sábado, 14 de diciembre de 2013

Bienaventurados los mansos, porque recibirán la Tierra por heredad - Las bienaventuranzas

“BIENAVENTURADOS LOS MANSOS, PORQUE RECIBIRÁN LA TIERRA POR HEREDAD” (Mateo 5:5)

Mansedumbre no es debilidad, es fortaleza equipada para el servicioJesús compara la mansedumbre con un semental fuerte y majestuoso que ha sido domado. No ha perdido nada de su vigor. Es sólo que aunque tuvo voluntad propia, ahora se somete a la voluntad de otro. El proceso de quebrantamiento se ha completado; todo lo que necesita ahora es un leve tirón en las riendas.

En el Calvario, Jesús pudo haber clamado para que legiones de ángeles le salvaran, pero en lugar de eso Él eligió rendirse a la voluntad de su Padre. Y Él es nuestro ejemplo. Esto significa someter cada decisión a Dios, recibir dirección de Él, confiar en que Él proveerá, y permitirle que haga los cambios que considere necesarios: todo aquello contra lo que te rebelas por naturaleza.

Cuando Teddy Roosevelt explicaba en detalle su refrán favorito “Habla suavemente y lleva un gran palo”, dijo: “Si un hombre está fanfarreando continuamente, un gran palo no le salvará, tampoco el hablar suavemente, a menos que detrás haya auténtico vigor”
Es el mismo principio que Jesús aplica aquí. Ya sea que estés dando un paso hacia nuevos horizontes o que estés llevando a cabo fielmente lo que se requiere de ti, hazlo con confianza, sabiendo que estás respaldado e infundido por la fortaleza de Dios. 

La mansedumbre dice:“Señor, recibo gozosamente lo que Tú me das y me someto a lo que Tú requieres. No sólo sabes lo que necesito, lo proveerás. Por lo tanto, todo mi ser te lo entrego a Ti”.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados - Las bienaventuranzas

“BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA PORQUE SERÁN SACIADOS” (Mateo 5:6)

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Cuando Jesús dijo: “los que tienen hambre y sed de justicia… serán saciados”, nos hacía saber que padecemos de un hambre espiritual que sólo Él puede satisfacer. Pero no podrá hacerlo si estamos “llenos” de nosotros mismos, o de las cosas del mundo. Lamentablemente, la sociedad actual asocia la integridad con "las buenas obras" o "tener una actitud en santidad hacia los demás". Eso no es integridad, es orgullo religioso que Pablo llama “…basura…” (Filipenses 3:8b). Jesús condenó esta actitud diciendo: “…vosotros por fuera…, os mostráis justos…, pero por dentro estáis llenos de hipocresía…” (Mateo 23:28).

Jamás podremos ser lo suficientemente buenos por nosotros mismos, para satisfacer lo que nuestro Santo Dios requiere de nosotros. Es por ello que Él envió a Jesús a morir por nosotros en la Cruz, “…para justicia a todo aquel que cree” (Romanos 10:4b). En el momento que aceptas a Jesús como tu Salvador, quedas justo a los ojos de Dios.

Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán misericordia - Las bienaventuranzas

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“BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS PORQUE ALCANZARÁN MISERICORDIA” (Mateo 5:7)
La venganza es dulce sólo en apariencia; en realidad es profundamente amarga. Es por ello que Pablo escribió: “No os venguéis vosotros mismos…, sino dejad lugar a la ira de Dios…” (Romanos 12:19). Satanás quiere someternos a una constante presión para que perdamos las bendiciones de Dios. ¡No se lo permitas! En lugar de eso, elige:

(1) Ser tolerante en lugar de querer llevar siempre la razón.

Jesús dijo: ”…los misericordiosos… alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7). La inclemencia nos mantiene continuamente en “el carrusel” de rencor. ¿Es tan importante demostrar las equivocaciones de los demás y mostrar tus aciertos? Escucha: “…si no perdonáis… a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:15). ¿Estás dispuesto a asumir este precio tan alto?

(2) Ve al origen.

A menudo la raíz de nuestra ira está oculta (y se muestra cuando te golpeas fuertemente el codo o te quedas atrapado en un atasco.). La ira desmedida suele estar siempre fuera de lugar; seguro que algo más profundo está ocurriendo. Pídele a Dios que te muestre la causa.

(3) Niégate a ser una víctima.

La misericordia insana, el no perdonar te convierte en una víctima perpetua. Además, mientras tú estás ocupado “ulcerándote” y planeando tu venganza, ¡la otra persona está disfrutando de la vida! El Señor ya nos ha prometido justicia, de modo que no te exasperes, ¡perdona a tus enemigos! De hecho, las únicas personas con las que deberíamos “arreglar cuentas” son aquellas que nos han ayudado. William Stoddard dijo: “Perdonar lo imperdonable es difícil. Mas así fue en la Cruz: duras palabras, duro madero, duros clavos”. Los débiles buscan el castigo merecido por el contrario, pero la misericordia es siempre una característica de los fuertes. ¡Así que, sé fuerte!

¿Por qué permite Dios que les sucedan cosas malas a la gente buena? - Preguntas bíblicas

Esta es una de las preguntas más difíciles de toda la teología. Dios es eterno, infinito, omnisciente, omnipotente, etc. ¿Por qué nosotros, como seres humanos (no eternos, ni infinitos, ni omniscientes, ni omnipresentes, ni omnipotentes), pretendemos comprender plenamente los designios de Dios? El libro de Job diserta sobre este asunto. Dios le permitió a Satanás hacer todo lo que quería a Job, excepto matarle. ¿Cuál fue la reacción de Job? “He aquí, aunque Él me matare, en Él esperaré” (Job 13:15). “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21). Job no comprendía por qué Dios permitía las cosas que le sucedían, pero sabía que Dios era bueno y por lo tanto continuó confiando en Él. Básicamente, esa debería ser también nuestra reacción. Dios es bueno, justo, amoroso y misericordioso. Con frecuencia nos suceden cosas que simplemente no podemos comprender. Sin embargo, en vez de dudar de la bondad de Dios, nuestra reacción debe ser de confianza en Él. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).

La grandeza del mar – Meditación

¿Sabes por qué el mar es tan grande?
¿TAN INMENSO?
¿TAN PODEROSO?
¿Y por qué tiene la humildad de colocarse algunos centímetros debajo de todos los ríos?
Sabiendo recibir, se transformó en grande.
Si quisiese ser el primero, y estar unos centímetros encima de todos los ríos, no sería mar, sino una isla.
 
La pérdida de algo es parte de la vida.
Precisamos aprender a perder, a caer, a errar y a morir.
Si aprendes a perder, a caer, a errar, nadie te podrá controlar, porque lo máximo que te podrá suceder es caer, errar y/o perder.

Bienaventurados aquellos que ya consiguieron recibir con la misma naturalidad 
el ganar o perder,...
...el acierto y el error,
el triunfo y la derrota,…. la vida y la muerte.
Un abrazo a todos y recuerden siempre que el Éxito es...

¡Ser Feliz! 
El resto es consecuencia...

Que Dios les bendiga. 

Fdo.: M.G.L.