“NO CODICIARÁS…” (Éxodo 20:17)
Dios dijo: “No codiciarás”, porque la codicia puede hundirte. ¿Qué es la codicia? He aquí una definición en 4 partes:
(1) Querer las cosas equivocadas.
Querer poder sin la disposición para servir. Querer control para poder ser el centro. Querer riqueza exclusivamente para uno mismo. Querer gloria y elogios de los demás.
(2) Querer cosas correctas por razones equivocadas.
Pablo escribió: “Si alguno anhela obispado (ser anciano), buena obra desea.” (1 Timoteo 3:1-7). Querer causar impacto es bueno, pero debes quererlo por las razones correctas. Si lo quieres por propósitos egocéntricos, como el reconocimiento personal o el poder sobre los demás, esto es codicia.
(3) Querer las cosas correctas en el momento equivocado.
Una pareja joven dice: “Amamos a Cristo y nos amamos el uno al otro. Nos hemos comprometido a una vida juntos; vamos a casarnos dentro de tres meses pero queremos acostarnos juntos ahora”. Ellos quieren cosas correctas por razones adecuadas, pero lo quieren en el momento equivocado; esto es codicia.
(4) Querer las cosas correctas pero en cantidad errónea.
¿Cuánto es bastante? Como no lo sabemos, respondemos: “¡Más!”. La codicia es querer más de lo necesario para cubrir nuestras necesidades. Querer más de cualquier cosa, aparte de Dios, nunca saciará el anhelo de realización que Él ha puesto en tu interior. Solamente cuando reconozcas esto y hagas que las cosas que eliges en la vida sean consecuentes, descubrirás la clave de la felicidad verdadera y duradera.