El temor pondrá lazo al hombre y tarde o temprano terminará atrapado en él. Pero la confianza en el Señor hará que sea exaltado más allá de toda circunstancia o situación.
El temor produce tristeza y pesimismo, pero la confianza en Dios produce gozo y optimismo, proyectándote a un futuro mejor.
El temor opaca tu vida, pero la confianza en el Señor hace que estés radiante y que seas un imán para las buenas oportunidades.
El temor produce dudas, pero la confianza en Dios hace que emprendas cosas confiadamente.
El temor hace que nada más mires a las circunstancias, mas la confianza en el Señor hace que puedas experimentar su poder actuando en tu vida.
El temor hace que te preocupes, la confianza en Dios hace que te ocupes de las cosas sin demorarte.
El temor te paraliza, la confianza en Dios hace que desates todo tu potencial.
El temor desalienta, la confianza en el Señor trae aliento a tu vida y a los que te rodean.
El temor hace que esperes los acontecimientos, la confianza en Dios hace que hagas que las cosas acontezcan.