martes, 17 de diciembre de 2013

Sabiduría para decidir - Devocional

“Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Santiago 1:5 
La Palabra de Dios nos dice bien claro que si en nuestra vida está faltando sabiduría, debemos pedírsela a Dios y Él nos la dará abundantemente y sin reproche. También dice la Palabra que tenemos el poder de tomar decisiones. Usted tiene que enfocarse en usar sabiamente ese poder, porque su destino, su futuro, están basados en las decisiones que tome hoy.
Por eso, si usted hoy se da cuenta que le está faltando sabiduría, recurra a la fuente correcta, a Dios, que es el único que se la puede dar. Y deje fluir esa sabiduría que viene del cielo en su vida para tomar las mejores decisiones.
Cuando usted lee la Palabra y medita en ella, aumenta su conocimiento y como consecuencia, tendrá un aumento de sabiduría.
Y cuando usted hace la voluntad de Dios tomará las decisiones correctas, porque esas decisiones estarán basadas en Su Palabra, en su Voluntad. Esto le traerá un avance en su vida.

La Avaricia - Devocional

Hace un tiempo vi una calcomanía en la que se leía: “Bastante nunca es suficiente”. En esto consiste precisamente la avaricia.
iStock_000004121392XSmallPero la avaricia no es únicamente la apreciación del dinero. Tampoco es la apreciación de las cosas o la acumulación de las mismas. Todo eso es extravagancia porque la extravagancia es relativa. De hecho, si tienes más de un par de zapatos y dos abrigos ya eres extravagante para alguna mayoría del mundo. No.
"La avaricia es el deseo loco, descontrolado; es el consumo fuera de control. La avaricia es ser devorado por algún deseo".
Como puedes ver, la avaricia le da permiso a las posesiones para que te posean, y al hacerlo, ella llega a ser el cáncer del contentamiento. Despacio consume a sus víctimas, reemplazando éstas el contentamiento por el deseo insaciable de obtener dinero y posesiones materiales. En resumidas cuentas, la avaricia es el amor a todo lo material.

3 Claves para alcanzar a los Perdidos - Devocional

“…¿Y CÓMO PUEDEN OÍR DE ÉL A MENOS QUE ALGUIEN SE LO DIGA?” (Romanos 10:14 NTV)
Un escritor comentó: “Estaba visitando a mis padres y necesitaba cortarme el pelo, así que me fui a la peluquería que frecuentaba mi madre. Mientras Jim, el dueño del establecimiento, me cortaba el pelo, empezamos a hablar de asuntos espirituales. Cuanto más hablábamos… más me cortaba. Acabé con el pelo muy corto, pero nuestra conversación acerca de Jesús había merecido la pena. De vuelta a casa le sugerí a mi madre que invitara a Jim y a su esposa a la iglesia, pero me contestó: “Ellos no están interesados en la iglesia en absoluto… llevan una vida muy desordenada. No conozco a nadie más alejado de Dios”. 
A pesar de ese comentario, la siguiente vez que mi madre fue a la peluquería, hizo una oración en silencio: “Señor, no creo que esta gente esté interesada en ti, pero si quieres que les hable… haz que pase algo”. En ese momento la esposa de Jim dijo a mi madre: ‘Creo que usted asiste a un grupo donde se tratan temas espirituales; nos gustaría asistir”.
alcanzando a los perdidos bibliajpgCon el tiempo, mis padres oraron con Pam y Jim para que aceptaran a Jesús como su Salvador, pero todo había empezado con una conversación con el peluquero mientras hacía su trabajo. La reacción de esta pareja no es habitual, porque aunque la mayoría de los cristianos pasan casi todo el tiempo con otros cristianos, cuando se trata de asuntos serios las personas escuchan a aquellos en quienes confían, sobre todo en temas espirituales. 
Pregunta Pablo: “...¿Y cómo pueden creer en Él si nunca han oído de Él? ¿Y cómo pueden oír de Él a menos que alguien se lo diga?” (Romanos 10:14 NTV). Por lo general, las personas alcanzadas para Jesús, han llegado a Él a través de amigos, no de extraños. Por ello, cultiva buenas relaciones, por ejemplo, con los camareros de un restaurante al que vas con frecuencia, o con tus compañeros de gimnasio; invita a cenar a tus vecinos, sigue el ejemplo de Cristo y hazte amigo de aquellos que no conocen de Dios.

“… ¿Y CÓMO PUEDEN OÍR DE ÉL A MENOS QUE ALGUIEN SE LO DIGA?” (Romanos 10:14 NTV)

El honesto Abe - Devocional

Abraham Lincoln, famoso Presidente de los Estados Unidos, mucho antes de llegar a ese cargo ya tenía cierto renombre dentro de su comunidad por su honestidad.
Abraham Lincoln standing outside at Gettysburg
De joven trabajaba en una tienda de comestibles, y se cuenta que una noche, después de cerrar, mientras revisaba sus ventas, se percató de que había dado el cambio incorrecto a una señora que vivía a unos cinco kilómetros. Sin importar la hora ni que el camino era de tierra, fue hasta su casa a devolverle los aproximadamente seis centavos que le debía. Puede que la señora nunca se hubiera percatado de esos centavos, pero él fue a devolvérselos. Y hay otras historias más que dan cuenta de cómo Lincoln se ganó el título de “Honesto”.
Su integridad fue reconocida por todos los habitantes de su comunidad. Cuando llegó a ser presidente luchó por abolir la esclavitud a lo largo de su país y finalmente, fue asesinado por un hombre que no estaba de acuerdo con su política y la libertad de los esclavos.
Linconl no esperó a ser Presidente para tomar decisiones importantes, desde su juventud su carácter le hizo destacarse.
Pues Dios busca personas comprometidas, con carácter, que sin importar si son seis centavos o miles de dólares, sean capaces de hacer lo correcto y devolverlos a su dueño, que dejando aparte si la gente está o no está de acuerdo, hagan lo correcto y defiendan sus ideales, sus creencias, aún a costa de su propia vida.

No te pude esperar - Ánimo en mensaje

Hay una historia relatada más o menos así:
Una vez, un periodista muy afortunado había conseguido la mejor primicia de su vida: entrevistar ni más ni menos que a Dios.
no me pudisteAsí es, que esa tarde llegó a su casa tranquilamente, con tiempo; lavó el coche, se puso su mejor traje y fue a su cita. Pero en el trayecto cayó un aguacero que produjo un gran embotellamiento de tráfico y se quedó atascado. El tiempo transcurría, sólo faltaba una hora para el encuentro.
Repentinamente le tocaron el cristal de la ventanilla, y al volverse vio a un chiquillo, ofreciéndole de su cesta de golosinas. El periodista intentó sacar dinero, cuando en eso el niño desapareció de su vista. El hombre miró hacia el suelo, y efectivamente ahí estaba el chico, tendido, con una crisis de epilepsia.