los accidentes, ni las más pequeñas cosas accidentales. Y aunque pongamos mucho empeño en controlarlo todo, tampoco el mundo nos puede brindar una paz totalmente efectiva. Por eso nuestra paz es estar en las manos de Dios, confiar en su presencia, en su poder infinito, en su amor incondicional. Él nos brinda una seguridad eterna.

Sabemos que nosotros hacemos nuestra parte de ser prudentes, y todo lo demás, lo que no podemos controlar, está en manos de Dios. Él es nuestra confianza. Proverbios 14:26 nos dice: “El temor del Señor infunde plena confianza, y da esperanza a nuestros hijos”. Deja de confiar en la seguridad que brinda este mundo; antes, entrega tu vida completa en las manos de Dios y te ayudará a cada paso. Aunque tengamos que pasar por momentos difíciles, Él estará ahí para ayudarnos.